La Profecía

Capítulo 19: Cierre

And then you say to me you made a wrong mistake.

You start to tremble and you voice begins to break.

 

Jackson aparece después de dejar a Molly en su casa, me mueve por el cuarto nervioso, espero a que hable pero no lo hace, evade mi mirada a toda costa. Muerde el interior de su cachete sin, eso solo lo hace cuando algo importante está en su cabeza.

—¿Qué pasa?—no responde.—Jackson.

—Un grupo de soldados fue a Condor en busca de tu madre. Bash fue con ellos—conecto los cabos sueltos en mi cabeza. 

—La idea de traer a Molly aquí no fue porque ella te obligara a traerla, ella era la distracción.

—Lo siento, pero sabíamos lo que hubieras hecho si te lo decíamos.

—¿Desde cuándo se fueron?—exijo saber.

—Debieron haber llegado hace dos horas—responde preocupado.

Esto no puede estar pasando, estoy más que molesta en este momento, salgo de la habitación dejando a Jackson atrás.

—Como siempre decidieron ocultarme las cosas. Creí que sabrías mejor, creí que no volverías a dejarme en la oscuridad. 

Owen aparece en el pasillo buscándonos. 

—Están aquí.

Eso es todo lo que necesita decir para hacerme correr por el pasillo hasta la planta baja, Bash entra por las puertas junto con otros guardias. Ethan aparece a su lado ayudándolo a caminar, usa sus hombros como apoyo, corro hasta ellos con lágrimas en los ojos. 

—¿Qué pasó?

—No pudimos encontrar a la reina, eran demasiados...—Bash hace una mueca de dolor. Lo abrazo aliviada de que este de regreso y con vida. 

—En qué estabas pensando—digo enojada y feliz al mismo tiempo. 

Me aparto de él inspeccionándolo de arriba abajo, tiene sangre por toda su ropa y en su rostro, mi corazón se aprieta preocupada. 

—Estoy bien—trata de sonreír, pero solo logra hacer una mueca.—Lo siento—sus ojos conectan con los míos arrepentido. 

—Llévenlo a su habitación—Mathew les ordena a los guardias. Ethan se mueve dejando que los guardias ayuden a Bash a subir las escaleras, guiándolo a su habitación.—Gracias por traerlo de regreso—Mathew voltea a ver a Ethan, él solo hace un movimiento con la cabeza. Todos desaparecen dejándonos solos. 

No quiero esperar más, sostengo su mano en la mía guiándolo a la habitación mas cercana que encuentro, compruebo que estamos solos antes de cerrar la puerta. Me acerco a él sin darle la oportunidad de hablar, sostengo su rostro entre mis manos, lo beso extrañando el sabor de sus labios en los míos. 

No sé cómo, pero él logra transmitirme tanta paz y seguridad cuando está a mi lado, me siento a salvo en sus brazos. Su mano sube hasta mi cuello, su pulgar acaricia mi mandíbula, apoya su frente en la mía rompiendo el beso. 

—Lo sabe. Blake sabe que estoy contigo.

—¿Qué?

—Sabía que iban a ir a salvar a tu madre, no tengo ni la menor idea de cómo lo supo, pero estaba listo, esperando el momento en que los guardias atacaran. Trate de ayudarlos lo mejor que pude sin levantar sospechas, luego vi a tu amigo herido, era cuestión de tiempo para que terminarán con él. No podía pensar en otra manera de ayudarlo, lo ayude a escapar delatando mis intenciones, lo siento.

—¿Lo sientes?—arrugo la frente. 

—Si hubiera manejado mejor la situación, si hubiera encontrado la manera de ayudarlos de otra manera, tal vez podría seguir en Condor buscando a tu madre—se aparta mirándome de reojo.—Entiendo si estás molesta conmigo... 

—¿De que hablas? Ethan, estoy agradecida, si no fuera por ti Bash no estaría aquí en estos momentos. 

—Si, pero ya no tengo manera de traer a la reina de vuelta. 

—Pensaremos en algo, estoy segura que encontraremos la manera de rescatarla—digo esperanzada.—Pero si es cierto lo que dices, tenemos un infiltrado entre nosotros, tenías razón en decir que no puedo confiar en nadie. 

Sus cejas se mueven herido, repaso mi mirada por él, tiene una mancha de sangre en el costado de su estomago, muevo la camiseta para verlo, el me detiene apartando mis manos. 

—Estoy bien, solo es un rasguño—trata de calmarme, pero recuerdo la herida que tuvo hace unos días, no había sanado por completo. Aparto sus manos, intentando ver su herida, pero él me lo impide de nuevo.—Kate, estoy bien. Lo prometo.

Sus labios encuentran los míos, dejándome con la palabra en la boca, con ese simple acto logra hacerme olvidarlo todo. Me separo un poco para poder hablar. 

—Te extrañé—mi corazón martillea contra mi pecho sin controlarlo. 

—También te extrañe.

—Admito que no esperaba esta bienvenida, pero me gusta y mucho.

Une nuestros labios una vez más, pasa su mano por mi cintura pegándome a él, mientras que la otra sostiene mi mandíbula acomodándolo mejor para profundizar el beso. El calor se apodera de la habitación en segundos, paso mis manos por su cuello atrayéndolo más a mí, queriendo más de él. Atrapa mi labio entre sus dientes mordiéndolo levemente, un gemido se escapa de mi boca. 

Espero que la vergüenza llegue, pero no lo hace. Estoy tan consumida en él, en lo que logra hacerme sentir, que no puedo concentrarme en nada más que no sea en sus labios moviéndose contra los míos, en la manera en que su mano acaricia mi espalda.

La puerta se escucha regresándome a mis cinco sentidos. Una figura nos mira en el marco de puerta, escucho como carraspea incomodo. Me separo de Ethan para ver mejor a la persona. Jack mira el suelo apenado. 

—Katie—sus ojos viajan de mí a Ethan a mi lado.—Lo siento, no quería interrumpir.

Siento mis mejillas arder, estoy tan segura que estoy tan roja como un tomate. No puedo ver a Jackson, me da apena que me haya encontrado en esta situación. 

—¿Qué pasa?—pregunto con más frialdad de la que pretendía. 

Aún no se me olvida lo que hizo para mantenerme distraída mientras el rescate de mi madre sucedía, pero como dije antes, es difícil estar enojada con él. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.