Abandone ese lugar, mientras se escuchaban las maldiciones de esa zorra. Ahora que era la única. en la familia real. Pasaron cuatro años,cuando me convertí, en la nueva emperatriz, la coronación fue a su debido paso con sus debidas preparaciones.
Mi puesto como emperatriz, no fue nada sencillo. Sobre todo, con las montañas de documentos. Además, tenía que atrapar una plaga de ratas.
—¿Por qué hay tantos papeles?
Me recargue sobre los documentos que tenía en mano. Eros, quien tenía su escritorio, en un costado mío. Solo siguió viendo el papeleo. Mientras, me respondía.
—Bueno, cúlpate a ti misma. Por querer ser emperatriz.
Eros se encontraba arreglando un documento, pensé que no se iba a dar cuenta.
—Ni siquiera, lo pienses. Si saltas por esa ventana, renuncio. Sin importar, cuánto dinero estes dispuesta a darme.
—Solo admiraba la vista.
Advirtió, mientras aun revisaba esos documentos en mano. Ante su advertencia, solo me quedo, acostarme en el sofá que se encontraba dentro de esta grande oficina.
—Deja de holgazanear, y apúrate con los documentos.
Eros tuvo la valentía, de aventarle una bola de papel, a la emperatriz. La emperatriz. en vez de enojarse, solo fue directo a su escritorio, a regañadientes.
—Por cierto, algunos nobles, me están presionando. Con que le encuentre, un buen conyugue a la emperatriz.
—Esos malditos, solo buscan la oportunidad de tener poder. Además, si me caso, mi esposo intentara quitar todos mis méritos, los cuales he trabajado duro para obtenerlos.
No quería casarme, pensaba adoptar el hijo de Reiner si este se llagaba a casar. Pues, me encontraba, bastante satisfecha, con mi vida de soltera, además me encuentro bastante ocupada con mis deberes como matriarca de un imperio, es obvio que no tengo tiempo para un romance, y tampoco le prestare atención, a mi pareja. Ya sea con amor o sin él.
—Bueno, quien lanzo el anzuelo. Fue el duque, Demetrius.
Chasque la lengua, ese maldito cuando llegue, y me proclamaron, princesa, él se encontraba en el lado de Vinceszo. Seguro, intenta ganar poder a travez de su hijo, quien todavía no se ha casado.
—Ya vere. qué hacer con todos ellos.
Bueno, si ellos querían poder, a travez de mí. Pues, lo tendrán, pero no en la forma que ellos quieren. Sino a mi manera, seguro será un caos, cuando lo anuncie el día de mañana en la reunión. Solté una risa malvada, Eros me escucho, y me miro como una paciente en un psiquiátrico.
Al día siguiente, en la reunión acerca de tomas de decisiones, fue que, al finalizar, después de tres eternas horas. Fue que, decidí llamar la atención de todos, para soltar la bomba.
—Bien, la razón por la que decidí anunciarlo, hoy es porque es una decisión importante. Bueno, el motivo —Junte mis palmas, y mostré una sonrisa reluciente —Tome la decisión, de tomar cinco concubinos.
Todos los presentes, se sorprendieron. Algunos, no podían creer, lo que habían escuchado. Después, de todo en los registros imperiales, no había registro, acerca de concubinos o concubinas. Cada gobernante, había escogido pasar el resto de su vida con un compañero. Ya sea por amor, o por razones políticas.
—P-pero, su majestad. Su decisión, es precipitada por favor, tómelo con calma.
Todos buscaban una manera, para que me retractara de mi decisión. No había, nadie en esta habitación, quien se mostrará a favor por mi decisión.
—¡Silencio!, yo soy la emperatriz, soy quien toma, la decisión final. Les gusté o no, ya tomé mi decisión. Además, ¿Está prohibida la poligamia?
Nadie, se atrevió a contradecirme. Les deje con las palabras en la boca, yéndome de ahí. Eros, me siguió, y no comento nada al respecto, hasta que llegamos a nuestra oficina.
—Jajaja, concubinos. ¿¡Esta loca!? Si buscabas un esposo, iba hacer fácil. Pero, ¡cinco, sera muy difícil!
—Tranquilo, tengo los candidatos perfectos para los puestos. No lo dije, por el simple hecho de mis deseos carnales. Además, con ellos tendremos menos montañas de papeleo.
Le di a Eros, la lista de los candidatos. Eros, se sorprendió al ver los nombres, y él me miro como diciendo, ¿Estas segura?, yo asentí. No había, nada que perder. Y solo así, descubriré que es que lo trama, el duque.
En cuanto se anunció, quienes iban a ser los concubinos. Todos, quedaron escépticos, pues uno de los candidatos, iba a ser el hijo heredero del duque Demetrus. Un día después, del anuncio. El duque Demetrus, mando una carta diciendo que, en dos días, iba mandar a su hijo al palacio imperial.
Acepte, pues los otros cuatro tardarían en llegar, ya que ellos se encontraban fuera de la capital, atendiendo sus propios asuntos. Además, era bueno que al hijo de Demetrus, lo viera primero.
Hart.
El carruaje avanza, y conforme avanzaba mi estómago se revolvía. Sabía que iba a casarme, por asuntos políticos. Pero nunca pensé terminar, como un simple concubino.
En cuanto llegue, el secretario plebeyo, me informo que la emperatriz, iba a venir a visitar en persona, hasta la noche. Debido, a asuntos políticos.
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Editado: 28.12.2024