La princesa sin reino

Capítulo diecinueve: La nueva reina

<Es precioso> Pensó Luana al verse en el espejo. Definitivamente Ariana ya conocía sus gustos o conocía bien los colores representativos de su familia.

El vestido era largo de color azul celeste de tafetán, el escote era cruzado y era discreto, cosa que le agradaba en demasía, además en la parte del torso el vestido tenía un estampado de flores doradas y tenia un corte imperio que le favorecía a su figura y en la parte de la cintura tenía un cinturón metálico con una rosa enfrente.

–¿Qué te parece? – pregunto Ariana.

–Es perfecto– susurro Luana dándose media vuelta y notando el escote de la espalda donde se dejaban ver algunas pecas en su blanca piel. –Gracias Ari.

–Para eso estoy– dijo Ariana con fingida molestia. –¿estas nerviosa?

Luana miro a la pelirroja, su amiga y confidente, sonrió y se dio cuenta de que no, no sentía nervios ni miedo, sentía como si todo aquello estuviera bien, como si lo peor ya hubiera pasado, ese caso lo peor fue la boda.

–No– dijo con seguridad la joven– Es como si fuera mi lugar ¿me explico?

–¿Cómo si hubieras nacido para ser reina? – indago Ariana enarcando una ceja.

–Es extraño, pero si– Luana frunció el ceño y mordió sus labios–¿está mal sentirme así? En Aldruan nunca hubiera podido ser una reina, pero ahora seré la de Roznok…

<Aunque también pude haber sido la de Erikrea> Pensó Luana sonriendo con ironía.

–A veces es solo el destino– dijo Ariana pensando en el papel que a partir de ahora realizaría su extraña amiga– Lo harás bien.

<Fue lo que anhelaba de niña> Pensó Luana con amargura, hace unos años hubiera estado contenta de ser una reina, de tener poder, tierras, riqueza. Quería ayudar a las personas y que ellas dependieran de ella, tal vez su esposo era la figura imponente y él de la ultima palabra ¿pero cuantas veces las reinas no eran las que verdaderamente gobernaban por debajo del agua?

A final de cuentas Luana tenia mas poder en Roznok que en Aldruan porque siempre seria la cuarta hija del rey, la quinta en la línea de sucesión, así que ser la reina de Ronznok no estaba mal.

–¿estas listas? – Luana volteo hacia la puerta por donde entro Jasper vestido con un uniforme negro, con solapas en dorado y su típica capa con el águila de su familia, aunque ahora su cabello largo y despeinado iba decorado con una pesada corona de oro y diamantes morados y algunos azules. –Vaya– susurro el Rey admirando a Luana– si que lo estas.

Luana sonrió apenada al ver como la detallaba Jasper a detalle mientras asentía con aprobación.

–¿Qué opinas? – dijo Luana viendo como Ariana sonreía con picardía mientras salía con prisa de aquella habitación.

–Estás preciosa–Susurro Jasper acercándose a Luana– me gusta – dijo pasando su mano por la espalda descubierta de la joven– Aunque me gustas mas sin tanta tela.

–Sera mejor que nos vayamos– dijo Luana sonriendo y alejándose de su esposo quien ya empezaba a besar su cuello– Llegaremos tarde.

–Pueden esperar– susurro Jasper cuando Luana dio un salto al percibir un pellizco en su posadera.

–No tuviste con lo que hicimos en la mañana– reclamo Luana alejándose y cruzándose de brazos– Aun me duelen los pechos.

–Es que nunca tengo suficiente de ti– dijo Jasper con una picara sonrisa e inclinándose hacia Luana para después besarla con lentitud.

–¡Jasper, Luana! ¡se hace tarde, niños! – Jasper gruño sobre los labios de Luana y finalmente se separaron ante los gritos de Cordelia.

–¡Ya vamos mamá! –exclamo Jasper tomando de la mano a Luana y seguido de eso caminaron juntos hasta la puerta de la habitación. –Si supiera lo que hacemos no nos diría niños.

Luana puso sus ojos en blanco y sonrío, claramente Cordelia se daba una buena idea de lo que pasaba en su habitación, tal vez era algo gracioso llamarlos de aquella manera.

Luana se engancho al brazo de Jasper y se dirigieron hacia la salida, afuera se encontraba Cordelia pisando impaciente el piso con su tacón, aunque eso termino cuando sus ojos cafés vieron a Luana.

–Estás preciosa, cariño– dijo Cordelia enternecida– Serás una gran reina.

–Gracias– dijo Luana bajando la mirada– Espero hacer un buen papel.

–Por supuesto que lo harás– aseguro Alice llegando a su altura– Has nacido para esto.

–Estoy de acuerdo– dijo Cordelia– Vámonos antes de que tu padre se desespere– dijo Cordelia dirigiéndose mas a su hijo.

 

Luana movió su cabeza en círculos intentado que la sensación de tensión la abandonara, pero lo único que consiguió fue que su nuca tronara ante el movimiento, se encontraba afuera de la catedral, esta vez debía entrar sola y caminar hasta el final y pero no se encontraba nerviosa.

Cuando Smith le hizo un gesto supo que era su turno de entrar, respiro hondo, se froto las manos contra el vestido y comenzó su caminata hacia adentro de aquel viejo edificio.

Caminaba con la frente en alto, no sonreía y estaba tratando de no fruncir el ceño, una mala costumbre decía su madre, quien estuviera donde estuviera estaría orgullosa de ella, al igual que toda su familia.

Sentía las miradas sobre ella, los murmullos eran inevitable pero sabia que mas de una o incluso alguno la envidiaba, ya sea por las joyas que portaba, por su hermoso vestido o porque simplemente ahora estaba por encima de cualquiera de los presentes, sin contar a su esposo.

Llego hasta la altura del clérigo, se arrodillo frente a él y no escucho aquellas palabras vacías hasta que el momento llego.

–¿Jura proteger al inocente, actuar de acuerdo a las leyes del reino de Roznok y actuar con justicia ante cualquier situación? – pregunto el clérigo con solemnidad.

–Lo juro– contesto Luana sin levantar la cabeza.

–Por el poder de los cinco yo te corono reina de Roznok– dijo el clérigo colocando la corona pesada de oro con diamantes morados. –Que los dioses la guíen con sabiduría.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.