Alessandro.
Mi mala racha va de mal en peor.
Es tanto que no queda absolutamente nada de lo que era.
El Alessandro matador, murió de la peor forma en la que puede morir alguien. Y lo más grave del caso es que mi dignidad quedo por los suelos ante Chanel, Alessia y Ángel.
Esos tres me encontraron con las manos en… lo que ya saben mientras observaba a Jenna marcharse de casa.
Sí, lo sé. Caí lo más bajo que una persona puede caer en esta vida.
Ahora estoy pagando la consecuencia de la peor forma que existe.
—Si no quieres que difunda la información de lo que te paso, muévete con más gracia.
Entrecerré mis ojos tras escuchar esas palabras. E hice lo que Chanel me pidió.
He caído tan bajo que tengo que acatar todas las locuras que se le ocurren a Chanel, entre las que puedo mencionar está bailar al ula ula, con una jodida falda, un collar de flores y un top de las que las mujeres están acostumbradas a llevar.
Me odio y la odio.
—Quita esa cara, Alessandro. Porque bien sabes que puedo flirtear el vídeo que te hice. -le brinde una mirada fulminante, pero ella no se inmuto. —Como has de saber eso sería vergonzoso para ti.
En estos momentos aborrezco el día en que deje que Chanel se acercara a mí.
Volví a darle una mirada fulminante y en esta ocasión Chanel sonrió, mostrando sus dientes.
Cuanto la aborrezco.
Deseo que su marido venga lo más pronto posible y se la lleve lejos de mi… estoy contando las horas para que él aparezca y se la lleve a la fuerza.
Porque para medidas desesperadas se necesitan acciones más desesperadas.
—¡CHANEL…! -la mencionada abrió sus ojos como platos, e intentó levantarse de la silla reposera y huir a donde su querido esposo no la encontrase.
Pero lo que ella no sabía era que yo iba un paso más adelante que ella.
Los hombres de su esposo cubrieron las salidas y a Chanel no le quedo de otra que formar sus manos puños y enfrentar de una vez por todas a su cónyuge.
—¿Qué quieres?
—Volverás a casa y dejarás esos pensamientos tan absurdos que tienes, Chanel.
—No.
—Si no quieres que mande a quemar tu colección de auto, ven conmigo.
Ante esa amenaza Chanel entrecerró sus ojos.
—Tocas mis bebés, y tendrás que refugiarte en la torre más alta de Dubái, porque te contaré en pedazos.
Jalil enarco una de sus cejas.
—Pruébame. -espetó el jeque mientras se acercaba a Chanel.
Cuando el jeque se acercó a su esposa, Chanel agacho la cabeza porque según ella, lo miraba y la muralla que ella había colocado entre los dos caía.
Para cada loca, existe un Jalil bin Zayed Nahayan, para dominarla.
Chanel busco tanto que al final de tanto escarbar encontró una pepa de oro, pero también un verdadero grano en el trasero.
—Estoy cansada de probarte.
—Entonces aceptaré la propuesta de mi hermano e instalaré un harén en casa.
Ante esa palabra Chanel abrió sus ojos como platos.
—Hazlo, y veras como todo va a arder a tu alrededor, jeque de mierda.
La loca se acercó a su macho y antes de que él pudiera pestañear, lo abrazó y acunó el trasero de él entre sus manos.
—Más te vale que saques a esa metiche de mi casa, Jalil.
—¿O si no qué?
Chanel sonrió con malicia.
—Le diré a tu padre que su descendencia se va a ir al carajo porque espero una niña.
—Chanel…
—¿Qué diría el jeque Mohamed si se entera que su hijo lo engaño?
Jalil le brindó una mirada fulminante.
—Tú ganas.
Tras escuchar esas palabras, Chanel sonrió.
—Yo siempre gano, querido. Que te quede claro.
El jeque rodó sus ojos, pero poco después cargo a Chanel.
Él hizo contacto conmigo, y con un solo asentimiento de cabeza entendí lo que quería decirme.
Quién debería agradecerle soy yo, porque por más amiga que fuese Chanel, la verdad es que ella es un verdadero grano en el trasero. Y estoy bien teniéndola lejos.
—Cuando menos lo esperes, vendré a cobrarte la traición, Alessandro. -amenazo.
—Ve con Dios, y no vuelvas hasta que se te olvide mi traición, según tú.
Chanel me mostró su dedo corazón.
—Yo también te amo, Chanel.
—Me uniré con Jenna, y cuando menos lo pienses tendrás que lamernos las suelas de nuestros zapatos.
Pase de ella y coloque mis ojos en Jalil.
—Si puedes enciérrala en la torre más alta que encuentres, Jalil. Pero no dejes que ella venga a buscar venganza.