La Profecía

Capítulo 8: La verdad

If I see you in my dreams tonight,

Then maybe you where right.

 

Ayudo a Molly a llegar al auto, se sienta en el asiento del pasajero viendo hacía la nada, la miro frente a mí todavía en estado de shock. No estoy muy segura de que responda si le pregunto algo, pero no pierdo nada intentándolo.

—¿Sabes dónde están Jackson o Bash?—pregunto lo más sutil que puedo. No responde. Asiento con la cabeza débilmente. Tal vez esto fue mucho para ella—Voy ir a buscarlos, en seguida regreso—cierro la puerta con cuidado. 

Regreso a la casa en busca de algo que me diga donde están, pero no logro encontrar nada. Todo esta hecho un caos. No queda nadie en este lugar.  Decido regresar con Molly, no quiero dejarla sola en ese estado. La miro todavía absorta en sus pensamientos cuando llego al coche, Me pongo el cinturón de seguridad y empiezo a manejar camino a su casa, la miro cada vez que puedo asegurándome de que está bien. 

—Estoy bien Kate—susurra mirando sus manos, tratando de detenerlas de temblar.—Nunca, en toda mi vida, esperaba ver algo como eso. Creo que todavía estoy en shock.

—Prometo que te lo explicaré todo. Pero primero necesito que me digas si sabes dónde están Jackson o Bash. Si te dijeron algo antes de irse—Lo intento una vez más. Me sorprende que hayan desaparecido sin decir nada.

—No tengo idea de dónde están—mira por la ventana.—Jackson llegó conmigo muy preocupado. Me preguntó si sabía dónde estabas. Le dije que fuiste a tomar un poco de aire—Cierra los ojos tratando de recordar.—Tomó mi mano diciendo que teníamos que irnos, pero yo no me iba a ir sin ti, así que nos separamos para buscarte. Cuando sentí que alguien me golpeó la cabeza—toca su cabeza en donde Snake la tenía agarrada. Veo el golpe en su rostro.—Después tú apareciste.

Aprieto con fuerza el volante. No voy a perdonarme que ella haya salido lastimada por mi culpa. Tal vez si no hubiera ido a la fiesta todo esto se hubiera podido evitar. Estaciono el coche fuera de su casa, nos bajamos del coche, camino junto a ella hasta la puerta.

—Lo siento—apenas y puedo mirarla.—Todo esto es por mi culpa—le digo mientras abre la puerta, mira adentro para ver si hay alguien, luego a mí.

—¿Quieres pasar? ¿Creo que nos caería bien una taza de té?

Busca mi mirada, asiento con la cabeza débilmente. Molly entra a la casa dejando sus cosas en el piso, cierro la puerta detrás de mí, entra a la cocina por unos momentos para regresar con dos tazas de té. Nos sentamos en el sofá, una en frente de la otra. Dejo el té sobre la mesa, mis manos están tan sudadas que temo la taza caiga al suelo en cualquier momento.

—No sé por dónde empezar.

—Qué tal si empiezas desde el principio—me anima.

—¿Recuerdas cuando me preguntaste sobre Ethan la primera vez que lo viste?

—Si, lo recuerdo.

—Bueno, ese día te mentí. Si lo había visto antes, el día anterior cuando choque mi coche contra un árbol.

—¿¡Tú que!?—abre los ojos alarmada. 

—Iba de camino a casa, cuando vi esta figura en medio de la calle...—la miro para asegurarme de que está escuchándome.  

Empiezo a contarle todo, desde el primer sueño extraño que tuve, la constante sombra que comenzó a aparecer en mi cuarto cada noche hasta hace unos días que dejo de visitarme, la primera vez que vi a Ethan y como me salvo de Snake, cómo el ataque de Alexa puede estar relacionado conmigo, cómo al parecer no pertenezco a este mundo, y todo lo que sucedió hoy.  Se queda callada por lo que siento es una eternidad.

—Dime algo—le ruego.

—No sé qué decirte, Kate. Es demasiado. Todo esto es simplemente demasiado. No puedo creer que te lo guardaras durante todo este tiempo. Por eso has estado tan distraída últimamente. Por eso Jackson me dijo que te veía mal, que necesitábamos hacer algo para ayudarte a distraerte—pasa su mano por su cabello asimilándolo todo.—Y si lo que dices es cierto y eres la princesa perdida que debe salvar a todos... Dios... Tienes una carga muy grande sobre tus hombros.

Hago una mueca. Lo sé. Tengo que hacer prácticamente lo imposible. Ni siquiera se quién soy, mucho menos cómo es que pude quemar la pared con un rayo. ¿De dónde salió toda esa energía? Molly me mira con una pequeña sonrisa tratando de darme ánimos. 

—Tengo una amiga que puede hacer todas estas cosas asombrosas como presencie hoy y...

—Me faltó añadir algo—la corto.—Tengo un hermano gemelo que al parecer quiere deshacerse de mí.

—Deshacerse como...

—Si.

—Oh, eso definitivamente no es bueno.

—No—murmuro. Sostiene mi mano apretándola. 

—Eres fuerte Kate. Nadie puede hacerte daño, no si no quiere ganarse una buena paliza tuya—río por su comentario motivacional.—Pase lo que pase, sé qué lo harás bien. Además, yo estaré a tu lado para ayudarte con lo que necesites. 

—No sé qué haría sin ti—sonríe con afecto.—No puedes decírselo a nadie, Mol

—No te preocupes, no le diré ni una palabra a nadie—alza su dedo meñique para que lo una con el mío. Sellamos el pacto de secreto. Puedo ver que tiene algo más que decir. 

—¿Qué pasa?

—Creo que concuerdo con Jackson, Ethan lo rodea algo malo, me da un mal presentimiento.

Asiento débilmente entendiendo de dónde viene su preocupación, después de todo sigue siendo un desconocido, pero a diferencia de ello yo siento que lo conozco desde hace tiempo.

Pasamos el resto del tiempo hablando de todo lo que sé hacer hasta ahora. Estoy tan aliviada de que le haya contado todo, siento como si me hubieran quitado un gran peso de encima. Salgo de su casa con una sonrisa en mi cara. Me permitió tomar prestado su coche, con la promesa de no dejarlo como el mío. Mi teléfono suena en mi bolsillo. Respondo sin ver el número.

—¿Dónde estás?—Bash pregunta al otro lado del teléfono. Puedo escuchar que está enojado y frustrado.




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