Vinceszo, dio una ligera palmada en mi hombro, para después irse y no darme oportunidad, de contestar.
<< ¡Es un verdadero, hijo de puta!. >>
A partir de ahí, decidí acelerar las cosas. Primero, tenía que ir por los dos príncipes, idiotas que se encontraban indefensos, después de todo, ellos son solo un bonito mueble, para todos.
La primera en la lista era Mei. Ella era conocida, por ser la única dentro de la familia en tener una buena relación, con Vinceszo. Por supuesto, todo es era una fachada por parte de ambos.
A ella la mate en un evento de caza, toda la familia real tenía la obligación de asistir. Ese día, Mei se encontraba disfrutando la tarde, mientras compartía té y refrigerios, a las demás damas nobles, sentadas en la misma mesa junto a ella.
Yo por mi parte, me encontraba en el lugar de descanso que me fue asignado. Sin embargo, me veía obligada a ir, en el lugar donde se encontraba Mei. Lo cual sería extraño, pues solo intercambiábamos palabras, en eventos importantes, pero no era necesario hablar. Y, además este evento solo sirve, como entretenimiento para los nobles.
Soborne a una sirvienta, para que derramara te, sobre su hermoso vestido. Eso iba hacer de distracción, para que Lily junto con Eros, atrajeran a ese lugar, un oso pardo.
Mientras más me acercaba a esa mesa, el gran oso. Hizo una grandiosa entrada, provocando los gritos de terror por parte de las damas. Con magia, hicimos, que el oso provocara a Mei para adentrarse al bosque. Antes de ir tras de ella, informe a los caballeros, que iniciaran una búsqueda por todo el bosque. No esperaba que fuera una buena corredora, en tan poco tiempo, ella ya había recorrido una gran distancia.
<< El acto uno, acaba de iniciar. >>
Mei presentaba dificultad, para correr, su vestido largo no la dejaba. Su respiración, era cada vez más agitada con cada paso que daba. Sus pies ya se encontraban lastimados, los zapatos que llevaba, fueron abandonado a medio camino, ella ni siquiera sabía en donde se dirigía, solo avanzaba por el temor a la muerte.
Mei tropezó con rama, provocando una torcedura en el tobillo. Fue ahí, en donde se dio cuenta que el oso la había dejado de seguir. Con mucho esfuerzo, logro levantarse debido al dolor, al momento de pisar.
—Me alegro verte bien, querida hermana. Sin mencionar, tu apariencia lamentable.
Mei volteo a mi dirección, con una cara sorprendida. En sus ojos, se podía ver; la ansiedad y el temor. Sin embargo, ella decidió mantener la calma en todo momento.
—Cierra la boca maldita rata, no te quedes ahí y ayúdame.
—Uhm, aun tienes esa mala costumbre tuya, eso es grandioso. Entonces, seré rápida.
Mei, parecía predecir mi siguiente movimiento, debido a la espada que empuñaba. Me daba igual, si ella lo sabía o no. Me acerque a ella lentamente, ella con un sudor frio, daba pequeños pasos a otras, era gracioso verla cojear. Aún más, cuando ella anteriormente daba una imagen perfecta. Pero ahora, se ve insignificante.
—Vamos hermana se una buena hermana mayor, y prometo ser rápida.
En cuanto Amaris alzo su espada en su dirección, fue cuando ella logro tocar el pasto. Mei, empezó a sollozar, quería correr por su vida, pero no podía hacer nada, tal vez muy en el fondo de ella, sabía que su vida iba a terminar así.
—Eres una cobarde al utilizarme. Si llegaras al trono, en un camino lleno de sangre, no habrá honor, probablemente la diosa Nisha estará molesta, por tener alguien como tú, en el trono.
—¿Honor? Yo no quiero honor, solo resultados.
Mei, al escuchar sus palabras sintió un cierto parecido a Vinceszo. Vinceszo, para ella, era alguien muy frio y calculador, una persona que no duda en sus acciones. Mei, sabia a la perfección, que para él no era más que una marioneta, pero ella esperaba, aunque sea un poco de afecto falso, por un miembro de su familia.
Sus padres la veían indiferente, su madre al ver que no servía, para mantener su posición como emperatriz, la desecho. Sus hermanos, Kurht y Reiner, eran los más unidos, no había espacio para ella, entre esos dos. Balder, siempre se sentía inferior con él a su lado. Por eso, siempre lo molestaba, sin embargo, había veces que Balder mostraba amabilidad con ella.
Pero las acciones de Balder, se veían acaparadas por Vinceszo, siempre le llenaba los oídos, con criticas hiriendo la autoestima de ella, eso provocaba más grietas en su relación con Balder. Y a la vez, Vinceszo la llenaba con cumplidos, cuando ella solía hacer cosas, agradables para Vinceszo.
<< Lo único que quería era ser amada. Hice exactamente lo que me decía Vinceszo, creí que solo así, iba a mantener a salvo mi cuello. Todo se desmorono, en cuanto ella llego. Pensé, en vivir unos cuantos años más. >>
—Si me matas ahora, serás la principal sospechosa.
Intentaba, hacerla dudar. Las palabras no salían, teniendo a la muerte frente a mí.
—Eso no funcionara. ¿Alguna petición?
Las palabras se atascaron en mi garganta. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, y mis manos temblaban incontrolablemente. Quería huir, pero mi cuerpo se negaba. A pesar del terror que sentía. Mis ojos se clavaron en los suyos, buscando alguna señal, alguna pista para poder escapar.
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Editado: 22.11.2024