La princesa sin reino

Capítulo diecisiete: Visitas

–Bienvenida a ciudad estrella–susurro Jasper viendo complacido la sorpresa en el rostro de su esposa.

–Vaya– dijo Luana viendo la hermosa ciudad que se exponía ante sus ojos.

Ciudad estrella estaba ubicada en una montaña, para poder llegar hasta allí habían tenido que tomar un barco, el viaje fue de una hora y los mareos que había sufrido Luana habían valido la pena y más viendo las casa coloridas sobre la montaña y eso sin contar el muelle tan bonito por él se estaciono el pequeño barco.

Ambos bajaron del barco e iban con sobreros y lentes oscuros, según Jasper para pasar desapercibidos entre los habitantes y tener unas vacaciones más placenteras, aunque Luana pensó que llamaban más la atención así.

En ciudad estrella era innecesario el uso de carros ya que toda la ciudad se basaba en escaleras y eso fue lo que hicieron para llegar a la casa donde pasarían las siguientes semanas, a Luana le entusiasmaba la idea de estar alejada del palacio y tomar un descanso con su ahora esposo.

–Esposa esta será nuestra casa en las siguientes semanas– dijo Jasper abriendo la puerta de madera de una casa naranja– no es un palacio, pero espero sea de tu agrado.

Jasper dejo entrar primero a su esposa y la siguió después de ella. La casa tenia tonos cálidos y lo primero que divisivas al entrar era un gran arco que daba a un corto túnel seguido de eso se encontraba un hermoso jardín con una piscina, las flores estaban en las esquinas del jardín.

Luana entra mas se adentraba en la casa mas se maravillaba, era hermoso y eso que aún no la había visto en su totalidad.

–Buenas tardes altezas– Luana giro al escuchar la voz de una mujer y se encontró con una señora de aproximadamente 60 años, tenia algunas canas en su cabello oscuro, algunas arrugas por la edad y una cálida sonrisa. –Espero que hayan tenido viaje ameno, sus maletas ya las están llevando a su habitación.

–Muchas gracias– dijo Jasper y después tomo de la mano a Luana– Luana te presento a la señora Jenkins.

–Un placer– respondió Luana con propiedad y sonriéndole a la mujer.

–Bueno no los entretengo más, disfruten su estancia.

Jasper tomo a Luana de la cintura y ambos tomaron dirección a su habitación, la cual estaba en la parte de arriba.

–Entre mas la veo mas me gusta– dijo Luana admirando la gran habitación, algunas paredes eran blancas, pero había algunas que eran color naranja un tanto opaco, lo que mas le gusto a Luana era el balcón hacia las calles de la ciudad.

–Qué bueno que te guste– comento Jasper sonriendo de lado y bastante complacido– porque es tuya.

–¿Qué? – pregunto Luana sobresaltada alejándose de balcón.

–Es tu casa, la compre para ti– dijo Jasper como si comprar una casa fuera lo mas común para él.

Jasper no quería decirlo, pero desde aquella escapada a la cascada había tenido rondando por la cabeza la idea de llevarla a la ciudad mas hermosa de todo Roznok y claro después de ver aquella casa decidió que era perfecta para que Luana fuera cuando se sintiera abrumada de la corte.

–Considéralo mi regalo de bodas– añadió Jasper después de unos momentos y ante el mutismo de su esposa.

–Pero yo no te dado nada–Susurro Luana con cierto pesar.

–Estar contigo me es suficiente– respondió Jasper acercándose a ella. –Esposa ¿Qué te parece si estrenamos la cama? –susurro llevando su mano a uno de los pechos de Luana para después acariciarlo.

–Si a mi rey le place– dijo Luana sonriendo pícaramente.

Aquel primer día de vacaciones la pareja se quedo encerrada hasta que sus cuerpos pidieron comida, aunque estaban lo suficientemente cansados como para pedir algo; pero como no había servicio ambos tuvieron que abandonar la comodidad se cama para poder prepararse algo sencillo.

–No sabia que las princesas cocinaran–se burlo Jasper viendo como Luana se movía libremente en aquella cocina, la cual estaba equipada con lo básico.

Luana volteo arqueando una ceja y mirando despectivamente, seguido de eso le dio un plato con ensalada, sopa y un jugoso pedazo de carne.

–Mi madre no era de la realeza–Dijo Luana sentándose frente a Jasper y recordando las criticas de la sociedad porque su madre era hija de un comerciante extranjero–A veces nos enseñaba algunas cosas a mis hermanas y a mí.

–Pues esta muy bueno– dijo Jasper después de tragar el primer bocado.

Los días pasaban rápido cuando se trataba de descansar, Jasper le había mostrado la ciudad, habían ido a comer a distintos restaurantes, habían nadado desnudos en la piscina y habían disfrutado de sus cuerpos continuamente.

Nunca se imagino poder tener aquella extraña confianza con Jasper, pero era amable, la hacia reír y la respetaba, su matrimonio iba mejor de lo que se esperaba y quien sabe tal vez pronto cargaría en su vientre al heredero de Roznok.

Aunque eso tal vez podría dudarlo un poco y mas cuando su esposo cuando alcanzaba su placer derramaba su semilla en su vientre, él inmediatamente la limpiaba, pero tal vez Jasper aun no quería un hijo <un matrimonio no es oficial hasta que haya un heredero> recordó Luana las palabras de su abuela < deberá cargar un hijo en su vientre para asegurar su lugar en la corte de su esposo.> la voz de su tutor resonó fuerte en su mente y solo pudo removerse nerviosa.

Los últimos días en aquel paraíso Jasper recibió una inesperada visita nocturna, se trataba de uno de los hombres más poderosos que vivía en ciudad Estrella, se notaba alguien regio y serio.

Luana se había sentido un tanto excluida cuando Jasper le dijo que lo esperara en su habitación, pero claro la curiosidad es mala y por ello se encontraba tras la puerta y como eran un tanto delgadas las puertas podía escuchar la conversación.

Sabia que eso era malo, pero en aquel momento poco le importaba.

–Me han llegado rumores de la capital– escucho Luana al hombre desconocido– dicen que pronto volverá a hacer de las suyas.




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