La Profecía

Capítulo 17: Nos atacan

Energy that I can't explain

It takes over, like a solder.

 

La luz del sol entra por las puertas del balcón despertándome. Busco a Ethan, pero se ha ido. Un sonido viniendo afuera del balcón me alerta. Me levanto de la cama para abrir las puertas. Un hipogrifo blanco descansa frente a mí. 

—Me alegro mucho de que estés aquí—abrazo a Boomer. 

Su cabeza me rodea para hacer algún tipo de abrazo. Doy un paso atrás para verlo mejor, es mucho más grande que yo. Sus ojos son dulces y tiernos, llenos de amor. Su pico es fuerte y filoso. Paso mis manos por sus plumas, algunas son mucho más grandes que mis manos. Esperaba que me rasparan, pero se siente tan suaves como la seda. Alguien llama a la puerta de mi habitación.

—Te veré más tarde amigo.

Boomer hace un sonido abriendo sus grandes y hermosas alas. Retrocede unos pasos, me mira antes de despegar y salir volando por el aire. Entro al cuarto cerrando las puertas detrás de mí.

—Buenos días, su alteza—una ama de llaves entra a mi habitación con una bandeja de comida en sus manos.

—Puede llamarme, Kate—respondo con una pequeña sonrisa.—¿Y usted es...?

Voltea a verme, en su cara puedo ver cierta tristeza, cierra los ojos moviendo la cabeza. 

—Mi nombre es Eleonor, mi niña. Estoy aquí para servirle.

—Mucho gusto, Eleonor—inclina la cabeza en saludo. Continua acomodando la comida en la pequeña mesa en frente de la sala. 

Eleonor se ve de unos sesenta años, su cabello muestra las finas líneas grisáceas que vienen con la edad, es un poco más pequeña que yo, el cansancio es notable en las diminutas arrugas en su rostro y en sus manos, aunque se mueve con una gran agilidad por la sala. Hay algo en ella que me inspira confianza en seguida. Termina de acomodar las cosas dirigiéndose de nuevo a mí. 

—No piensa desayunar, mi niña.

Mi niña. La manera en que lo dice me hace sentir una nostalgia que no sabía que tenía. 

—¿Está bien?

—Si. Gracias por el desayuno—contesto mostrándole una sonrisa amable el cual ella regresa.  Tengo el sentimiento de que ella fue alguien cercano a mí antes de que escapáramos. Lamento mucho no poder recordarle. 

—Si necesita algo más, no dude en decírmelo.

—Ahora que lo menciona, sí necesito algo. Me gustaría tomar una ducha, pero no tengo prendas en este lugar. ¿No tiene algo que pueda usar por ahora?

—Por supuesto—se acerca al armario a un lado de las puertas del baño. Hay sólo vestidos aquí, además de unos cajones en la parte inferior.—¿Algo más que necesite?

—No, es todo.

—Muy bien. Antes de retirarme me pidieron que le informara que el consejo estará esperándola en el gran salón—inclina la cabeza en forma de despedida. 

Entro al baño deseosa de una ducha. Tardo más de lo normal en el baño, no quiero salir de aquí, estoy tan cómoda, tan tranquila. Salgo hasta que los dedos de mi manos y pies comienzan a arrugarse. Agarro una toalla acomodándola alrededor de mi cuerpo. 

Eleonor esta de vuelta en la habitación cuando salgo del baño. Me ayuda a ponerme un vestido de color verde con un top amarillo lleno de encaje muy bonito. También me ayuda con mi cabello adornándolo con algunos trenzados. La manera en que acomoda mi cabello me resulta tan familiar. 

—Listo. Quedo más hermosa que una flor en primavera—dice con una sonrisa en su rostro que hace que sus ojos se arruguen.—Sólo falta algo—pone una tiara en la cabeza. Me miro en el espejo frente a mí, definitivamente me veo diferente, me siento diferente.—Dos guardias la acompañarán al gran salón.

Salgo del cuarto encontrando a los dos guardias esperándome. No me dejaran sola hasta que llegamos al salón. Todo el consejo está aquí, excepto Jackson.

—Buenos días, su alteza—Mathew es el primero en saludar. 

—Buenos días—respondo mirando la silla en la que Ethan estaba sentado ayer. Ahora está vacía. ¿Dónde está? 

—Tenemos todo listo para la misión de rescate—dice atrayendo mi completa atención. 

Habla de la misión de rescate para mi mamá. Sé que es importante, pero no puedo dejar de pensar en donde está Jackson y por qué no está aquí. Mis ojos encuentran a Bash al otro lado con la mirada fija en la mesa. Mathew sigue hablando de los planes. Un soldado entra a la sala abriendo las puertas de golpe obligándolo a callar.

—Señor—le dice a Mathew luchando por recuperar el aire.—Están atacando Balthon. ¿Qué hacemos señor?

Regreso la mirada a Mathew, su expresión se endurece, se dirige al soldado agradeciendo la información. Se encamina a Bash para darle ordenes de ir a Balthon con sus soldados y enfrentar a los hombres de mi hermano. No sé por qué, pero siento el impulso de salir corriendo de aquí y averiguar qué es lo que en verdad está pasando por mí misma.

—Están muy cerca del castillo—escucho a alguien decir mientras salgo de aquí.

—¡Kate, no!—Bash se da cuenta de lo que hago. 

Grita mi nombre de nuevo queriendo detenerme. Lo ignoro pasando por las grandes puertas, corro afuera del castillo, sigo a los soldados hasta Balthon. Me lleva un tiempo llegar a la aldea. Lo que veo cuando llego me deja helada. Fuego sale de las casas, humo cubre todo el lugar, los soldados corren por todas partes rompiendo filas. Aldeanos gritan y lloran por ayuda, mientras otros corren por todas partes buscando refugio. 

No tan lejos de donde estoy puedo escuchar a una niña llamar por su madre. Todo está oscuro por culpa del humo que el fuego está ocasionando. No puedo ver por dónde voy, dejo que el grito de la niña guíe el camino. Entro a la casa donde creo viene el llanto, la busco por el lugar como puedo, está de pie al otro lado de la habitación.

—Vamos, tenemos que salir de aquí—grito desde la puerta.




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