Marginado

"Nuestra cultura se construyó apreciando la belleza de la naturaleza y el arte, como guerreras de Daiana es nuestro deber proteger la naturaleza, proteger sus ecosistemas y sus especies..."
Rocka acerca su taladro a toda velocidad listo para impactar en Kelly, esta rápidamente se cubre con sus alas del ataque; el taladro de Rocka choca con las alas de Kelly. El impacto retumbó por toda la arena, las escamas de detienen el taladro como un escudo y chispas salen del choque y el polvo del suelo se levanta; todos miran con incertidumbre lo que acaba de pasar, cuando el polvo se disipa el taladro de Rocka se detiene lentamente y vuelve a transformarse en su brazo no sin antes haber goteado un poco de sangre de la punta del taladro. —Cómo me gusta ver sangrar a la carne...!— Las miradas del público se dirigen a Kelly, quien aún se encuentra envuelta en sus alas, sin embargo sus alas están dañas y Kelly las abre lentamente; una gran cantidad de sangre cae goteando de su rostro, Kelly levanta la mirada revelando una enorme cicatriz en su rostro. —El feroz taladro infernal de Rocka le provocó en enorme surco en el rostro de Kelly!!— El rostro de Kelly está bañado en sangre! Apenas puede mantenerse de pie!!!— Narran los reptilianos seguido de un grito ensordecedor del público.
Rocka, Tarrick y el resto de guerreros metálicos rien a carcajadas de superioridad por el sufrimiento de Kelly. —JA! JA! JA! ESO ES TODO ROCKA!! HAZLA PAGAR POR LLAMARNOS HOJALATA!!— Grita Tarrick desde las gradas, su grito resuena en la arena que Rocka alcanza a escucharlo. —Ahí están esos bastardos...—

(Hace mucho tiempo en Ferroignis)

Rocka está regresando de una batalla junto a sus compañeros, pero por primera vez se encontró una especie diferente a la suya, no eran criaturas metálicas, eran criaturas de carne, las criaturas estaban débiles, sucias, enfermas; el estado andrajoso de las nuevas criaturas le provocaba asco y repulsión a los metálicos y Rocka.
—Hermano Rocka, allá afuera hay criaturas que su simple existencia es una profanación a nuestras tierras, es tu deber encontrarlas y aniquilarlas...!— Dijo Tarrick a Rocka encomendando un nuevo propósito a su hermano. —Como desees hermano!— Contestó sin titubear Rocka.

La cacería de criaturas de carne llevó a la matanza de más del 60% de la población de la pobre especie, siendo Rocka el mayor genocida reconocido por su crueldad; sin embargo con el paso de los años comenzaron las dudas de otros metálicos, cuestionando los actos viles de su gente. La guerra entre metálicos sombríos y pacifistas comenzó, al igual que la destrucción de Ferroignis.
La guerra alcanzó su punto más crítico cuando Tarrick y Rocka descendieron a las fraguas del núcleo de Ferroignis, su intención era usar las fraguas del núcleo para convertirlas en armas en contra de sus semejantes. Los metálicos pacifistas trataron de frustrar los planes de Tarrick, Rocka asesinó al líder de los pacifistas, este último agonizante gritó sus últimas palabras. —Más vale que abras los ojos... Tarrick solo te está utilizando, ese bastardo no siente aprecio por nadie, ni por su propia gente... No es así? Así como trata a las criaturas de carne, así te trató tu padre a tí cuando naciste, para el señor Orgorreks y el mismo Tarrick no eres diferente de esas criaturas... No puedes confiar en él...— Rocka arremete perforando el pecho del metálico con su taladro. —Como si se pudiera confiar en un metálico...— Susurra Rocka con su característico desdén orgulloso.

Sin embargo la duda y la traición estaban rondando en la mente de Rocka, pero cuando Rocka estaba a punto de actuar en contra de Tarrick, fueron intervenidos por el emperador del universo Kaido y Galia. La población de los metálicos se redujo hasta menos del 50% y Rocka, Tarrick y sus socios permanecieron en el Páramo hasta ahora...

(Actualidad)

Rocka está firme en el centro del campo de batalla, prepara el golpe final para Kelly, sus manos se transforman nuevamente en garras metálicas, pero Kelly rápidamente escapa del rango de ataque de Rocka. —Carajo! Mis alas quedaron dañadas y no podré volar el resto del combate, mi cara tambien tardará en sanar... Tengo que hacer algo para sobrevivir y pensar en una estrategia...— Gruñe en voz baja Kelly, mientras trata de huir de los ataques de Rocka, los movimientos de Kelly son erráticos. —Ahora Kelly está en completa desventaja... Esa enorme cortada abarca desde la mejilla derecha hasta el ojo izquierdo de Kelly, la vista de Kelly será afectada, y sus alas están dañadas, será capaz de resistir hasta el final?— Exclama Kairi mientras Kimon y Galia siguen mirando el encuentro.

(Hace mucho tiempo en Daiana)

En las islas flotantes de Daiana se encontraban las aldeas y palacios reales de Daiana. Sus mujeres guerreras vivían en paz y armonía, apreciando la belleza de la naturaleza y representandola en su arte.

Una joven Kelly se encontraba encontraba entrenando su técnica con la espada; desde su nacimiento las madres pilares de Daiana consideraron a Kelly diferente a las demás hijas de Daiana, ella era más explosiva e irreverente, esas cualidades la llevaban a cometer travesuras en su aldea natal, pero aún así era amada por su gente.

Sin embargo la tragedia comenzó cuando ruidos extraños se escucharon desde el templo del último de los grandes dragones guardianes de Daiana, las guerreras centinelas llegaron lo más rápido posible pero ya era tarde, el cuerpo del dragón sin vida yacía en el suelo, su pecho partido por la mitad y Kelly bañada en la sangre del dragón. No cabía duda, Kelly había asesinado al último dragón de Daiana. Los meses siguientes Kelly permaneció en prisión mientras está comenzaba a sentir los cambios; su piel comenzó a escamarse, si cabello se volvió rojo, crecieron cuernos en su cabeza, y un aliento de fuego salía de la boca de Kelly; la maldición de la furia animal del dragón había caído en ella, cargando con el tormento y dolor del dragón que asesinó.
Desde ese día Kelly lo perdió todo, el cariño de su gente, su estatus y su hogar...