- ¿Me devuelves a mi gato? – pregunté señalando a Dante, quien me estaba mirando
- ¿Es tuyo? – respondió con una sonrisa
- Sí, es mío – asentí – ¿me lo das, por favor?
- No – negó y lo acarició – si es tuyo ¿por qué está aquí afuera?
- Recién salió – dije y traté de coger a Dante aunque no pude
- Pero está en mi casa – con que la familia de él arrendo o compró la casa – así que… - pero no pudo terminar porque lo interrumpí
- Y a mí que me importa que este en tu casa, es mi gato y me lo devuelves
- A mí no me hablas así – dijo frunciendo el ceño
- Venga Dante, vamos – estiré mis brazos hacia mi gato y él saltó pero no pudo llegar a mí
- ¿Cómo te llamas? – preguntó y yo enarqué una ceja
- No te importa
- Eres de muy mal carácter – comentó y yo lancé un suspiro
- Eso no es de tu incumbencia – le quité rápidamente a Dante de sus brazos cuando se descuidó
- Mira, para que veas que no soy maleducado – sonrió y me miró – me llamo Elián, mucho gusto – extendió su mano hacia mí y yo lo miré
- Lamento no decir lo mismo – sonreí de lado – pero yo no tengo el gusto de conocerte – me di media vuelta y caminé hasta mi casa
- Nos vamos a volver a ver – dijo cuando estaba en la mitad de la calle – más pronto de lo que te imaginas
Negué con la cabeza y entré, para completar, lo que me faltaba, que mi vecino fuera tan idiota, dejé a Dante en el mueble y me puse a arreglar las cosas que había comprado. Mi estómago sonó y me di cuenta que no había comido nada durante todo la mañana, alce la mirada y el reloj marcaba las 12 del día, saque algunas cosas para hacer la comida, cuando mi teléfono sonó, anunciando que tenía una llamada.
- Hola – contesté
- Hola, Cas – saludó Brandon desde la otra línea - ¿qué estás haciendo?
- Brandon – dije y sonreí – haciendo la comida y ¿tú?
- Estoy aburrido – se quejó – ¿puedo ir a tu casa? – preguntó y escuché que tiró algo
- Claro, yo tampoco tengo que hacer mucho
- Entonces te veo en 10 minutos
- Te espero
- Adiós, Cas – se despidió
- Adiós, Brandon – dije y colgué
Apagué la hornilla y levanté todos los platos que había ocupado para hacer el almuerzo, suponía que Brandon aun no almorzaba así que hice más de lo normal, en lo delgado que es, come demasiado, no sé cómo no engorda, puse los platos en el lavavajillas y empecé a lavar, el timbre sonó haciendo que dejara los platos hasta donde estaba, camine hasta la puerta mientras me secaba las manos.
- Hola – saludó Brandon
- Hola – dije y me hice al lado – pasa
- ¿Qué estás haciendo? – preguntó viendo la toalla que tenía en las manos
- Estaba lavando – respondí y camine hasta la cocina
- ¿Ya terminaste de hacer la comida?
- Si
- Cas sabes que… - no le deje terminar y hablé
- Brandon, pasa a la mesa – dije y él sonrió
- Sabes que eres la mejor amiga del mundo – me abrazó mientras me daba vueltas en el aire
- Brandon, ya – me quejé y él me dejó en el suelo
- ¿Qué hiciste?
- Mi especialidad – dije sacando los platos – tacos
- Te adoro – cogió uno y comió
- Y yo a ti
Después de comer, fuimos a la sala, donde estaba Dante durmiendo aunque cuando nos escuchó se despertó y miró a Brandon, antes de que él le coja en brazos y Dante ronroneo, desde que él llegó y conoció a Brandon ha sido muy apegado a él, hasta el punto en que pienso que me ignora cuándo Brandon está aquí, puse una película y le di play.