La princesa sin reino

Capítulo cuarenta y dos: Sentimientos

–Bien, como la mayoría sabrá el gobernador Gregory no es del agrado de muchos aristócratas–comenzó a informar Omar con seriedad mientras veía directamente hacia la reina Luana– a pesar de que ellos mismos fueron los que lo apoyaron en su deseo de ser gobernador de Aldruan, el consejo no aprueba ciertas leyes de Gregory y una de ellas ha sido ocupar el palacio de la dinastía Radcliffe

–¿Por qué querría utilizar el palacio? – inquirió Alexander rascando su barbilla.

–Como trofeo– contestó Luana de inmediato– Supongo que Gregory no esta cumpliendo los caprichos de los aristócratas y es por ello que ahora son sus retractores.

–Así es majestad– respondió Omar.

–¿sabes algo de la opinión del pueblo? –pregunto Luana mas interesada en la clase baja que en la aristocracia.

Verónica escuchaba aquello con aburrimiento, para ella toda esa información eran meros chismes, lo que ella quería era actuar, luchar y matar a diestra y siniestra y viendo la cara del rey él pensaba lo mismo.

–Me parece que eso no es relevante, majestad– añadió Brandon con tacto– El pueblo es ignorante y se dejaran influenciar por lo que las altas clases sociales digan, deberíamos crear alianzas con los ricos.

Se levanto de la silla con cierto nerviosismo porque muy pocas veces estaba frente al consejo y sabía que no les caía en gracia y que la veían más como una niña o más bien como la esposa del rey y no como la reina de Roznok y eso debía cambiarse de manera urgente.

–¿sabes quienes derrocaron a mi padre? – pregunto Luana parándose frente a Brandon y sonriéndole como si se tratara de un niño.

–Los bendecidos– dijo Brandon sin pensarlo dos veces.

–¿y quienes contrataron a los bendecidos? –dijo Luana con paciencia.

Brandon sonrió con malicia, como si el tuviera la razón.

–La aristocracia.

–Si todos aquí piensan como Brandon les hace falta un poco de cultura y de historia. –Luana comenzó a caminar alrededor de la gran mesa, fingía tranquilidad, pero por dentro de estaba muriendo, pero quería dejar algo claro en aquella sala y era que ella no cometería los mismos errores que su padre– Mi padre no era un líder y en los últimos años de su reinado no tuvo los mejores consejeros, fingían que todo estaba bien cuando la clase trabajadora no tenía buenas condiciones de trabajo, sufrían de hambre mientras que la clase alta estaba despreocupada. El problema llego cuando el pueblo se cansó y se alió para hacer marchas, los consejeros de Aldruan no hicieron caso, hasta que todo se descontrolo, ahí es cuando llega Gregory Ordel, era de clase media con buenas ideas al mismo tiempo se dejaron de dar concesiones a la clase alta, Ordel aprovecho el descontento de ambas clases y todo se fue al carajo.

<<Ninguna guerra o conflicto se puede iniciar sin la clase trabajadora porque es la que abarca mayor población, es la que mueve un reino, sin ellos la clase alta no es nada, y nosotros seremos la nada si el pueblo no está con nosotros. Por otro lado, la aristocracia nos apoyara si nosotros les cumplimos sus caprichos. <<

Jasper miraba a su esposa con cierto deje de admiración, se movía por la sala con suma confianza y tranquilidad, como si estuviera dando una clase de historia para niños, lo cual no estaba lejos, porque al parecer los de Roznok no sabían nada sobre lo que verdaderamente había pasado con los Radcliffe.

–Pensamos de la misma manera majestad– dijo Omar después de un momento – Mis investigaciones me dicen que el pueblo y la clase alta quieren poner de gobernador a Lancel.

–¿Lancel el loco? – intervino por primera vez Aron, Omar asintió y después Aron añadió– deben estar desesperados por despedir a Ordel.

–Es un punto a favor para nosotros– dijo Luana– Si están desesperados, aceptaran más rápido la nueva monarquía.

–¿Qué hay sobre su ejército? –inquirió Jasper hacia Omar.

–Lo último que supe fue que contaban con 20 francotiradores, 300 hombres, algunos generales aristócratas en su mayoría, supongo si comenzaran a reclutar a la clase baja tendrán más hombres, por eso es importante actuar rápido, ahorita es la época más fría en Aldruan, pero queda un mes para que el clima sea más… noble.

–¿Fronteras? – pregunto Aron.

–No hay mucha seguridad, son fáciles de penetrar– dijo Omar– Aunque eso ya lo sabes si no ¿Cómo pudiste sacar al profesor Fayol?

–Chico listo– le guiño Aron– Supongo que el camino azul está congelado en estos momentos– Aron señalo el camino que separaba a Raisen de Aldruan. 

–Así es– intervino Verónica molesta de que solo hablaran los de Aldruan– Aunque en un mes estará completamente libre, por ahí pasara el ejército.

–Tenemos un mes para prepararnos– menciono Jasper mirando el mapa y después miro a su esposa quien fruncia el ceño.

–No solo para preparar a las personas de Roznok sino las de Aldruan también– dijo Luana– De eso me encargo yo.

Alexander sonrió complacido, aquel tono de su hermana no permitía replicas y pareciera que ni el propio Jasper quisiera refutar.

–Bien, será mejor que nos pongamos a trabajar– dijo John sonriéndole a su cuñada.




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