La princesita del Ceo

Capítulo 6: Reencuentro inesperado

Elena:

—Angi pórtate bien con tu abuela y no salgas sin ella. Iré a una cena de negocios con Eric—le dije a mi pequeña

—Mi padre también estará de vacaciones—cuestionó mirando hacia afuera.

—Angi —me agaché frente a ella, acaricié su cabello—hemos hablado esto muchas veces cariño. Tu padre y yo perdimos comunicación, nunca más nos volvimos a ver desde que me mudé aquí, ni siquiera sabe que estaba embarazada de ti, es muy raro que alguna vez nos lo volvamos a encontrar y si lo hacemos...

—Si lo encontramos le diré:hola, sé que no me conoces pero soy tu hija.

—Tesoro, cualquiera que te conozca te va a amar—dije abrazándola.

—Elena se te hará tarde, ya vete, no hagas a Eric esperar.Ángela y yo jugaremos con su nuevo rompecabezas —dijo mi madre y besé el rostro de Ángela antes de salir. Me encontré con Eric en el camino que ya iba a buscarme.

—Amor, ya deben estar esperándonos—reclamó mirándome y caminé a su lado, llevaba un vestido negro abierto a un lado con un notable escote en la espalda pero muy elegante y unos enormes tacones, el cabello suelto y un maquillaje bastante notable y bonito.

—¿En qué parte cenaremos?

—Una carpa cerca del mar, solo nosotros, te encantará—pronunció y caminé a su lado hasta llegar a donde estaba. Su socio y su acompañante estaban sentados de espaldas a nosotros.

—Buenas tardes Aarón—saludó Eric y al escuchar ese nombre mi corazón se aceleró un tanto y tragué saliva, entonces el sujeto se levantó y se volteó hacia nosotros quedando completamente sorprendida; sin embargo, intenté disimular por todos los medios mi sorpresa al verlo allí.

—Elena—pronunció él mirándome a los ojos, nuestras miradas se habían cruzado antes, yo solo cambié la vista.

—Elena cuanto tiempo—se atrevió a decir el muy desgraciado, cuanto tiempo, sí cuanto tiempo desde que me usaste, me despediste de forma poco profesional y me restregaste en la cara que nunca te casarías con alguien como yo. Que únicamente estuve confundiendo los te amos que decías y las promesas de amor. Cuánto tiempo, tanto que en mi corazón ya habías muerto para mí. Por eso lo miré extrañada.

—¿Se conocen? —preguntó Eric a quien había olvidado por completo.

—Por supuesto que no cariño—dije agarrándome de su brazo y mirando a Eric con cariño Aarón abrió enorme sus bonitos ojos sin apartar la vista de mí.

—Sabe tu nombre—dijo Eric.

—Imagino le has hablado mucho de mí— respondí.

—Ho pensé... Más cuando Aarón me dijo que era de Wuikson, el lugar donde vivías antes—mencionó mi novio.

—Es un lugar enorme, hay demasiada gente, imposible recordar a todos, además hace muchos años no vivo allí—dije y la cara de disgusto de Aarón se hizo evidente.

—Mucho gusto señorita—dijo entonces extendiéndome la mano y yo me hice la que no la vi dejándolo con la mano extendida.

—Cariño... —dijo Eric haciendo un gesto con la mirada de que me saludaban. Le extendí la mano y lo saludé entonces, la chica que lo acompañaba solo sonrió y yo le devolví el saludo. Me senté luego de que Eric acomodara mi silla y cuando Aarón me estuvo mirando limpié la mano con la que me había saludado. La verdad era la persona a la que menos quería encontrar allí. Para mí ya las vacaciones se habían convertido en un desastre y lo único que deseaba era salir de allí, tomar a mi hija y regresar a mi casa.

—¿Llevan mucho tiempo juntos? —se atrevió a preguntar.

—Casi un año...

—Ho no mucho tiempo—dijo Aarón.

—El suficiente para saber que es la mujer con la que deseo casarme y hacer una linda familia—respondió Eric—bonita, trabajadora, inteligente, auténtica, creo que me saqué la lotería. Solo un idiota dejaría ir a una mujer así. Y ustedes piensan casarse pronto.

—No—respondió Aarón algo frustrado—Nos conoceremos bien primero, luego veremos que sucede —señaló.

—Aarón le decía a Elena que ustedes tienen algo en común: ambos saben cuatro idiomas—pronunció y desprevenidamente nuestras miradas se volvieron a cruzar.

—Seguro las clases en línea te ayudaron... —intentó hablar Aarón pero yo sentía la enorme necesidad de contradecirlo en absolutamente todo lo que dijera.

—No, no suelo ver muchas clases en línea, tomé algunos cursos.

—Elena y cuál es tu lugar favorito en Wuikson: el parque Prada o la playa Tuska, quizás el restaurante Risos o el Victoria, o la galería Arendis—dijo hablando de lugares a los que ambos solíamos frecuentar cuando éramos novios.

—No recuerdo mucho los nombres de los lugares de Wuikson, la verdad es que hace mucho tiempo vivo aquí. Pero me gustaba el restaurante Edros y el parque Air, son los lugares que más recuerdo—dije tomando tranquilamente de mi copa y podía notar que estaba enojado, bastante enojado y así estuve fingiendo que no recordaba nada de él ni de mi antigua ciudad mientras él se esforzaba, hasta que la cena acabó.

*************

Aarón:

Había salido al balcón a fumar después de la cena tan incómoda que tuve, pues sí, mi ex secretaria con quien hace unos cuantos años tuve una ardiente y pasional relación, es la prometida de mi nuevo socio y no solo eso lo que más me enojó es que me ignoró completamente como si no me reconociera. Caminaba desprevenido cuando choqué en el balcón con una pequeña de unos seis años que miraba hacia todas partes buscando algo o a alguien.

—¿Estás perdida? —pregunté.

—No—respondió sin prestarme mucha atención, parándose en puntillas de pie para mirar hacia abajo.

—¿Buscas a alguien o perdiste algo? —cuestioné encendiendo el cigarrillo, ella se viró hacia mí cruzándose de brazos.

—Fumar daña los pulmones, lo sabía—

—No tenía idea —tiré el cigarrillo, pues me pareció gracioso. Esa niña me recordaba a alguien que conocía, no, no podía ser...

—Busco a mi papá —terminó diciendo observándome.

—¿Cómo se llama tu padre?

—Es alto, guapo, elegante, con ojos verdes y muy, pero muy gruñón —respondió ignorando mi pregunta.




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