Capítulo 24
La mañana llegó y con ella muchos ruidos, bajé las gradas y caminé hacia el comedor con la intención de encontrarme con Brandon, ayer se me había olvidado preguntarle sobre el trono que nos había atacado y había sido idéntico a él. Entre al comedor y como supuse allí estaban los dos sentados en la mesa, me acerqué y me senté a la izquierda de Elián, quedando al frente de Brandon.
- Buenos días – saludé
- Buenos días – dijo Brandon con la boca llena haciendo que lo vea mal
- Hola, Kenya – respondió Elián llevándose una taza a sus labios
- Brandon deja de hablar con la boca llena, es de mala educación – me quejé mirándole y él sonrió, no había cambiado nada
- Lo siento – dijo y siguió comiendo
- No lo vuelvas hacer – suspiré resignada, le había dicho lo mismo desde que nos conocimos
Miré el desayuno y me encontré con café, pasteles, huevos con beicon y un jugo de color morado y aquí era donde salía mi niña interior cuando vi los pasteles, adiós desayuno, solo voy a comer los deliciosos pasteles.
- Primero el desayuno – dijo Brandon retirando los pasteles de mi lugar – después los puedes comer
- Devuélveme los pasteles – lo mire enojada – son parte del desayuno – dije tratando de cogerlos
- Para ti es el desayuno y no vas a comer nada más – repuso Brandon – y tienes que alimentarte
- No soy una niña – dije con mi ceño fruncido – puedo comer lo que quiera
- Mientras más rápido desayunes, más rápido tendrás los pasteles – negoció con una sonrisa – y si no te lo acabas yo me voy a comer todos tus pasteles – sentenció haciendo que lo mire incrédula
- ¡No puedes hacer eso! – exclamé tratando una vez más de quitarle los pasteles y fallando
- ¿Quieres probar? – preguntó llevándose un pastel de mi plato a su boca y mordiéndolo
- Está bien – acepté – voy a comer el desayuno pero no te acerques a mis pasteles sino quieres lamentarlo
- Hecho
Empecé a comer bajo la atenta mirada de Elián y Brandon haciendo que me ponga incomoda pero por los pasteles lo que sea, comí lo más rápido que pude y luego de diez minutos había acabado todo el desayuno.
- Bien – dijo Elián levantándose de su silla – yo me retiro, buenos días – estaba vestido con un pantalón de tela negro, una camisa blanca y zapatos negros haciendo que se vea mayor y más guapo
- Aquí tienes tus pasteles – dijo Brandon con una sonrisa misteriosa – y por cierto Cas, si quieres te puedo traer un balde para tu saliva – ofreció haciendo que le miré con una ceja enarcada
- No estoy babeando – dije cogiendo los pasteles – y tengo que hablar contigo de algo
- No tengo ninguna poción para hacer que Elián se enamore de ti – se encogió de hombros
- No es eso y no necesito nada de pociones – dije dándole un golpe en su brazo – es sobre lo que pasó ayer
- Vamos afuera – señaló con la cabeza la puerta – y me cuentas con más calma
- Está bien
Salimos del palacio y le seguí hasta que llegamos a un lugar donde había una mesa y sillas, era perfecto para desayunar al aire libre, y nos protegía del sol un techo en forma de triángulo y todo era hecho en mármol.
- ¿Qué me querías preguntar? – dijo Brandon luego de habernos sentado
- Ayer nos atacó un trono – respondí – pero algo me llamó la atención y creo que tú tienes la respuesta
- Si la tengo, te la voy a decir
- El trono era idéntico a ti – confesé mirándole – hasta su nombre era casi igual, ¿son gemelos? – pregunté y él suspiró
- Simael ¿verdad? – asentí – él fue creado al mismo tiempo que yo, por lo que somos iguales pero no somos gemelos
- Oh, ya veo – dije llevándome un pastel a los labios – y ¿crearon a más cómo ustedes?
- No, fuimos los únicos – respondió mirándome
- Entiendo – dije – así que son idénticos pero no son gemelos
- Sí, ¿tienes algo más que preguntarme?
- No, solo era eso – dije sonriendo – gracias, Samael
- Ahora yo tengo una pregunta – le miré y él se acercó más a mí – pero tienes que responderme con la verdad
- Sí, ¿cuál?
- ¿Te gusta Lucifer? – soltó y mis ojos se abrieron como platos – la verdad
- ¿Por qué me lo preguntas? – pregunté confundida - ¿acaso yo te…?
- No Kenya, no me gustas en ese sentido – respondió – pero soy tu mejor amigo y quiero saber
- No – respondí tratando de que no se note mi nerviosismo
- ¿No? – preguntó incrédulo
- No Brandon, no me gusta – dije mirándolo fijamente y sus ojos verdes me miraron cansados
- Te voy a decir algo, Cas – se sentó a mi lado y me abrazó – el amor es algo que no se da de la noche a la mañana pero cuando llega es mejor que lo tomes porque el amor verdadero se da una sola vez
- ¿Por qué me lo dices ahora? – pregunté pero no me respondió - ¡Brandon, respóndeme! – dije cuando vi que se levantó y se fue