~NARRA KATE~
Me llamo Kate, tengo dieciséis años, soy de mediana edad, tengo el pelo oscuro y liso, los ojos color café y me suele gustar vestir con jeans y camisetas sueltas.
Me acabo de mudar a San Francisco, tres días antes de empezar el nuevo curso, por culpa del trabajo de mi madre -Odio tener que cambiar de ciudad cada año- no sé por qué, pero presiento que este año va a ser diferente.
Mi padre nos dejó, a mi madre y a mí, solas cuando tenía cuatro años, así que no lo conocí, pero según mi madre era un capullo y un engreído que solo pensaba en él.
Estoy en la cama tumbada pensando en cómo será el nuevo instituto y esperando a que se hiciera la cena.
-Kate hora de cenar-dice mi madre desde la cocina.
-Ya voy- grito desde la otra punta de la casa.
La casa elegida por mi madre es un pequeño chalet situado cerca de la costa, con vistas al mar.
Después de cenar me voy a mi cuarto a escuchar música antes de dormirme.
A la mañana siguiente me levanto un poco tarde y se me ocurre ir a correr por la playa y conocer un poco el vecindario- Mamá me voy a correr-digo antes de salir, mi madre me mira de arriba abajo y me dice que tenga cuidado.
Después de llevar corriendo cuarenta y cinco minutos decido dar la vuelta porque me parece que mi madre ya tiene la comida hecha. De camino a casa me paso por una tetería y decido descansar y tomar un café, la dependienta que me atiende tarda un poco en preparar las cosas porque hay mucho trabajo.
Cuando llego a casa mi madre ya me ha preparado una hamburguesa con patatas para la comida, por lo que paree ya se ha ido a trabajar y hasta por la noche no va a volver, así que como estoy sola en casa decido ir a mi cuarto a comer mientras escucho música y miro mi Instagram.
Acabo de comer y pongo el lavavajillas, en ese mismo momento oigo el timbre de la puerta, salgo a abrirla y enfrente de mi me encuentro con una chica un poco más baja que yo, con el pelo rubio, ojos verdes y va vestida con una camiseta de tirante y unos jeans ajustados, en la mano lleva una cesta llena de cosas.
-Hola, soy Jenny, tengo dieciséis años, vivo enfrente y de parte de mi madre y mía quería darte esto por ser nueva en el barrio- me dice Jenny parada en la puerta de mi casa mientras me extiende la cesta.
Cojo la cesta y la invito a pasar, le indico donde está el salón y voy a la cocina a dejar la cesta.
Ya en el salón ambas nos sentamos y nos ponemos a hablar de cómo es San Francisco, que tal son los institutos y de que queremos estudiar en un futuro.
Estamos tan centradas hablando que no nos damos cuenta de que mi madre ya ha llegado. Jenny mira la hora en el móvil y ve que son la siete y que tiene una llamada de su madre, se despide tanto de mi madre como de mí, ya que su madre le había dicho que no llegara tarde ya que mañana era el primer día de clases.
En cuanto Jenny se fue cene con mi madre, prepare las cosas para el día siguiente y me fui a dormir.