Haragán se levanta herido del suelo —Eres un maldito! Te atreviste a humillarme!— Gruñe furioso hacia Kronos quien nuevamente lo espera en guardia; Haragán se limpia la sangre que sale de su boca, se quita su paliacate y su mirada brilla con un pequeño destello sediento de sangre —Jamás creí que tendría que usar esta forma de nuevo, pero no me dejas opción... Jejeje... Te haré pasar un infierno que desearás tener una muerte rápida y sin dolor...— Exclama Haragán con una sonrisa macabra y su cuerpo empieza a retorcerse y cambiar de forma.
Todos en la arena observan con horror el grotesco cambio de Haragán mientras éste gruñe y ruge —En qué se está transformando?— Pregunta uno de los prisioneros de las gradas. Mientras tanto Kimon y Kairi observan con curiosidad el trascurso de la pelea —Esto se está poniendo interesante, me pregunto si esta nueva bestia será capaz de vencer a Kronos...— Menciona Kimon intrigado —Yo me pregunto si la jaula resistirá esta pelea...— Se pregunta Kairi.
(Hace mucho tiempo)
Antes de que Haragán se convirtiera en el pirata cambiaformas, en un planeta desconocido existía una criatura que atormentaba las aldeas cercanas al bosque oscuro; aquel que osara entrar al bosque sin protección en las noches era devorado por el monstruo que se encontraba ahí. Durante años, la bestia sobrevivía escondiéndose en el bosque cambiando de forma, cada vez que lo intentaban cazar la bestia se escapa transformándose en otro animal.
La suerte de la bestia terminó cuando los aldeanos hartos de vivir bajo el yugo de la bestia, fueron al bosque en busca de darle fin al monstruo; y para asegurar que saliera de su escondite quemaron el bosque hasta sus cenizas. De las llamas los aldeanos vieron una liebre corriendo asustada pero al ver a los aldeanos, la liebre se transformó en un ciervo e intentó huir, los aldeanos persiguieron al animal mientras este cambiaba de forma escapando hasta volverse un oso y enfrentar a sus perseguidores. El intento fue en vano, los aldeanos ya no tenían miedo y acorralaron a la bestia, la bestia no tuvo otra opción más que escapar en forma de halcón. Ese día el monstruo jamás volvió a la aldea y escapó de su planeta en una astronave pirata abordando como polizón.
(Presente)
Haragán sigue con su transformación y su tamaño aumenta, su hocico se vuelve más pronunciado y sus ojos se tornan totalmente blancos con una mirada macabra; Kronos levanta los brazos en posición de defensa al estar frente a una criatura desconocida. Es la forma más aterradora y peligrosa de Haragán: La Quimera. una bestia cuadrúpeda con brazos fuerte de gorila, patas de cabra, torso de oso, cabeza de ciervo con colmillos de lobo.
La arena se pasma en un silencio atónito mientras la Quimera se acerca a su presa lentamente, sus fauces escurriendo saliva y Kronos espera cauteloso hasta que la Quimera se acerque lo suficiente; la bestia emite un rugido ensordecedor y con un fuerte golpe carga contra Kronos y comienza a golpearlo contra el suelo. Kronos trata de usar su control de fuego para escapar de su oponente, sin embargo las patas de cabra de la bestia le permiten moverse a gran velocidad y agilidad logrando esquivar las llamas de su rival.
Rápidamente la Quimera da un enorme salto y con sus brazos de gorila se cuelga y se balancea por los barrotes de la jaula acortando la distancia hacia su rival, Kronos apenas puede reaccionar al ataque de su enemigo y la Quimera salta hacia él y lo golpea con sus enormes brazos y el ataque hace retumbar la arena.
La audiencia se queda inmóvil del miedo al ver a tan feroz criatura; los prisioneros que decían poder vencer a Haragán ahora dudan y se sienten intimidados. La Quimera levanta a un malherido Kronos con sus astas y empieza a juguetear con su cuerpo, lo golpea con su cornamenta y lo azota contra la jaula; Kronos trata de defenderse creando un muro de tierra, pero la bestia la destruye de un solo golpe, pero eso le dió tiempo a Kronos de moverse y atacarlo por el costado con sus brazos, la Quimera apenas y se mueve y Kronos empieza a golpear sin parar a la bestia, los golpes de Kronos se empiezan a volver más desesperados y Kronos golpea con más velocidad y sus puños empiezan a encenderse en llamas; los golpes de fuego empiezan a afectar a la Quimera y ésta responde con una patada y aparta a Kronos hacia el otro extremo del campo de batalla.
Kronos apenas puede ponerse de pie, con un pisotón en el suelo levanta varios pedazos de este y los enciende en llamas y los lanza hacia la Quimera como una lluvia de meteoritos; el ataque desesperado de Kronos logra debilitar momentáneamente a la criatura, la bestia ruge y corre hacia Kronos y éste levanta sus brazos y concentra su poder en sus cuatro brazos, el cielo se nubla, el suelo de la arena empieza a temblar justo debajo de la Quimera, la tormenta envuelven los brazos de Kronos en remolinos de fuego y hielo.
—Ahora qué sucede?— Pregunta angustiada Kairi. —Que ataque tan interesante! Kronos está invocando una tormenta y la está absorbiendo con sus cuatro brazos que a su vez están cargados de fuego y agua, haciendo que la tormenta amplifique a ambos, es el poder de una tormenta en las palmas de sus manos...!— Responde Kimon -Pero será capaz de soportar todo ese poder?-
Kronos y la Quimera saltan el uno contra el otro en el ataque decisivo. Kronos conecta su ataque especial provocando una ligera explosión, la arena de queda en silencio mientras el polvo se disipa. Los cuatro brazos de Kronos han apuñalado el cuerpo de la bestia y ahora su cuerpo se encuentra inmóvil en el suelo. El campeón del Júbilo se levanta victorioso.
—Damas y caballeros internos de la prisión del Páramo! El ganador de esta primera pelea, el campeón del Júbilo: KRONOOOS...!!!— Grita Serj dando por terminada la primera pelea del torneo; Kronos sale de la jaula, con apenas la fuerza para caminar de vuelta a su celda privada para la siguiente ronda. —Morirás en la siguiente pelea, bastardo!— Te felicito por haber asesinado a ese fenómeno, Kronos!— Son algunos de los gritos de los espectadores de la prisión hacia Kronos.
—Te dije que no tenías el verdadero coraje de un luchador—