La Princesa del Infierno

Capítulo 20

Dante volvió a lanzarme a su espalda – parece que esto ya se está haciendo costumbre – y empezó a correr con Elián, me sujeté bien de su pelaje ya que cada vez corrían más rápido, supuse que nos habían encontrado y eso era malo.

MI cabeza daba vueltas, aún no podía entender como había terminado en mitad de una lucha entre ángeles y demonios.

Vi de nuevo las sombras que pasaban demasiado rápido, solo siendo un borrón entre los árboles aunque no creo que sean muy importantes porque Elián pasaba sin hacerles caso.

<<Ya comenzó>>

Dijo una voz en mi cabeza haciendo que cierre los ojos para ver si desaparecía pero no lo hizo.

<< ¿Qué comenzó?>>  

Pregunté en mi mente, tratando de que algo se me aclare de todo lo que está pasando.

<<La batalla de los dos mundos>>

La voz a veces se escuchaba lejana y otras veces demasiado cerca pero nunca cambiaba su tono fantasmagórico.

<< ¿Quién eres?>>

Dije frunciendo mi ceño, cada vez que aparecía le sentía más familiar.

<< ¿Aún no me reconoces, Kenya?>>

Preguntó con una risa hueca haciendo que mi piel se erice.

<<No, no sé quién eres, así que dímelo>>

<<Soy tú>>

<<No, no eres yo>>

<<Sí, lo soy, soy tu parte demonio>>

Dijo y yo abrí de golpe los ojos, eso no podía ser.

<<No te creo>>

<<Kenya, ya es hora que hagas que me despierte, estar diecisiete años dormida no es bueno, ¿sabes?>>

<<Yo veo que ya estas despierta>>

<<No lo estoy, te estoy hablando desde tu subconsciente>>

<<No puedo hacer eso>>

<<Claro que puedes, ¿sino cómo te vas a enfrentar a los arcángeles?, ¿cómo una simple humana, demasiado frágil?>>

Dante y Elián se pararon haciendo que me desconecte de esa voz, Elián se posicionó delante de nosotros y mi gato se acostó haciendo que yo me bajé de su espalda y luego él se puso al lado de Elián haciendo una barrera que me protegía, esto no era bueno.

Vi que de los árboles empezaron a salir sombras que poco a poco iban cogiendo forma humana y se iban acercando a nosotros a paso lento, las ramas se movieron y de ellas saltó un chico de unos diecisiete años.

Lo mire entornando los ojos y no había duda de que era Brandon pero había algo que decía que no me acerqué a él, mis ojos viajaron hacia los lados y noté que estábamos rodeados y nosotros solo éramos tres.

Elián se irguió y encuadró sus hombros haciéndose ver más atemorizante que nunca, Dante se puso en guardia y sus flamas cada vez se hacían más grandes haciendo que sienta calor aun cuando estaba a unos pasos de él.

- Lucifer – habló el chico que estaba a menos de medio metro de nosotros – que sorpresa encontrarte aquí

- Lo mismo digo, Simael – dijo Elián - ¿Qué hace un trono en la tierra?

- Vengo por… - hizo una pausa y sus ojos verdes se encontraron con los míos haciendo que mi estómago se revuelva - … ella – me señaló

- No te la puedo entregar – negó Elián - lo siento

- Es una lástima – sus palabras eran tan frías como el hielo – entonces me la tendré que llevar por la fuerza

- Inténtalo – su voz sonó amenazante – y lo lamentarás

- Eso lo tendremos que ver – dijo

Alcé la vista para ver al ángel pero ya no se encontraba allí, sentí un viento y luego una presencia atrás mío – ¿acaso era tan rápido para aparecer y desaparecer en segundos? – su mano se posicionó en mi hombro haciendo que me sobresalte y lo mire de reojo.

- Así que tú eres la humana que nos ha estado dando dolores de cabeza – dijo el trono dándome la vuelta para quedar cara a cara – pero ya no lo harás más

- Creo que eso está un poco complicado – dije mirándole – porque no pienso morir todavía – me sorprendí de que dijera eso tan firmemente ya que estaba demasiado nerviosa




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