La Princesa del Infierno

Capítulo 13

La alarma sonó anunciando que ya había amanecido.

La apagué casi de inmediato y me bajé de la cama, a la final no pude dormir bien y hace dos horas que estaba despierta, mi cabeza me estaba doliendo hasta el punto en que parecía que me iba a explotar y mi estómago estaba demasiado revuelto.

Entré en el baño y luego de darme una ducha, salí y me puse lo primero que encontré, a esta altura lo único que quería era volver a comenzar, no es fácil tratar de entender que no eres quien crees que eres, me hice una coleta y cogí mi mochila para bajar a desayunar. Estaba en las gradas cuando me llegó un olor de pancakes haciendo que mi boca se haga agua y mi estómago gruña dándome cuenta que no había comido nada desde ayer.

Entré a la cocina y vi que Brandon y Elián estaban sentados en la isla comiendo, los mire ladeando la cabeza tratando de entender que no eran solo dos adolescentes desayunando, sino que eran seres demasiados poderosos que si querían podían convertir todo este pueblo en cenizas en cuestión de minutos, quien hubiera creído que mi vida no era la que siempre pensé sino que estaba en este mundo porque mi verdadero padre no quería que creciera en su mundo y quería ocultarme de otros seres que creen que mi nacimiento y vida es un error demasiado grande.

- ¿Quieres una invitación para qué vengas a desayunar? – preguntó Elián sin levantar la vista de su plato

- Buenos días a ti también – dije y abrí la puerta de un estante para sacar un analgésico para el dolor de la cabeza

- ¿Te duele algo? – preguntó Brandon mirando las pastillas en mi mano

- La cabeza – respondí y me tomé las pastillas con jugo de naranja

- ¿Bastante?

- No, solo un poco – me senté en un taburete y Brandon dejó el desayuno delante de mí - ¿ustedes dos durmieron aquí?

- Sí – dijo Elián - ¿pasa algo?

- ¿Por qué?

- No estábamos seguros de dejarte después de lo que paso – confesó Elián llevándose un trozo de pancake a la boca 

- Oh

- ¿Puedes ir al instituto? – preguntó Brandon preocupado – si quieres puedes quedarte hoy y descansar

- Estoy bien – traté de tranquilizarlo – solo es un dolor de cabeza, ya me ha de pasar

- ¿Segura?

- Sí – asentí y seguí desayunando

Cogí mi mochila y caminé hasta la puerta para salir, vi que Brandon y Elián estaban parados afuera apoyados en el auto de Elián que cuando me vio hizo sonar la alarma y abrió la puerta.

- Vamos – dijo y se subió al auto, lo miré enarcando una ceja – desde hoy vamos ir los tres juntos – me informó y cerró la puerta, yo no iba a ir con él 

- Brandon – me gire hacia mi mejor amigo - ¿dónde está tu moto?

- La guarde en tu garaje ¿por qué? – me miró y creo que leyó mi pensamiento ya que sus ojos se abrieron por la sorpresa - ¿en qué estás pensando, Cas? – susurró a mi lado

- No voy a ir contigo – le dije a Elián y él me miró frunciendo el ceño - ¿me puedes llevar, Brandon?

- Claro – aceptó Brandon – pero ¿estas segura que quieres hacerle enojar?, no te olvides de quién es – volvió a susurrar en mi oído

- Saca la moto Samael – ordené y Brandon me miró sorprendido y luego negó con la cabeza

- No lo hagas, Brandon – dijo Elián mirándome y Brandon frenó – vamos a ir los tres juntos

- Ya te dije que no voy a ir contigo – contesté con una sonrisa torcida – me va a llevar Brandon

- Y yo dije que nos vamos a ir todos

- No lo creo – me negué - ¿por qué no te vas tú solo?

- Porque no me da la gana – respondió y se cruzó de brazos

- Pues a mí tampoco me da la gana de irme contigo

- Haz lo que te digo – bramó Elián – no hagas que te meta a la fuerza

- A mí nadie me ordena – mi sonrisa se ensanchó más – Brandon llévame, por favor – pedí y me di la vuelta

- Te lo advertí – escuché que abrió la puerta y la volvió a cerrar – a mí nadie me desobedece




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