La Profecía

Capítulo 4: La profecía pronto se cumplirá

Hold on to me cause I'm a little unsteady

 

Siento su mirada durante toda la clase. Cuento los minutos para que esto termine, pero esta es una de esas veces en las que el tiempo se divierte contigo y avanza más lento solo para molestarte. 

Después de una eternidad la campana por fin suena. Soy la primera en abandonar el salón. No miro a nadie yendo directo a mi casillero para dejar unas cosas que sé no necesitaré.

—Nunca había visto a alguien correr tan rápido—alguien a mi lado me dice haciendo que me golpee con la puerta de mi casillero. Bash se ríe de mi cara mientras me da un rápido beso en los labios.

—¿Cómo te sientes hoy?—acaricia mi hombro con cariño.

—Mucho mejor—miento. No quiero mentirle, pero no puedo decirle lo que me está pasando si ni yo misma lo sé.

—Me alegro. Pero para asegurarme de que lo que pasó ayer no se repita, te traje algo—saca algo detrás de él.—Un delicioso sándwich de mantequilla de maní y jalea. Tu favorito.

—No debiste—acepto el sándwich con gusto.

—Tu madre me dijo que a lo mejor te mareaste porque no habías desayunado nada. Además, haría lo que fuera por ti.

—Gracias—le sonrió agradecida. Recuerdo que hoy tampoco desayuné. Mi estómago hace un sonido evidenciando el hambre que tengo.

No doy ni un mordisco cuando alguien empuja a Bash empujándome a mí en el proceso. Corre por el pasillo apenas deteniéndose para disculparse. 

—¡Lo siento!—grita para que lo oigamos. 

No es hasta este momento que nos damos cuenta como todos los demás alumnos también corren a la misma dirección.

El baño de mujeres.

Miro a Bash confundida. ¿Qué estará pasando para que todos reaccionen de esta manera? Enlaza nuestras manos guiando el camino junto a los demás. 

—¿Qué está pasando?—le pregunto a Will una vez que llegamos.

No puedo ver nada. Todos están amontonados tratando de ver algo.

—No lo sé. Cynthia dejo el baño llorando. Una maestra la acompañó hasta la oficina del director. Lo qué nos tiene así es que ella salió cubierta de sangre en toda su ropa y en sus manos. Los policías no tardaron mucho en llegar—dice mirándome de reojo.—Lo que sea que haya pasado ahí adentro fue realmente malo.

¿Policías? ¿Sangre? 

Algo dentro de mí me hace encontrar mi camino entre la multitud perdiendo de vista a Bash y a William.

No sé cómo, pero me las arreglo para entrar al baño de mujeres. Paso la mirada por todo el lugar buscando algo que pueda decirme lo que está pasando.

Mis ojos encuentran un cuerpo sin vida en el suelo. El aire abandona mis pulmones cuando veo que es Alexa, tiene sus ojos abiertos, su expresión es de terror puro, cómo si hubiera visto un fantasma o algo mucho peor.

Un grito se queda atorado en mi garganta, cubro mi boca con mi mano sin poder creer lo que estoy viendo, mis ojos se tornan vidriosos impidiendome ver claro, me acerco a ella en el suelo.

Su sangre está por todo el piso a su alrededor, sus ojos están viendo detrás de mí, mi corazón cae a mi estomago cuando miro el espejo, una frase aparece escrita con sangre.

La profecía pronto se cumplirá.

Ahí está esa palabra de nuevo, profecía. Alguien pasa a mi lado moviéndose por el baño. Doctores y agentes oficiales aparecen guardando evidencias de lo que sucedió aquí. Nadie parece notar mi presencia aunque estoy en frente de ellos. Están muy ocupados tomando notas y fotografías.

Escucho cómo alguien susurra mi nombre en mi cabeza. Cierro mis ojos concentrándome en su voz. En la forma en que pronuncia mi nombre. Cuando los abro todo lo que veo es un familiar rostro en frente de mí.

—¿Kate?—Ethan me ayuda a enderezarme.

—¿Qué paso?—pregunto con la voz rasposa. Siento como si estuviera despertando de un sueño. 

—Te desmayaste—estira la mano hacia mí.—Come esto.

Alza la mano para que tome el pequeño rectángulo. El olor a chocolate llega a mis fosas nasales. Sin pensarlo más lo tomo de su mano comiendolo todo. 

—¿Mejor?

Quisiera decir que sí. Pero en realidad no estoy bien. No después de lo que vi en el baño. 

—Yo. No.—empiezo a soltarlo todo.—Estaba junto con esta multitud de gente afuera del baño tratando de ver que estaba pasando en los baños, luego apareció Alexa en el suelo cubierta de sangre...

No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que pruebo el sabor de mis propias lágrimas. 

—En el espejo estaba de nuevo esa palabra. 

—¿Qué palabra?—lo miro a los ojos de nuevo. Frunce el ceño esperando que responda. 

—Profecía—respondo en un gran suspiro. No sé por qué esa palabra me da la sensación de vomitar cada vez que la pienso o la escucho.—Estaba escrita con sangre en el espejo. Decía, la profecía pronto se cumplirá.

Siento como mis manos comienzan a temblar malamente. Se acerca a mí arrodillándose para verme mejor. No sé que está pasando. ¿Porqué esa palabra de pronto parece estar persiguiéndome por todas partes?

—Tranquila. Todo va a estar bien. Te lo prometo—trata de tranquilizarme.

—Nada está bien. No sé lo que está pasándome—digo entre respiraciones. No puedo dejar de sollozar.—Ayer alguien trato de matarme y al día siguiente me encuentro con que una amiga fue asesinada de una manera espantosa. Nada de esto tiene sentido.

—Pronto lo hará.

Pasos se escuchan afuera de la puerta alertándonos. Ethan mira la puerta antes de regresar la mirada a mí.

—Tengo que irme—dice preocupado.—Te buscare luego. No le digas a nadie lo que pasó ni lo que viste. 

Sus ojos se quedan en mi por varios segundos teniendo una lucha interna entre dejarme o quedarse. Una parte de mi le suplica que se quede. De algún modo me siento segura con él alrededor, pero desaparece dejandome sola de nuevo.

Alguien abre la puerta entrando al salón. Me limpio las lágrimas antes de que puedan verlas.

—Aquí estas—Bash se acerca a mí aliviado.—Te busque por todas partes. Te perdí de vista allá atrás—Se inclina en frente de mi inquieto.—Kate estas temblando.




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