La Profecía

Capítulo 31: Tengo que salir de aquí

Secrets follow us

Visions we can't forget

 

Siento un increíble peso sobre mí, apenas logro abrir mis ojos para ver en dónde estoy, todo luce gris.

¿Qué me paso?

El cuerpo me duele, no puedo moverme, respirar es difícil. Las imágenes me golpean con una cubeta de agua helada: Amber frente a mí, las palabras hirientes, los golpes, luego... nada.

¿Estoy muerta?

Abro más los ojos, acostumbrándome a la luz, mis orbes siguen un copo de nieve que cae del cielo. Sin esperarlo, mi corazón sube hasta mi garganta, mi respiración se vuelve incontrolable, me siento desfallecer de nuevo.

Mi cuerpo tiembla sin poder controlarlo, sigo con la mirada lo que sea que esta encima de mí, y por un momento deseé no haberlo hecho.

Los ojos de un hombre me observan, lucen vidriosos, vacíos, sin vida.

Esta... esta muerto.

Quiero gritar, pero el dolor en mi garganta me lo impide, creo que me quede sin voz. No me doy cuenta de cuando empecé a llorar hasta que pruebo el sabor de mis propias lágrimas, me remuevo en mi lugar desesperada por alejarme, no quiero estar aquí, empiezo a entrar en pánico sin poder apartar los cuerpos de mí.

No puedo respirar.

No puedo pensar.

Solo quiero despertar de esta pesadilla.

El sonido de metal chocando contra algo llama mi atención, giro el rostro encontrando a los orcos moverse por el lugar, chispas salen de las espadas que empuñan, sacándoles filo.

El olor a algo quemándose llega a mi nariz, sin buscarlo, mis ojos ven más allá de los cuerpos. Cómo si hubieran movido un interruptor, todo el ruido del lugar se apaga, no puedo oír nada más que el golpetear de mi corazón en mis oídos, llevo mi mano a mi boca callando mis sollozos.

Los orcos cargan los cuerpos hasta la hoguera, arrojándolos para avivar el fuego que utilizan para crear sus armas. Esto es lo peor que he visto en mi vida, ninguna película de horror se compara con esto. 

No sé cómo llegue aquí o lo que está pasando, seguro Amber me dio por muerta después de todos los golpes que me dio, y me arrojaron a una más de esta pila de cadáveres.

Más copos caen del cielo hasta caer en nosotros, enfoco mi vista en ellos. No son ningunos copos de nieve, son cenizas, las cenizas de aquellos cuerpos que están quemando. Aparto de un golpe el último que me cayó encima, luego otro y otro, estoy enterrada en ellos, no importa cuanto luche por apartarlos de mi cuerpo siguen cayendo.

Tengo que salir de aquí.

Repaso el lugar buscando una salida, pero mi cerebro esta fundido, no puedo pensar. Me sobresalto al oír una ensordecedora alarma, cubro mis oídos amortiguando el sonido, orcos corren por el lugar tomando las armas, poniéndose en posición para atacar.

El galopar de unos caballos llega junto con el estruendo de las armas percutando entre ellas. No entiendo lo que pasa, me quedo en mi lugar sin moverme, temo se den cuenta de que sigo viva y terminen con él trabajo que Amber empezó.

<<Kate>>

Escucho su voz llamarme como en mis sueños.

<<Kate ¿dónde estás?>>

Abro los ojos buscándolo entre todos los cuerpos que se desplazan por el lugar. Encuentro su rostro sudado, sucio con tierra y sangre, pelea contra uno de los orcos. A su lado, cubriendo su espalda, Boomer golpea con sus patas delanteras a todos aquellos que se le acercan.

—Es... estoy...—trato de gritar, pero mi voz es rasposa, no puedo hablar.

Cierro los ojos rezando por que me escuche, porque mis poderes hayan regresado.

<<¡Estoy aquí! ¡Estoy aquí!>>

Repito.

Me arrastro entre los cuerpos y el suelo hasta él, gira el rostro por todas partes, sus orbes se mueven frenéticos, buscándome desesperado. Boomer parece notar mi presencia, se deshace de unos orcos, corre a mí protegiéndome con su cuerpo. Ethan lo sigue detrás, cae al piso de golpe, sosteniéndome en sus brazos.

—Kate, amor, estoy aquí. Ya estoy aquí.

Sus labios besan mi rostro repetidamente.

—Te voy a sacar de aquí. Aguanta un poco más, por favor.

Carga mi cuerpo entre sus brazos, contraigo el rostro al sentir punzadas en todo el cuerpo, un gemido de dolor escapa de mis labios, nos levanta a ambos del suelo, se prepara para saltar...

—No.

Arruga el entrecejo confundido.

—La... cel... das...—mis cuerdas vocales apenas lograr hacer un sonido. —El... pasa...di...zo

—Tengo que sacarte de aquí.

Niego con la cabeza, trato de bajarme de sus brazos, me lo impide sosteniéndome más fuerte, pegándome a su pecho. Sin decirme nada más, saltamos al familiar pasadizo.

<<Las celdas>>

—¿Cuáles celdas?

<<Al fondo del pasillo>>

El cuerpo de Ethan se tensa conforme avanzamos.

Esta vivo.

Orc sigue vivo.

Lo miro sentado en el suelo, sangrando por sus heridas abiertas, nuevos moretones pintan su cuerpo.

—¿Qué es este lugar?

Orc se gira al escuchar la voz de Ethan, sus ojos rojos e hinchados conectan con los míos, alivio irradia su rostro al verme.

—Sigues viva, pensé...—fuerzo una sonrisa, estoy contenta de verlo de nuevo.

—¿Kate? —Ethan me llama.

<<Él viene con nosotros>>

—¿¡Que!?

<<Él>>

Pierdo fuerzas, en cualquier momento perderé la conciencia de nuevo.

Solo un poco más Kate, tu puedes.

<<El viene con nosotros>>

Repito seria, no está a discusión este tema. Me deja en el suelo con cuidado de no herirme más, se coloca a mi lado, apunta sus manos a las rejas.

—Hazte a un lado—ordena.

—¡¿Qué vas a hacer?!—mi compañero de celda pregunta aterrado.




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