Leonardo: ¿quién era? me preguntó cuando me quedé callada al cortar la llamada.
Dai: Iván...
Leonardo: ¿¡tu hermano!?
Dai: sí...
Leonardo: ¿qué te dijo?
Dai: que vino por mí, que me están esperando con un convoy de gente allá abajo.
Leonardo: Entonces sí era cierto, toda esa gente es de tu familia.
Dai: sí, me dijeron que tenía 5 minutos para bajar por mi cuenta, sino vendrían por mí y las cosas se pondrían peor ¿qué hacemos?
Leonardo: Pues no hay por dónde escapar, Así que sí o sí vamos a tener que salir por la puerta.
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Nini: ¿qué hacemos patrón?
Iván: vamos a tener que subir por ellos, porque no van a bajar.
Piyi: Pues sí.
Iván: quiero que los bajen, pero sin hacerles daño, una vez que los tengamos, Yo veo que hacemos, pero sin pegarles ni nada, sobre todo a Daiana ¿está claro?
Todos: Sí patrón.
Alfredo: pues órale, vamos arriba.
Todos: vamos...
narrador omnisciente.
- todos los hombres armados entraron al edificio y empezaron a subir las escaleras con sus patrones detrás, cuando llegaron al departamento donde estaba Daiana y Leonardo, empezaron a tocar la puerta.
22: señorita, Soy el 22, abra por favor.
Dai: ¿qué hacemos?... Ya sé, vamos a escondernos en las habitaciones, vente...
Alfredo: Daiana abre la puerta, Si no vamos a tener que tirarla... no va a abrir.
Iván: ¡abranla!
revisen todo, dijo cuando abrieron la puerta.
Alfredo: en las habitaciones también.
- al entrar a la habitación principal, se dirigieron en silencio hacia el baño de la habitación, donde encontraron a Leonardo y en el de la segunda, a Daiana.
Iván: espócenlo y llévenlo a la camioneta.
Perris: Ahora sí cabrón, tienes muchas cosas que explicar, dijo sacándolo del departamento.
Iván: Oscar, 22, encárguense de Daiana.
22: señorita venga con nosotros.
Panu: por favor, Es por tu bien.
Alfredo: ¡Llévatela Óscar!
- el Panu cargo a Daiana en sus hombros, saliendo del departamento.
Dai: ¡suéltame Óscar! dijo tratando de bajarse.
22: por favor entienda que es por su bien.
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Horas después.
Badiraguato Sinaloa, México.
- al llegar al rancho de Iván, Óscar, el 22 y los hombres que los acompañaban, bajaron a Daiana y la dejaron encerrada en la habitación que habían asignado hace tiempo para ella en el rancho de su hermano.
Dai: ¡abranmeeee! ¡Óscar Ábreme la puerta! dije golpeando la puerta.
Xxx: ¿necesita algo señorita? Dijo uno de los dos escoltas que estaban parados al lado de mi ventana, cuando abrí esta.
Dai: Ash ¡maldita sea!
¡No mames! ¿es neta? dije quejándome cuando abrí la pequeña ventana del baño y ver otro escolta parado ahí.
Solo espero que Leo esté bien, dije sentándome en la cama.
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