Ángel
La llegada de Batman a nuestras vidas ha servido para acercarme más a Eara como Ángel Salvatore.
—Ángel Salvatierra, él es mío.
Eara se sentó a mi lado e intento arrebatarme al caballero de la noche.
—Puede ser que lo hayas visto primero, pero el me ama a mí.
El dulce tormento negó.
—Batman, es mío, solo mío.
El cachorro ladró en respuesta de lo que Eara había dicho.
—Tuyo, de ese hombre y mío.
—Es mío, solo mío.
Eara volvió a intentar apartar a Batman de mis brazos, pero yo se lo impedí.
—¡Ángel…!
—¿Sí?
—Deja de estar malcriado a Batman, y devuélvemelo.
—Batman también es mío, Eara.
—Es mío, Ángel. Solo mío.
Negué y antes de que ella pudiera emitir alguna palabra, el timbre de casa sonó.
Eara se colocó sobre sus pies y no dudo en brindarme una mirada fulminante.
—Te salvó la campaña, Ángel Salvatierra.
—Estoy en la lista de los más dichosos, Eara.
—No por mucho.
Después de decir esas palabras, Eara se dirigió hacia la puerta, y tras abrir una sonrisa adorno su precioso rostro.
—Batman, así es que ella debe de estar todos los días. -el perro ladeo su cabeza hacia la derecha. —Sé que me entiendes, así que no te hagas el desentendido.
Ante esas palabras, Batman ladró.
—Te daré un plato de croquetas, si la haces sonreír.
Los ojos de Batman brillaron y poco después empezó a mover la cola con bastante entusiasmo.
—Tenemos un trato, Batman.
Batman volvió a ladrar, pero antes de que pudiera decirle algo Eara ingreso a la sala en compañía de Xiomara.
—Salvatierra.
—Xiomara.
Como era de esperar Xiomara se acercó a mí y sin esperar se lanzó a mis brazos.
—Te he extrañado, Ángel.
—Por lo visto tienes mucho deseo de ver a mi Ángel, Xiomara.
—¿Tu Ángel? No te equivoques, Eara. Porque delante de ti, hay una fila de mujeres que dicen que Ángel es suyo con todo y papeles.
Madre mía.
—Ángel Salvatierra es solo mío… -ante esas palabras mi corazón empezó a latir con fuerza. ¿Será qué…? Espero que sí. —Mi mejor amigo.
Hay fue que Eara lo daño.
Su amigo.
Su mejor amigo.
Esto es algo inaudito.
—No puedes ser egoísta, Eara. Porque muchas mujeres darían todo lo que tienen para considerar a Ángel algo más que un amigo.
—No le estoy negando que tenga alguna mujer, solo estoy diciendo que el cariño de Ángel será siempre para mí.
—La palabra egoísta combina muy bien contigo.
—Lo sé. Por eso es que la luzco a la perfección.
Xiomara negó.
—Cambiando de tema, he venido a invitarlos a un día en la playa.
—¿Es del cast?
—Sí. Los chicos y yo queremos relajarnos antes de que empiecen las funciones.
Eara coloco sus ojos en los míos.
—¿Te apuntas, Ángel?
—Lastimosamente no puedo acompañarlos. En otra ocasión será.
—Últimamente estás bastante ocupado, Salvatierra. ¿No será que estás tramando algo…?
—Eara, soy pintor. Claro que estoy tramando algo.
Mi dulce tormento enarcó una ceja.
—¿Por qué tanto misterio con esa famosa pintura?
—La estoy haciendo para una chica.
Xiomara abrió sus ojos como platos.
—¿Para quién? -espetó Eara sin dejar de mirarme.
—Es una sorpresa, Eara.
—No me gustan ese tipo de sorpresas, Ángel. Porque no me da el tiempo para evaluar a la posible candidata al puesto de novia… ¿La vas a hacer tu novia?
—Sí, si todo sale como espero la haré mi novia, y prontamente mi esposa.
Xiomara empezó a abanicarse con ambas manos.
—¿Tanto te gusta esa chica?
—Sí. Ella es lo mejor que me ha pasado en toda mi vida.
—¿Cuándo la voy a conocer?
—Ya la conoces.
Tras decir esas palabras Eara coloco sus ojos en Xiomara.
—¿Por qué me miras a mí? -inquirió Xiomara.
—No sé, dime tu.
Esta es de las veces que creo que Eara siente más que una amistad por mí, pero es muy temprano para cantar victoria.
—Tormento.