Había salido al balcón a fumar después de la cena tan incómoda que tuve, pues sí, mi ex secretaria con quien hace unos cuantos años tuve una ardiente y pasional relación, es la prometida de mi nuevo socio y no solo eso lo que más me enojó es que me ignoró completamente como si no me reconociera. Caminaba desprevenido cuando choqué en el balcón con una pequeña de unos seis años que miraba hacia todas partes buscando algo o a alguien.
—¿Estás perdida? —pregunté.
—No—respondió sin prestarme mucha atención, parándose en puntillas de pie para mirar hacia abajo.
—¿Buscas a alguien o perdiste algo? —cuestioné encendiendo el cigarrillo, ella se viró hacia mí cruzándose de brazos.
—Fumar daña los pulmones, lo sabía—
—No tenía idea —tiré el cigarrillo, pues me pareció gracioso. Esa niña me recordaba a alguien que conocía, no, no podía ser...
—Busco a mi papá —terminó diciendo observándome.
—¿Cómo se llama tu padre?
—Es alto, guapo, elegante, con ojos verdes y muy, pero muy gruñón —respondió ignorando mi pregunta.
—Creo que tu padre y yo somos gemelos —dije y dudé—ambos nos volteamos al sentir unos pasos acercándose.
—Angi ¿qué haces aquí? te dije que no podía salir sola de la habitación—. Maldita sea, no podía ser, esta niña era la hija de mi ex...
#148 en Novela romántica
#69 en Chick lit
amor y odio, jefe y secretaria, hijos dolor reencuentro amor
Editado: 31.10.2024