La Princesa del Infierno

Capítulo 8

- Hola Brandon – saludé con una sonrisa pero está se me borro cuando escuché una respiración entrecortada al otro lado

- Ca – Casandra – pronunció mi nombre con dificultad

- ¿Estás bien? – pregunté tragándome un nudo que se me formó en la garganta - ¿qué te pasó?

- ¿Puedes venir a verme? – su voz se escuchaba ronca y eso me daba un mal presentimiento

- Claro, ¿dónde estás?

- En una calle atrás del instituto, al lado del restaurante italiano – dijo y mis ojos se cerraron con fuerza, esa calle era peligrosa

- ¿Estás bien? – volví a preguntar tomando aire

- Lo estaré, si vienes

- Ya salgo – dije y Elián me miró con una ceja enarcada

- Gracias – Brandon colgó el teléfono

- ¿Qué paso? – preguntó Elián acercándose a mí

- Tengo que salir – dije lo más rápido posible, cogí mi monedero y una casaca que estaba en el mueble

- ¿Por qué? – Elián seguía con su vista todo lo que hacía

- Tengo que recoger a Brandon – fue lo único que salió de mi boca

- Te acompaño – dijo a mi lado

- No, estaré bien – aunque hasta yo dudaba de eso

- Te voy a acompañar – dijo decidido

Abrí la puerta y salí, mientras más rápido llegue, más rápido voy a llegar donde está mi mejor amigo, tenía que coger un taxi pero para mala suerte no había ni uno cuando se los necesita.

- Ven – Elián me cogió de la muñeca y me arrastro hasta su casa – espérame aquí – dijo y entró a su casa

- Tengo que irme – dije pero sabía que no me escuchó, mi cabeza daba vueltas pensando en lo que le podría haber pasado a Brandon

Escuché que las puertas del garaje se abrieron y salió un BMW deportivo negro, vi que Elián estaba al volante y yo enarqué una ceja, no pensé que él tenía un auto tan caro.

- ¿Vas a subir o te vas a quedar admirando el coche? – preguntó burlonamente, suspiré y me subí  - ¿A dónde?

- Al restaurant italiano que esta una calle atrás del instituto – respondí y mi cabeza se pegó al vidrio, en mi mente pasaba todo tipos de imágenes que hacían que cada vez me ponga más nerviosa

- Muy bien – asintió y aceleró el auto

Luego de unos diez minutos, Elián apagó el auto y yo bajé por poco corriendo, sabía que Elián estaba atrás de mí pero eso no me importo, miré para todos lados y me llamó la atención un callejón oscuro, era el lugar donde más probabilidad tenía de encontrarlo.

Llegué a la entrada del callejón y mi caminar se volvió lento, mi piel se volvió chinita y respiré varias veces para tranquilizarme y entrar, lo que vi me dejo sin respiración.

Sangre.

Esa fue la primera palabra que llegó a mi cabeza, corrí a donde se encontraba Brandon, estaba acostado contra la pared y su pecho subía y bajaba irregularmente, de su cabeza bajaba un chorro de sangre, su labio y ceja estaban partidos y su camisa blanca se había vuelto roja.

- Brandon, ya estoy aquí – dije arrodillándome a su lado, él abrió sus ojos y me miró

- Cas – dijo débilmente y cerró de nuevo sus ojos

- Te voy a sacar de aquí – puse su brazo alrededor de mis hombros y me levanté haciendo que él haga lo mismo aunque soltó uno que otro gruñido

Elián se acercó y me ayudó a llevarlo hasta su auto, me senté al lado de Brandon y él puso su cabeza en mi hombro, era la primera vez que veía a Brandon así de débil, siempre ha sido fuerte, cogí su mano y Elián arrancó.

Llegamos a mi casa y luego de acomodar a Brandon en una de las habitaciones, baje a coger el botiquín de primeros auxilios, Elián se había quedado con Brandon pero eso no me daba muy buena espina.

Subí de nuevo pero antes de llegar escuché que estaban conversando.

- ¿Tres?, ¿estás seguro? – preguntó Elián haciendo que me detuviera




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