Bajé las gradas y después de dejar el plato lleno de croquetas y el otro plato de agua de Dante, salí y me encontré de nuevo con el auto de Elián y con ellos dos esperándome para ir al instituto. Brandon me miró con una ceja enarcada cuando me subí al auto sin decir una palabra y Elián arrancó.
Parecía que todo lo que había sucedido ayer, se quedó allí en las cuatro paredes de su casa ya que luego de que me había besado salí inmediatamente de su casa y él no me había seguido.
Llegamos al instituto y luego de bajarnos, Elián entró al instituto, lo que hizo que Brandon y yo nos quedemos solos en el parqueadero y mi mejor amigo me viera extrañado, yo le sonreí y empecé a caminar pero me detuvo cogiéndome por el cuello.
Bienvenido interrogatorio.
- Dime, ¿qué paso? – dijo caminando y arrastrándome con él
- ¿De qué? – dije haciéndome la desentendida – no ha pasado nada
- Por favor, conmigo no puedes fingir – sus ojos me repasaron de arriba abajo como buscando algo que no estaba ahí antes – ayer no quisiste venir con Elián y hoy te subiste sin decir nada, además de que hoy no han discutido y eso es raro
- Fue por una apuesta – confesé caminando al salón de clases
- ¿Apostaste con Elián? – preguntó abriendo demasiado los ojos
- Y perdí – suspiré resignada
- Casandra, ¿te das cuenta con quien apostaste? – reprochó demasiado alarmado para mi gusto
- Sí – asentí – aposté con Elián
- Con el propio diablo – negó con la cabeza - ¿qué apostaron?
- Él me dijo que si yo ganaba no me volvería a dar órdenes – respondí sentándome en una mesa – y si él ganaba tenía que hacer todo lo que me ordene sin quejarme
- ¿Y ya te dio la primera orden?
- Si
- ¿Qué te pidió? – me miró con una ceja enarcada y sentí que la sangre se me subió a las mejillas haciendo que me ruborice – habla, Cas
- Un beso – ya está, lo dije y para ser sincera no es que me sintiera bien pero tampoco me sentía mal, sentía algo cálido en mi interior
- ¿¡Le besaste!? – gritó susurrando y yo asentí – besaste al mismísimo rey de los demonios
- Si lo pones de esa manera… - dije encogiéndome de hombros
- Cuéntame – lo miré frunciendo el ceño y luego sonreí
- No – me negué – no te lo voy a contar
- Por favor – pidió – soy tu mejor amigo y guardaespaldas
- No
Al final del día terminé contándole todo a Brandon ya que no me había dejado en paz toda la mañana hasta que le cuente con todo y detalles, no había visto a Elián en todo el día y para mí eso fue mejor ya que no sabía cómo reaccionaríamos los dos o más yo.
Estaba en matemáticas, la última hora de clases y estaba golpeando con el lápiz la mesa al ritmo del segundero ya que estaba pasando demasiado lenta la hora, vi el pizarrón y luego la puerta deseando de una vez salir por todas del instituto, unos golpes en la puerta me hicieron salir de mi ensoñación, la profesora paro de resolver un ejercicio y abrió la puerta para encontrarse con… ¿Elián?
- Buenas tardes – saludó – busco a Casandra, ¿podría dejarla salir un momento?
- Buenas tardes – respondió mirándolo seriamente - ¿para qué la necesita?
- Es que el profesor de biología la está llamando - ¿Mcnovan?, ¿a mí?, eso es raro
- ¿Es urgente?
- Sí y por eso le pido que le deje salir
- Está bien – aceptó – Scott puede salir
Me puse de pie y cogí mi mochila y los libros para salir de allí, miré a Elián y esté me mostró una sonrisa sincera una vez que estuvimos en el pasillo.
- ¿Cómo estás? – preguntó caminando a mi lado, ¿eh?, ¿desdé cuándo pregunta eso?
- Bien y ¿tú? – dije
- Bien – asintió y me miró – hoy es un día caluroso, ¿no crees? – lo miré frunciendo el ceño, está demasiado amable, esto es raro