- ¿Eh?, ¿por qué no? – inconscientemente me lleve las manos a mi cara - ¿qué está mal conmigo?
- Nada, simplemente no eres como todos los humanos – dijo Brandon y sonrió – tienes algo que te hace especial
- ¿Y qué es?
- Casandra, no eres humana porque tú eres mitad humano y mitad demonio y eso es lo que te hace diferente – respondió Brandon
- Eso no puede ser verdad, yo soy humana – exclamé, de un rato al otro sentí como todo mi cuerpo perdió las fuerzas y empecé a temblar
- No lo eres, eres mitad humano y mitad demonio – Elián me pasó el brazo por los hombros haciendo que su calor pasara a mi
- Pero ¿cómo puede ser? Si mis padres son humanos
- Ellos no son tus padres biológicos – dijo Brandon, parpadeé tratando de calmarme – son tus padres adoptivos
- Yo nunca he estado en un orfanato
- No, nunca lo has estado – admitió Brandon – ellos te acogieron cuando tuviste dos días de nacida
- Entonces ¿dónde están mis padres?, ¿acaso me abandonaron?
- ¡No! – respondió Elián y apretó más su agarre – ellos están muertos – mi cuerpo entró en shock, no sabía qué hacer ni qué decir, ¿qué pasó?
- ¿Có - cómo? – tartamudee sin aliento
- Tu padre murió en batalla y tu madre murió al dar a luz – mis ojos se abrieron como platos y me froté los brazos tratando de entrar en calor
- ¿Cómo se llamaban? – pregunté
- Tu padre se llamaba Amaciel y tu madre Victoria – contó Brandon cogiéndome una mano – tu padre fue uno de los mejores demonios y tu madre fue una humana
- No soy humana – susurre tratando de digerir todo lo que me han dicho
- No lo eres, Kenya – aseguró Elián, ese nombre de nuevo, ¿qué significaba?, últimamente lo había estado escuchando demasiadas veces
- ¿Por qué me llaman así? – pregunté frunciendo el ceño – mi nombre es Casandra
- Tu verdadero nombre es Kenya – dijo Brandon – tus padres lo eligieron antes de que murieran – sus manos apretaron la mía – Casandra es tu nombre que eligieron tus padres adoptivos
- Kenya – susurré, el nombre se repetía una y otra vez en mi cabeza, es que hasta mi nombre es falso
- No queríamos que te enteraras de esta manera – dijo esta vez Elián – pensamos que aun teníamos tiempo antes de que te descubrieran pero ya lo han hecho, ya no hay tiempo
- ¿Por qué no vinieron antes por mí? – pregunté pensativa – estuve todo el tiempo desprotegida y quedándome sola en la casa, tuvieron muchas oportunidades para matarme - pasé la mirada de Elián a Brandon y viceversa
- Porque antes cuando eras una niña podías pasar como una humana ya que creciste en este mundo – respondió Brandon – y cuando ya entraste al instituto y tu esencia de demonio empezó a incrementarse y hacerse más visible vine yo para cuidarte
- ¿Por qué lo hiciste?
- Porque es mi obligación – susurró y mis ojos se abrieron una vez más como platos – tu padre me pidió que lo hiciera cuando murió, él no quería que crecieras en nuestro mundo ya que él siempre quiso que fueras en lo más posible una humana o eso fue lo que dijo
- Supongo que… - me trague un nudo que se formó en mi garganta –… hacerte amigo de alguien por obligación debe ser difícil ¿no? – mis ojos se cristalizaron
- No digas eso, Cas – Brandon puso su mano en mi mejilla – al principio vine por el deseo de Amaciel pero con el tiempo tú supiste ganarte un espacio en mi corazón con tus locuras y rebeldías – sonrió y yo lo imité – no siempre se encuentra amigas como tú
- ¿Qué era para ti, Amaciel? – pregunté, aún no podía decirle padre
- Lo más cercano a un hermano – dijo Brandon y se sentó a mi lado – y por la promesa que le hice y por la amistad que tenemos los dos, te voy a proteger aún a costa de mi propia vida
- Gracias – puse mi mano encima de la de Brandon – pero ¿qué haces tú aquí? – miré a Elián con una ceja enarcada – ¿vienes por mi alma? – bromee tratando de aligerar el ambiente – porque si es así pues te equivocaste de chica