La Profecía

Capítulo 33: Él no me abandonó

One heart broke, four hands bloody

And I hope I was your favorite crime

 

Todo el consejo está aquí discutiendo el siguiente movimiento para acabar con el ejercito de Blake. Mis ojos se desvían hasta mi madre en la cabecera de la mesa, escuchando con atención todo lo que Mathew dice. Yo no puedo hacer más que ver sus labios moverse, estoy aquí, pero mi mente esta ausente pensando en él.

Mis orbes siguen el asiento al final de la habitación dónde él se sentaba. Lo extraño, mucho. Extraño todo de él, cierro los ojos recordando los momentos juntos, sus suaves caricias, sus hermosos ojos verdes, sus dulces labios, su radiante sonrisa que me acelera el corazón. El vello en mi nuca se eriza recordando sus labios en mi oído mientras me susurraba cosas.

—Te extraño.

—¿Kate?

Abro los ojos encontrando la mirada de todos. Mi madre enarca la ceja esperando una respuesta. Carraspeo componiéndome.

—No estoy de acuerdo—me aventuro a decir.

—Concuerdo con ella—Owen dice para mi alivio. —Ganamos la batalla no la guerra.

Mi madre baja la mirada hacia los mapas que descansan en la mesa.

—¿Qué crees que sea lo correcto hacer? —me mira.

No lo sé.

Sigo sin entender porque Blake nos dejó ir, por más que lo pienso no encuentro una explicación. También, aparentemente desde que salí de Condor dejó de atacarnos, eso es algo que me inquieta, no sé que esta pasando por su mente para hacer esto.

Una punzada de dolor llega a mi cabeza, no he podido aliviar el dolor con nada.

—¿Kate? —Bash me pregunta preocupado.

—Debemos continuar preparándonos, no sabemos cuando vuelva a atacar y con qué lo haga, puede estar reuniendo refuerzos. Debemos preparar a Magnos y Olthandor, creo ellos serán los primeros en recibir los golpes cuando los ataques regresen.

—Mandare a prepararlos lo mejor posible—Aaron anuncia.

—Refugien a los aldeanos en las aldeas siguientes, no quiero que nadie que no sea soldado se quede ahí—mi madre ordena.

—En seguida su majestad.

Mi madre se levanta de su asiento, todos hacemos lo mismo.

—Kate, acompáñame por favor—ordena yendo hacía la puerta.

La sigo detrás esperando que sea ella la primera en hablar.

—Te noto distraída, y no has hablado mucho desde...

—Estoy bien—la corto. 

—Hija—se detiene abruptamente. —Yo también sufrí, a mi también me toco ver a mi gente herida y sufriendo, yo... Sé por lo que estas pasando, me costó mucho salir de allí, aún tengo pesadillas de ese lugar, y me duele saber que Jackson y tú pasaron por eso. Hubiera dado lo que fuera para no haberlos puesto en esa posición—suspira herida por el recuerdo.

Ella no puede entender por lo que estoy pasando, porque no vio lo que yo, no la hirieron cómo a mí, y no la culpo por eso, al contrario, estoy agradecida. Pero, aunque hayamos pasado por cosas similares, nunca llegarán a ser las mismas.

—Lo que trato de decir, es que hablarlo me ayudó.

—Gracias mamá, pero yo no necesito hablar.

—Kate—advierte.

—Tengo que irme—beso su mejilla. —Te veo luego.

Salgo de ahí sin darle la oportunidad de decirme algo.

No quiero hablarlo, no quiero revivirlo, no quiero escuchar ese te lo dije de todos. Los moretones ya han desaparecido casi por completo, al igual que las cortadas en mi costado. Pronto no habrá evidencia en mi cuerpo que me recuerde lo que pasó.

—¡Kate! —una dulce voz grita mi nombre.

—¿Chloe?

Corre hacía mí con los brazos extendidos, me inclino para recibirla, la aprieto contra mi pecho feliz de verla.

—Pensé que no volvería a verte.

—¡Regresaste! —grita emocionada. —Gracias, Kate.

—¿Por qué?

—La trajiste de vuelta.

—¿A quién?

Una mujer se acerca a nosotras, se para a nuestro lado, me levanto del suelo para verla mejor.

—¿Agatha?

—Katherine—descansa su mano en mi hombro, puedo ver alivio en sus ojos que están un poco nublados en lágrimas—Salvaste a mi hija y me liberaste de esa prisión—me atrae a ella abrazándome. —Estaré eternamente agradecida contigo.

No sé que decir, esto no me lo esperaba.

—Perdóname—suplica.

—¿Por qué? ¿Yo no tengo nada que perdonarte? Al contrario, estoy agradecida contigo, con tu ayuda pude sacarlos de esa cárcel. 

Solloza. 

—Tu no mereces este castigo. 

Me aparto de ella para verla. 

¿De qué castigo habla?

—¿Qué...?

—Cuando más oscuro sea el día búscalo, el canto del presagio te guiara a él, cuando lo encuentres viajaras al pasado, veras tu presente y entenderás tu futuro.

—¿De que habla? ¿A quién tengo que buscar?

Me ignora tomando la mano de la pequeña Chloe, ambas se alejan con una sonrisa en sus rostros.

—Cuídate, Kate—Chloe se despide con un movimiento de mano.

Me quedo con un sentimiento extraño, por alguna razón no puedo apartar la mirada de ellas, me fijo en los detalles que hay alrededor de sus figuras, de pronto puedo ver a través de sus cuerpos. Me quedo con la boca abierta cuando las veo desaparecer en el aire, y sus alamas se marchan hacía el vació.

No siento miedo, ni nada parecido, me siento feliz por ellas, porque al fin encontraron la paz que tanto buscaban.

*_*_*_*

Siento una presión hundir mi lado de la cama, abro los ojos encontrándome con unos azules, ahogo un grito.

—¡Buenos días! —grita Molly emocionada. —Te quería sorprender.

—Me sorprendiste—el corazón casi se me sale del pecho.

—Te extrañe—me rodea con sus brazos apretándome.

Regreso el abrazo al instante, sé que Jackson tiene algo que ver con que ella este aquí. 

Mi amiga no tiene ni idea cuanto la necesito en este momento, mis muros se caen de golpe, no puedo fingir frente a Molly, ella es la única persona que puedo decirle todo sin temor a que me regañe o me juzgue. Parece sentir que me desmorono porque me sostiene con más fuerza. No habla, ni me pregunta nada, solo me sostiene.




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