Eara.
No hay nada mejor que embarcarse en una travesía con tu mejor amigo.
—Eara, serás la mejor. No estés nerviosa.
Ante esas palabras apreté la mano de Ángel.
—Siempre sabes que decirme, mi Ángel.
Ángel me guiño un ojo y al poco tiempo aparcó el auto al frente del estudio.
—¿Entrarás conmigo?
—Siempre. Me aseguraré de que estes cómoda y luego ire a reunirme con unos posibles clientes.
—¿Empezarás a vender tus cuadros?
—Sí. Ya es tiempo de que el mundo conozca mi arte.
Es justo y necesario, porque Ángel merece que le pasen cosas bonitas.
—Te puedo asegurar que venderás todo tus cuadros.
—Si lo dices, lo creo. Porque las bellezas como tú solo pueden decir la verdad.
Tras esas palabras Ángel descendió del auto y tras rodearlo abrió la puerta para mi.
—Siempre tan caballeroso.
—Solo contigo, Eara. Solo contigo. -Ángel extendió una de sus manos hacia mi y yo no dude en tomarla.
—Venir a los Ángeles contigo es lo mejor que me ha podido pasar, Ángel.
—Y eso, que todavía no has visto lo que tengo preparado para ti, esta noche.
—¿De qué se trata?
—Cuando salgas de tu primer ensayo te dire el itinerario de esta noche.
—No me dejes con la duda, Ángel.
—Tendrás que comer ancias, porque no pienso soltar la lengua.
—Ángel…
El malvado Salvatierra negó para después sonreír.
—No debiste adelantarme nada, sino ibas a soltar la lengua por completo. Porque tu más que nadie sabe lo intensa que soy, ahora por tu culpa no podré dejar de pensar en el itinerario que tienes preparado para los dos.
—No intentes chantajearme, Eara porque no caeré en tu trampa.
Abrí mi boca para replicar, pero antes de que pudiera hacerlo una chica grito el nombre de Ángel con bastante euforia para mi gusto.
—¡ÁNGEL…! Mi ángel.
¿Su Ángel? Que no me haga reír.
Enarque una de mis cejas.
—Xiomara, que gusto volver a verte.
La mujer se lanzó a los brazos de Ángel y empezó a repartir besos por su rostro.
Solté la mano de Ángel y me hice a un lado.
Genial. Ahora quedaré desplazada como mejor amiga por culpa de ella.
—Pense que no volvería a verte, belleza.
Cuando la chica se aparto Ángel sonrió con incomodidad.
—Yo también pensaba que no volvería a verte, pero heme aquí.
—Estas más guapo que la última vez que te vi… deberías aceptar mi invitación e irnos de farra por ahí.
Hello. ¿Estoy aquí…?
—Conoces mi situación, Xiomara.
—Ah, claro ya recuerdo.
Después de decir esas palabras la chica coloco sus ojos en mi y por un momento la vi sorprenderse.
¿Tengo monos en la cara o qué?
—Ella… -balbuceo. —Ángel.
—Sí. -espetó mi Ángel Sin dejar de mirarme.
—Oh. -la chica se sonrojó hasta más no poder. Y me extendió su mano derecha—Que descortés soy… me llamo Xiomara.
—Eara. -dije para después tomar la mano que me ofrecía.
—¿Eara? ¿Acaso eres la actriz principal de la obra?
—Sí, esa soy yo.
Xiomara aparto sus ojos de los mios para colocarlos en Ángel.
—Que pequeño es el mundo, Ángel Salvatierra… -después de decir esas palabras la chica volvió a mirarme. —Ademas de ser la asistente del director, seré la encargada de tu vestuario, Eara. Espero que nos llevemos bien.
Yo también espero llevarme bien con ella, porque no me costará absolutamente nada sácarle los ojos, si se pasa de lista con Ángel.
—Eara, te dejo en buenas manos.
—Estoy segura que sí, MI ÁNGEL. Ve con cuidado y por la sombrita.
Ángel enarcó una ceja, pero no dijo nada.
—Te veo en unas horas.
—Te estaré esperando, MI ÁNGEL.
Salvatierra miro a Xiomara antes de marcharse.
Espere que él se encontrará la suficientemente lejos de nosotras, para encarar a la tal Xiomara.
—Qué pretendes con Ángel?
—¿Eh?
—Sabes muy bien lo que le pregunte, así que no te hagas la mosca muerta y dime ¿Qué pretendes al acercarte a Ángel?
Xiomara sonrió.
—Tranquila fiera, porque no voy detrás de las carnes de tu macho.
¿Qué? Ella piensa que estoy celosa.
—¿Mis carnes? Esa no son mis carnes. Ángel es mi mejor amigo, nada más que eso.
—Si solo lo considerás tu mejor amigo, ¿Por qué me enfrentaste como si fuese su novia? ¿Es qué en realidad te gusta?
¿Ángel gustarme?
No. Nunca lo he visto con esos ojos.
—Lo único que busco es que no lastimen a mi mejor amigo, nada más que eso. Por eso te pido que me digas tus intenciones con él, porque no permitiré que le destrocen el corazón a mi ángel.
—Ten por seguro que mis intenciones son las más sinceras y puras para con Ángel.
—Más te vale que sea así, porque no me cuesta absolutamente arrastrarte por todo el lugar.
—¿No sientes nada por él?
—Él es mi mejor amigo, nada más que eso.
—¿Nada? ¿Nadita?
—No siento nada más que una profundo agradecimiento por él. Si quieres estar con él, lo único que te pido es que lo ames profundamente y que no lo lastimes porque un Ángel como Ángel, merece tener un amor bonito.
Después de decir esas palabras empecé a caminar. Y al poco tiempo Xiomara me alcanzó.
—Bienvenida, Eara.
Asentí sin dejar de caminar.
Abrí la puerta del teatro y por un momento sentí como mi corazón se aceleraba.
—El escenario te espera, Eara.
Todo lo que soñé se encuentra en ese escenario, todo lo que deseo ser se encuentra arriba de ese escenario.
—Julieta Capuleto, deberías apresurarte porque Romeo Montesco te espera.
Después de esas palabras observé a un hombre ingresar al escenario y extender sus manos hacia donde me encontraba.
—¿Quién es el actor?
—Ángel.
—¿Ángel? -pregunte.
—Sí, Ángel Salvatore.
La música empezó a sonar y el actor se adueñó del escenario.
Verlo desenvolverse en el escenario, encendio la curiosidad en mi. Y fue tanta, que empecé a caminar hacia el escenario.