La princesa sin reino

Capítulo dieciocho: El nuevo equipo

 –Ariana ¿Qué tanto conoces de la aristocracia de Roznok? – pregunto Luana viendo como los agiles dedos de Ariana trenzaban su cabello oscuro.

Ariana juntos sus labios en una fina línea mientras miraba con extrañeza a Luana dejando por un minuto de trenzar el cabello.

–Conozco lo básico– dijo volviendo a su tarea la doncella, aunque Luana percibió un deje de vacilación. – ¿Por qué?

–Jasper me dio una lista ayer de posibles damas de compañía– explico Luana rodando los ojos y es que no quería a ninguna mujer detrás de ella– Por lo que entendí son de familias importantes, pero yo desconozco a esas familias ¿podrías ayudarme a escogerlas?

–Claro– respondió Ariana inmediatamente. – Debe escoger muy bien a esas chicas, no queremos que anden contando chismes.

–Si… la verdad es que nunca he entendido la finalidad de esas damas.

–A veces quieren que la reina les consiga un buen marido. – comento Ariana entrelazando las dos trenzas, después tomo una peineta de perlas y la puso entre los cabellos de Luana.

–Aún no sé cómo llegue a estar casada y esperan que les consiga marido– dijo Luana con sarcasmo.

–Es una de las numerosas tareas que se esperan de ti– dijo Ariana acogiéndose de hombros.

–Al menos te tengo a ti amiga– dijo Luana sonriendo– Ahora debemos ir con Jasper porque me presentara a mi equipo o algo así.

Ariana desconocía en qué momento Luana le había tomado tanta confianza, pero le gustaba ser su doncella ya que ella era agradable e inteligente, y la verdad es que agradecía que la considerara su amiga porque es difícil conseguir gente de confianza en aquella corte.

El vestido blanco de Luana se arrastraba por los pasillos del hermoso palacio de Roznok, aquella mañana había pedido uno de los vestidos nuevos, uno blanco inmaculado y que tenía una abertura en la pierna derecha y en los hombros tenia algunos detalles con perlas y uno que otro bordado dorado.

–Buenos días esposa– saludo Jasper una vez que ingreso Luana a su despacho. 

Jasper se levantó de su silla de cuero café y camino hasta Luana, su mirada castaña repaso de arriba hacia abajo la vestimenta de su esposa, se veía bien, pero prefería el color morado o el azul.

–Buenos días– saludo Luana tanto a Jasper como a las otras dos mujeres y un hombre que se encontraba también en el despacho.

–Cariño permite presentarte a la señora Bobby Paley y la señorita Norma Faley, ellas te ayudaran con tu nueva agenta– explico Jasper sonriendo mientras agarraba a Luana de la cintura.

Bobby era una mujer madura, de algunos 50 o 60 años, tenía algunas canas en su cabello oscuro y una mirada intimidante; por otro lado, Norma era joven, seria al igual que la otra mujer, ambas delgadas, estatura promedio.

–Princesa– dijeron ambas al unisonó con una impecable reverencia.

–Un gusto– dijo Luana con una delicada sonrisa tal y como le habían enseñado, era terreno peligroso y no las conocía. –Espero que podamos acoplarnos para hacer un excelente trabajo.

–Me agrada su manera de pensar, princesa– comento Bobby con una típica sonrisa ensayada– Estoy segura que haremos un buen trabajo juntas.

Jasper sonrió de lado, esperemos que aquellas mujeres no le saquen canas a su esposa… o al revés.

El rey poso su mano en la espalda baja de Luana y la insto a caminar en dirección al hombre moreno en el fondo del despacho.

–Luana él es el señor Smith–Dijo Jasper sin titubeos, aunque en el fondo sentía cierto sentimiento de inseguridad ante la reacción de Luana y su nuevo guardia real. – Tu guardia real.

La sonrisa que había tenido Luana en su rostro desapareció ante lo ultimo que dijo Jasper, aunque pronto se recompuso y saludo cordialmente al hombre frente a ella, después de eso le lanzo a Jasper una mirada dura y seria.

–Princesa, prometo servirle con mi vida– prometió el moreno con el uniforme de la guardia real.

–Gracias sr. Smith, se agradece que aun haya hombres honorables para con su país– dijo Luana con una sonrisa tensa– ¿me permiten un momento con el rey? Por favor.

Tanto Smith como las damas realizaron una reverencia y salieron del despacho del rey dejando a Jasper con una furiosa princesa.

–¿Desde cuándo necesito un guardia? – pregunto Luana cruzada de brazos y quedando frente a Jasper.

–Desde que te convertiste en mi esposa– dijo Jasper con simpleza. – ¿Nunca tuviste en Aldruan?

–Me escapaba de ellos– dijo Luana rodando los ojos– Pero tú nunca usas guardias.

–No lo necesito, soy capaz de defenderme por mí mismo–Jasper sonrió con superioridad mientras levantaba la solapa de su saco y le dejaba ver a Luana el arma que portaba– En cambio tu esposa, eres un blanco fácil eso sin contar que un grupo de delincuentes, los cuales destruyeron a tu familia te busca…me sentiré más tranquilo si estas con Smith.

Luana quiso resoplar y hacer un capricho, pero su esposo tenía razón, aquel grupo ya había invadido las puertas del palacio de Roznok, aunado a que habían interrumpido en el atrio, ella no estaba segura, aunque Smith pudiera enseñarle cosas básicas para defenderse.

–Bien– dijo Luana después de pensarlo un momento– Tres damas de compañía, un guardia, Bobby y Norma tras de mi maravilloso.

–Me alegra tu entusiasmo esposa– dijo Jasper con sarcasmo– Ahora si me permites tengo cosas que hacer.

–¿me estas corriendo? – dijo Luana ofendida.

–Me ofende que pienses eso– Jasper se llevó su mano a su pecho y negó con la cabeza– simplemente te estoy pidiendo de la manera mas atenta posible que me permitas realizar mis deberes del día de hoy para después comer juntos en los jardines de la reina.

–Un simple si hubiera bastado– Luana frunció el ceño y se dio media vuelta para salir del despacho del rey, aunque esta acción no pudo ser realizada porque los brazos de Jasper rodearon su cintura– ¿Qué haces?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.