Mi cuerpo cada vez iba debilitándose más hasta el punto en que veía todo mi alrededor borroso, mi respiración estaba entrecortada y mis párpados cada vez me pesaban más haciendo que sea toda una hazaña el mantenerlos abiertos ya que cada cinco minutos se cerraban.
Si no fuera por el hilo que me estaba sosteniendo contra el árbol de seguro yo ya hubiera estado de rodillas contra el suelo porque mis piernas ya no respondían.
La sangre ya había empezado a hacer pequeños charcos a mis pies avisándome de que me estaba desangrando mucho más rápido de lo que pensaba, mi cuerpo estaba bañado en mi propia sangre y parecía que este era el plan B de los arcángeles.
Ya que si no me mataban directamente lo iban hacer de una manera mucho más lenta y dolorosa.
Los hilos no habían dejado de cortarme ni un solo segundo haciendo que cada vez sienta que eran más filosos y tanto era el dolor que llego a un punto en el que ya no sentía más los cortes ni escuchaba mis propios quejidos.
Se notaba que Elián y Brandon estaban cada vez más agotados y sus golpes ya no eran tan rápidos como antes además de que el sudor les bañaba sus frentes y espaldas y lo peor era que los arcángeles no mostraban ni una señal de cansancio, estaban igual que cuando recién habían llegado y sus golpes seguían siendo iguales o más fuertes.
Alcé la vista justo cuando vi que Miguel volvía a tirar por los aires a Elián y antes de que toque la superficie, el arcángel lo volvió a golpear en la espalda haciendo que caiga de un solo golpe al suelo.
Mis ojos viajaron hacia donde Brandon que estaba tratando de parar los golpes de Gabriel pero no podía hacerlo completamente, hasta que en un momento el arcángel de un solo golpe lo hizo caer y antes de que se pudiera parar ya lo había bloqueado en el suelo en una llave y alzó el brazo de mi mejor amigo de una manera rápida y brusca.
Cerré los ojos en el momento que escuché el crujido de su brazo rompiéndose, Brandon soltó un jadeo y Gabriel de una patada hizo que se choqué contra un árbol que estaba frente a mí.
Sus ojos se alzaron y se clavaron en los míos, esos ojos refulgían de ira y de impotencia, sus labios se curvaron en una leve sonrisa como prometiéndome que todo iba a estar bien y eso fue lo que me rompió el corazón.
Abrí los ojos como platos cuando Miguel volvió a tirar a Elián y esté cayó encima de Brandon lo que hizo que el árbol cruja y se hagan algunas grietas en el tronco por el peso.
Elián se levantó retirándose lo más pronto de Brandon para no hacerle más daño pero allí caí en cuenta que Elián estaba igual o peor que mi mejor amigo.
Su brazo derecho estaba sangrando, su pierna estaba con un corte que le abarcaba todo el muslo, tenía un corte en su labio y de su cabeza le estaba bajando un chorro de sangre.
Un jadeo salió de mis labios cuando lo vi, su postura se había vuelto más defensiva y trataba de mostrarse lo mejor que podía pero yo sabía que eso era solo una fachada, Elián estaba siendo derrotado.
Los dos estaban heridos y aun así seguían luchando para protegerme aun a costa de sus vidas y yo… yo no podía hacer nada y eso me estaba matando por dentro.
Ellos habían dado todo de sí para salvarme, sus vidas estaban pendiendo de un hilo y en cualquier momento los arcángeles podían cortar ese hilo y acabarlos.
Elián le tendió la mano a Brandon para ayudarle a levantarse y este la cogió, se impulsó en sus piernas y en un momento ya estaba parado a su lado preparado para luchar hasta el final aun cuando este ya no estaba muy lejos.
Los arcángeles volvieron a atacarlos a los segundos de que se habían puesto de pie haciendo que el poco equilibrio que tenían se perdiera y volvieran a volar por los aires y choquen contra otro árbol.
Brandon lanzó algunas bolas de fuego para despistarles unos cuantos minutos pero no sirvió de nada ya que los arcángeles habían bloqueado el fuego con sus espadas y lo hicieron desaparecer a los segundos.
Elián se puso de pie y trató de golpear a Miguel pero sus puños golpearon a la nada ya que el arcángel había esquivado rápidamente los ataques y cuando trató de asestarle otro golpe, Miaguel le dio un codazo y un golpe en el estómago haciendo que le salga todo el aire y de unos pasos atrás.
Me di cuenta que estaba llorando en el momento en que algo frío se hizo paso en mis mejillas y luego sentí algo salado en mis labios, fruncí mi ceño enojada conmigo misma al dejar que las lágrimas recorrieran mi rostro.
No podía.
No tenía.
No debía llorar.
Eso no era posible, mis lágrimas no tenían derecho de hacerse presentes en estos momentos, no tenían que demostrar lo débil que estaba siendo ahora, al dejar que las dos personas más importantes para mí den su vida para salvarme, yo… yo no merecía tanto cuidado ni tanta devoción.
Mi vida no era tan importante para dejar que los dos mueran por mi culpa, yo era la responsable de esta lucha, por mí estaban aquí y yo no quería esto pero tampoco lo podía detener, no, con mi fuerza tan débil.
Brandon hizo aparecer varias bolas de fuego y las lanzó contra los arcángeles tratando de dar en el blanco, el fuego fue contrarrestado por las espadas de sus oponentes que las desviaban hacia los lados haciendo que varios troncos queden con la forma de las bolas de fuego.