La profecía de los dos príncipes - Fanfic Harry Potter -

El laboratorio subterráneo.

 

Hogwarts, el colegio de Magia y Hechicería más respetado en toda la faz del mundo mágico, se ahogaba en la desgracia. Los cuadros mágicos habían sido movidos; las escaleras, detenidas. Reinaba la oscuridad en cada parte del castillo, salvo en el subsuelo, en donde realizaba la nueva misión encargada por la reina Elizabeth Roses: crear una poción para retener el alma de los caídos y así devolverlos a la vida. Tarea compleja, si la había.

Severus Snape, el director Snape ahora, esquivaba mi presencia con ahínco. Me preocupaba que, después de todo, las ansias de poder pudieran dominar su oscuridad. Las pocas veces que nos habíamos encontrado, lo hicimos con la presencia de sus sabuesos, dos mortífagos que no lo dejaban a solas a no ser que ocurriera algo de fuerza mayor, como ser llamados por el que No-Debe-Ser-Llamado. A estas alturas, Voldemort.

No podía encontrarme con él, verlo a los ojos y saber de qué lado estaba.

Por ese motivo, había encontrado otro lugar para realizar la poción sin su conocimiento. Para ello, necesité ayuda. No era la primera vez que hacía algo que no había sido encargado por Elizabeth, para lograr los objetivos.

Johan entró al laboratorio, en compañía de Sybill y Lena. Hacía doce horas que yo estaba entre tubos de ensayo y esencias. El rubio no apartaba su mirada de la capa negra.

- ¿Tu capa de las almas? ¿En dónde dejaste la capa de Amelhíon?

- Guardada- respondí con sequedad, mientras medía el elixir de vida con precisión- Salió demasiado rojo…- murmuré frunciendo los labios. – ¿Me puedes alcanzar la ramita que está en esa mesada, por favor?

- Debes salir un poco…-sugirió Lena.

- ¿Para qué?- repuse mirando mis anotaciones.- Tres cucharas de…¡Ajá! Si coloco dos, en vez de tres- decía mirando el techo, anotando en mi mente- Quizás la poción reaccione más rápido…

- ¡Nela!- exclamaron al unísono.

- Lo necesitas, mi niña…- sugirió Sybill, temerosa. – Y él te necesita a ti.

- ¿De qué hablan?- puse las cosas sobre la mesada.

- ¡De Severus, Nela, de Severus! ¿O, piensas esquivarlo eternamente?- Johan me tomó de las manos- Escúchame. Las cosas están difíciles, Severus no puede solo allá arriba, nosotros…Tú no puedes lidiar con esto sola.

Lena se acercó a nosotros.

- Nela, estás repitiendo los errores de Amelhíon. El también creía que siempre podía resolver las cosas sólo, hasta que fundó la guardia. Sabes la historia, Nel.- puso sus manos en mis hombros- No sé porqué has utilizado tus dones nigromantes, ni me interesa. No entiendo porqué no hablas con Snape, si están unidos- señaló con sus ojos, mi marca del sol en la muñeca – No puedo entender porqué una de las brujas Roses más fuertes que conozco, se encierra en su soberbia y no escucha razones. ¡No puedes con esto sola! Hay que abrir planos, subplanos, unir dos pociones, calmar a las almas, mimetizar nuestra magia con la de ellos. ­Necesitas al Príncipe Mestizo.

Intenté protestar, pero reconocía que tenían razón. Necesitaba hablar con Severus. Sin decirles nada, cubrí mi espalda con la capa negra y la abroché con firmeza. No necesitaba el bastón, para conjurar aquel hechizo tan conocido por mí. Cerré los ojos.

- Tempo…- murmuré y todos quedaron congelados, incluso el fuego que daba intención a la otra parte de la poción. Todo estaba quieto.

Salí del laboratorio y caminé directo a la oficina de Dirección. Severus también estaba petrificado, con la mano en la pared, frente al cuadro de Albus Dumbledore.

- Destempo Severus.- susurré.

Snape se dio vuelta al sentir mi presencia. Me acerqué a él, miró asustado hacia la puerta. Al comprobar que no había nadie, me abrazó.

- No sabes cómo te extraño, Nela…¿En dónde te has metido?- dijo mirándome a los ojos.- Siéntate, por favor…- se alejó de mí y se sentó en el lugar del director.- Por favor- suplicó.

Obedecí de mala gana.

- Saben que eres un peligro.

- Todos lo saben, Severus- apoyé mis manos sobre el escritorio.- Incluso tú ¿Por eso me esquivas no?

- ¿Qué? ¿Qué te hizo pensar….?- hizo una pausa, apoyó el peso de su cuerpo en el escritorio.- ¡Te estoy protegiendo!- volvió a sentarse.

- ¿Protegiendo?



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En el texto hay: harry potter, profecia, romance equivocado

Editado: 18.07.2019

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