La princesa sin reino

Capítulo trece

El rey Jasper no pudo ocultar cuando vio salir de su palacio a aquellas dos locas mujeres, entrometidas y escandalosas mujeres. Sabía que era una manera muy desagradable de referirse hacia su tía política y a su prima, pero no tenía otra más que decir sobre ellas, bueno una cosa sí, la princesa Antonieta hacia feliz a su prometida, la hacía reír y comportarse como una chica común, no como un alma sufriendo por dentro.

–disimula más esa sonrisa– reprendió Cordelia a su hijo– Luana podría enojarse de verte tan complacido.

Jasper estuvo a punto de rodar los ojos, pero se contuvo. Su madre siempre lo ha regañado como si fuera un niño y no el actual rey de Roznok.

–Bien sabe mi prometida que no me agradaban esas dos hurracas– el rey se encogió de hombros y se giró hacia su madre con una sonrisa burlona en sus labios–Admite que tú también te alegras de que se vayan.

–Si no fueran tan entrometidas me caerían mejor– susurro Cordelia–espero que Luana no se sienta tan sola.

Todo esto decían viendo como Antonieta y Luana se abrazaban con fuerza, Toni reconocía que no era bienvenida en ese palacio y lo entendía porque tristemente ella sabía los planes del rey de Roznok, pero eso no le afectaba a ella sino a su prima quien solo está buscando tranquilidad. <<Que triste salir de una guerra para entrar a otra<<

–Mándame cartas, todas las que quieras– comento Toni hacia su prima una vez que se alejaron– Prometo venir a tu boda, aunque sea de entrada por salida.

–Prometo mandártelas con lujo de detalles– contesto Luana con lágrimas en los ojos–Ojalá pudieras quedarte.

–No soy bienvenida aquí y lo sabes– dijo Toni sonriendo– No importa, te visitare esporádicamente o no sé podríamos darnos una escapada de vez en cuando– fue ahí cuando la voz de la princesa de Borgoña se cortó, iba a extrañar mucho a su prima– Eres como mi hermana ¿lo sabes no?

–Por supuesto que lo sé– Luana dijo con los ojos llorosos y sonriendo.

–Estamos a punto de llorar como si fuéramos a morir mañana…– Antonieta se dio una bofetada mental– Olvida lo que dije, cartas cada semana, vendré a tu boda, nos podemos visitar… si, así lo haremos y nada cambiara ¿comprendes?

–Entendido y anotado– Luana rio levemente, se dieron un último abrazo y finalmente dejo ir a su querida prima.

Luana entro al palacio hasta que vio aquellos autos desaparecer de su vista.

Solo un suspiro, limpio delicadamente las dos lagrimas que se escaparon de sus ojos y dibujo una sonrisa, esa que tenía tan ensayada y posteriormente entro en compañía de su suegra y su prometido, quien la tomaba suavemente del brazo.

–dentro de dos horas nos vamos al coliseo principal– dijo Jasper a Luana.

<<Por los cinco, lo había olvidado<< Pensó a Luana, su prometido vio oportuno que ese día en específico se llevara la presentación hacia el pueblo de Roznok aunque ya todo el país sabia de la próxima boda de su rey.

–Espero que no lo hayas olvidado– comento Jasper con una ligera risa.

–Para nada– contesto Luana, aunque ya estaba pensando en que carajos iba a ponerse.

<<Debo ponerme algo decente, pero no escandaloso, pero tampoco quiero verme aburrida ni vulgar, tendré que pedirle consejo a la reina madre y a Ariana. Si eso es lo que haría<< pensó Luana asintiendo mientras trotaba a su habitación.

 

 

–¿Qué opinas del rosa? – pregunto Luana a su doncella Ariana mostrándole un hermoso vestido rosa pastel con algunos brillos en el pecho. Para sorpresa de Luana su doncella negó con la cabeza– No estas ayudando y me quedo sin vestidos.

Ambas llevaban bien rato escogiendo el vestido ideal para el anuncio oficial de su compromiso con el rey Jasper, sin embargo, ninguno parecía el indicado, aunque si fuera por Luana se llevaría cualquiera, pero su doncella y reciente amiga Ariana no pensaba lo mismo.

–si de verdad quiere causar una buena impresión entre la crema y nata de Roznok debe usar el morado– dijo Ariana acercándose al ropero de la princesa, de ahí saco un vestido largo de color lila con detalles en dorado. – el morado es el color oficial de Roznok.

–Es solo un color– contesta Luana tomando con duda el vestido.

–Se trata de la pertenencia que el pueblo tiene hacia su país– indica la pelirroja sonriendo.

Luana se encogió de hombros y decidido dejar el tema por la paz. Su doncella le decía que ese vestido le iba a dar buena imagen ante el pueblo y ¿Quién mejor que Ariana para decirle sobre el pueblo? A final de cuentas, hasta donde Luana sabia, Ariana no era de alta cuna.

La pelirroja le ayudo a ponerse el vestido para evitar que el peinado se deshiciera y que no lo manchara con el poco maquillaje que la doncella le había aplicado.

La joven princesa se posó frente al espejo de cuerpo completo, su cabello lo llevaba en bucles y tenía dos trenzas en los extremos. El vestido color lila tenia el corte a fuera del hombro, la falda le caía hasta los pies además de que tenía un poco de vuelo, no demasiado.

–El joyero trajo esto. – le dijo Ariana viéndola llena de orgullo por su creación. –me dijo en secreto que el rey fue quien escogió todo.

Ariana le tendió a la princesa el paquete, el cual era pequeño y muy discreto. Finalmente, Luana abrió la caja, donde venia otra caja, pero de terciopelo, de ahí saco una delicada tiara dorada, se podría describir como un simple aro dorado, pero en medio caía una lagrima de cristal <un diamante> pensó Luana con sorpresa, dentro del paquete había otra caja de terciopelo más pequeña donde se hallaban unos aretes, eran dos pequeños diamantes y un collar sencillo de oro.

Ariana de inmediato le ayudo a ponerse la tiara mientras que Luana se ponía lo demás.

–Ahora sí parece una princesa– comento Ariana asintiendo– Los dejara encantados.

–Gracias Ariana.

 




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