La Profecía

Capítulo 23: Parte de mi pasado

By my side would you stay?

If I need you know

Nuestras cosas están en frente de nosotros. Siento la mano de Ethan aún sosteniendo la mía, cómo si tuviera miedo de dejarme ir.

—¿A dónde diablos te fuiste?—Jackson llega a nosotros enojado. Deja la madera en el suelo corriendo a nuestro lado cuando ve la sangre en las manos de Ethan. 

—Fue mi culpa. Fue mi culpa—repito una y otra vez aterrada. 

—¿Qué pasó?—Jack se inclina inspeccionando la herida. 

—Seguí al conejo hasta un pasadizo, luego apareció un jaguar, llegó Ethan para ayudarme, pero el jaguar nos ataco antes de que saltáramos—hablo tan rápido que no sé si pueda entenderme. 

—Cinco minutos, Kate. Te dejamos sola por cinco minutos. 

—Lo siento.

—No es tu culpa—Ethan se apresura a decir. Por más que luche por mostrar que no le duele yo sé que sí. 

—Tenemos que hacer algo, tenemos que ayudarlo. 

—Tenemos que regresar—Jackson contesta tajante. 

—Estoy bien. 

—Estas desangrándote. Necesitamos ayuda.

—Tu puedes ayudarme, Kate.

—¿Yo? ¿Cómo?

—Lo hiciste antes cuando William me apuñalo. La herida sano más rápido de lo normal, ¿recuerdas? Tu hiciste eso.

Mi mente viaja a ese momento, lo mucho que quería que sanará, que la herida desapareciera. 

—No sé cómo lo hice—admito. 

—Inténtalo—Jack me incita.—Es lo único que puede ayudarlo en este momento. 

Regreso la vista a Ethan en el suelo, su piel luce cada vez más pálida. Paso saliva con dificultad. No sé cómo hacerlo, mis manos tiemblan, mis boca se seca, un nudo se forma en la boca de mi estomago. Veo la sangre que empieza a salir debajo de su espalda. Tengo que intentarlo, debo intentarlo, no puedo dejar que muera. 

Dejo ir de sus manos, pongo mis manos en su abdomen, cierro los ojos concentrándome en él. Siento su estomago moverse bajo mis palmas, el calor que emana de su cuerpo, el latir de su corazón.

Imagino la herida en su espalda, luego como su piel se une la una a la otra cerrando las cortadas, deteniendo el sangrado. Abro los ojos esperando que haya funcionado. El pánico me inunda cuando veo que sigue luchando por regular su respiración. Lágrimas de frustración e impotencia caen por mi rostro. 

—Tranquila, inténtalo de nuevo—me motiva. 

—No puedo. Lo siento, tenemos que sacarte de aquí. 

Muevo mis manos, pero él las aprieta contra su abdomen para mantenerlos ahí. 

—Si puedes. Inténtalo de nuevo.

La confianza que desborda por mí llena mi corazón de amor. No puedo creer lo tonto o lo estúpidamente esperanzado que es. Sus ojos no se apartan de mí llenos de una fe ciega. 

Cierro los ojos de nuevo, me concentro en cada herida, en cada parte de su cuerpo, en la sangre que fluye por su venas, en su suave piel. Algo cálido se siente bajo mis palmas, no me detengo. 

—Esta funcionando.

Llego a su espalda, imagino cada músculo que se contrae con el movimiento, luego las heridas aún abiertas, observo cómo desaparecen regresando su espalda a cómo era antes de ser atacado. No abro los ojos con miedo de que no haya funcionado. Su mano aprieta la mía deteniéndome. 

Lentamente abro los ojos encontrando los suyos, se endereza en el suelo, se da la vuelta levantando su camisa para que podamos ver su espalda. Jack y yo nos quedamos con la boca abierta asombrados.

Funcionó. Lo logré. 

—No siento nada—Ethan pasa sus manos por su espalda. 

—Es porque no hay nada—Jack le informa. 

—Funcionó—susurro sorprendida. 

Jack se deja caer al suelo pasmado. Ethan me abraza con fuerza. 

—Sabía que podías hacerlo. 

Regreso el abrazo sin pensarlo. Lágrimas cargadas de felicidad y alivio caen por mis mejillas. Me aparto de él golpeándolo en el hombro.

—¿Porqué fue eso?—acaricia su hombro aliviando el dolor.  

—Pudiste haber muerto. Pude no haberte salvado, pude...

—Pero lo hiciste. Te lo dije princesa, tu tacto es poderoso. 

—Fue muy arriesgado de tu parte. Kate tiene razón, pudiste haber muerto—Jack lo recrimina. 

—Aunque hubiéramos regresado, no había forma de ayudarme y todos los sabemos.—explica con calma.—Además, no me importa morir si eso significa que tu sigues viva, que sigues sana y salva.

Sostengo su mano apretándola con fuerza. Aparto las lágrimas de mi rostro. 

—Eres un tonto. 

—Un tonto enamorado de ti. 

Jack bufa negando con la cabeza. 

—Están locos los dos.

Sus ojos encuentran el lugar dónde se supone debe estar la trampa. 

—Imagino también tuviste algo que ver—dejo que el silencio sea su respuesta.—Esto no puede ir mejor—se levanta del suelo sacudiendo la tierra de su ropa.—Espero que hayas tenido suficiente Katie, porque nos vamos.

—¿Qué? ¿Por qué?

—¿En serio lo preguntas?

—Jackson, estamos bien. No pasó nada. 

—¡Que no paso nada! Casi se muere—apunta con un dedo a Ethan. 

—Estoy bien—Ethan se levanta del suelo. 

—Por poco. 

—Por favor, Jack. No me hagas esto. Te lo suplico—hago un puchero, juntando ambas manos implorando que reconsidere. Nunca puede decirle que no a esta cara. Evita mi mirada a toda costa, pero termina por ceder. 

—Esta bien.

—Gracias.

—No me des las gracias todavía. Escúchame, si algo no me gusta nos regresamos. Si veo que las cosas se están complicando nos regresamos. Si hay un mínimo indicio de que puedes estar en peligro...

—Nos regresamos—termino por él.  

—Sin peros de por medio—asiento. Su cuerpo se relaja un poco. 

Mi estómago me traiciona haciendo un ruido. 

—Tienes suerte de que sea precavido y haya traído algo de comer. 

Va hasta su mochila buscando la comida que trajo. No miento cuando digo que no sabría que hacer sin él. 




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