La princesa sin reino

Capítulo treinta y seis: Heredero parte II

Luana lo miro de arriba hacia abajo, simplemente no podía creerlo, Alexander su hermano menor… también estaba vivo, al igual que Briseida.

Por una parte, Luana estaba feliz, tenía dos hermanos sobrevivientes, la dinastía Radcliffe no estaba muerta pero entonces ¿Por qué ocultar a sus dos hermanos? ¿Por qué no los ocultaron juntos? Además ¿Por qué aparecían justo ahora? Millones de preguntas y ninguna respuesta, aunque de algo estaba segura y era que había gato encerrado y Luana tenía como meta descubrirlo.

Al demonio la conquista de Aldruan, ella debía descubrir que había pasado y si las personas que habían ocultado a sus hermanos estaban conectadas con la muerte de sus padres.

–Lo siento Lu, no quise empujarte de esta manera– menciono Alexander tendiéndole la mano a su hermana.

Lo intentó.

–¡Aléjate de ella! – exclamó Jasper dando largas zancadas después de haber salido de su mutismo.

Mientras que Jasper se interponía entre el supuesto Alexander y su esposa, Ariana ayudaba a la reina a ponerse de pie.

–Supongo que no es la mejor manera de presentarme– susurró Alexander sonriendo de lado– Soy Alexander Radcliffe.

Jasper frunció el ceño y miro al chico con desdén. Era un adolescente alto, con tes pálida como la de su esposa, grandes ojos oscuros, cejas gruesas, labios delgados y su cara era afilada.

–pruébalo– imperó Jasper.

Aunque Alexander no alcanzo a responder ya que su vista se había desviado hacia una rubia que venía corriendo desesperada.  Alex vio a su hermana, sus largos cabellos rubios se movían por el viento repentino, su vestido negro ajustado al cuerpo y con detalles en dorado se movían junto con ella y solo pensó en que la espera había valido la pena.

Briseida y su esposo habían llegado diez minutos antes, un guardia los había intentado retener en su habitación, pero claro Briseida tenía un sexto sentido, el cual casi nunca fallaba, por lo que cuando vio una aglomeración en la entrada del palacio de Roznok, ella supo que debía ir al chisme.

–¡Alexander! – exclamo Briseida mirando atónita la escena.

Briseida no tardo en rodear el cuerpo de su hermano pequeño, un sollozo salió de los labios de la reina de Raisen y pronto se le unieron lo de Luana. Briseida y Luana no tenían dudas, aquel era su hermano pequeño, uno que había crecido en los últimos años.

Aron no pudo evitar mirar la escena con ternura, su esposa debió sonreír estuviese donde estuviese. Hizo a un lado al rey de Roznok y se unió a la familia Radcliffe, lo que quedaba de ella, y estos lo recibieron con gusto.

–Siempre pensé que eras un cabron con mucha suerte. –dijo Aron viendo a su cuñado.

–Créeme lo sé–respondió Alexander abrazando al alto hombre– Suerte y astucia.

Jasper veía todo con sorpresa, al igual que toda su corte, aunque lo que le sorprendió más fue ver a los viejos susurrando entre sí, el viejo Dumas y Alice no se encontraban muy felices del reencuentro de Briseida, Alexander y su esposa. Y como diría su madre más sabe “Xander por viejo que por Dios”.

–Deberíamos pasar– anunció finalmente Cordelia viendo que los sirvientes comenzaban a murmurar. Luana volteo a ver a su suegra y le agradeció con la mirada– Claramente el joven Alexander debe de ponerse al día con la reina y explicar el numerito de antes.

Por primera vez Alexander se sonrojo y por un minuto se arrepintió del “maravilloso plan” que había ideado con Matt.

–Vamos– dijo Luana tomando del brazo tanto a Alex como a Bri– Debes contarnos todo.

–Y lo haré– prometió Alex sonriéndole con dulzura a su compañera de travesuras.

Brandon enarcó sus cejas cuando los tres hermanos pasaron al lado de él, inconscientemente bajo su cabeza como signo de respeto, pero más que respeto, lo que sentía el consejero del rey era temor y curiosidad y pronto se dio cuenta de que su amigo se sentía de la misma forma.

–A mi despacho, ahora– ordeno Jasper a su fiel amigo– y trae a esos viejos.

Brandon no tuvo tiempo de responder porque el rey ya se encontraba adentrándose al palacio.

El rey de Roznok entró a su despacho, soltó un gruñido lleno de frustración y por primera vez en mucho tiempo quiso destrozar aquel despacho que para él representaba su habitación escape, su santuario.

Cada día era una sorpresa y no de las bien recibidas, cada vez veía más lejano el trono de Aldruan y eso no le gustaba.

Jasper admitía sentir simpatía por su esposa mas no olvidaba sus planes, para nada podía olvidar que el motivo por el cual se casó con Luana fue porque ella representaba la llave de Aldruan porque se suponía que era la heredera al trono, pero pareciera que los Radcliffe eran difíciles de matar, ¿Qué seguiría después? ¿acaso el rey William también estaba vivo? ¿aparecerían las demás hermanas de Luana en las puertas de su palacio?

Se sirvió un vaso de licor, ni siquiera se fijó que era, pero agradeció el fuerte sabor que sintió su boca y el ardor en su garganta. Tomo asiento en su silla de cuero café y siguió tomando hasta que su soledad se vio interrumpida por unos firmes toques en la puerta de su despacho.




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