La promesa bajo la luz de la luna

Capitulo 8

Fue realmente difícil tener que emborracharlo, sin duda tiene una gran resistencia al alcohol. Aunque, esta vez pude pasar la noche sin ningún problema. La próxima noche, tendré que acostarme con él.

Separe, con una almohada en donde se encontraban nuestras cabezas. Al menos, tengo que dejar rastro, en donde dormí. A pesar de que ya pasaron cuatro años, cuando me convertí en emperatriz. Aun no logro, deshacerme de las cucarachas infiltradas, por aquellos, en contra de mi posición. Por eso, este chico llamado Hart, es alguien necesario en mi tablero.

Sin darme cuenta, quede profundamente dormida. Cuando me di cuenta, los rayos del sol, iluminaron mi rostro. Al dirigir, mi atención al hombre rubio, aun lado mío. Me sorprendí, pues no estaba acostumbrada a tener alguien, durmiendo a un lado mío.

<< Fue buena idea ponerlo ebrio, de esa manera no tuve que lanzarme directo a él, en cuanto llego. Además, no es mi tipo, ni en apariencia, ni en personalidad. >>

Llame a las sirvientas, para que me arreglaran. Les ordene hacer el menor ruido posible, para que no despertaran a Hart. Terminada, mi rutina en la mañana, fui directo a la oficina. Al entrar, me encontré con Eros, note sus ojeras, gracias a eso, pude deducir que el paso la noche aquí.

—No cabe duda, eres un gran trabajador de confianza.

Eros me miro con una cara demacrada, era notable su cansancio.

—¿Y de quien es la culpa?, Ahora si me disculpas, déjame tomar una siesta, tomara solo unos minutos. Por cierto, mañana llega tu otro amante.

Hablo entre murmuros, mientras se dejaba vencer por el sueño. Siendo honesta, necesitaba que el llegara hoy, para no pasar otra noche seguida, con el zorro.

Maldición, ahora me estoy arrepintiendo, acerca de mi elección. No había pensado, que tenia que acostarme con el zorro. Con los otros no habrá problema, pues no pasará nada con ellos. Hoy no se si podre evitarlo, como ayer. Mi plan de ponerlo borracho, y decirle que quería conocerlo, funciono solo por una noche.

<< Solo hay dos opciones. Ya pensare en algo, mientras debo concentrarme en la montaña de documentos.>>

Hart

A lo lejos pude lograr escuchar, los pájaros cantar. Al abrir los ojos, pude encontrarme con esa luz dorada. Me desperté sintiéndome perdido, como si mis recuerdos se hubieran escapado. Al tocar mi cabeza, un dolor agudo me hizo estremecer.

<< Demonios, seguro es por el vino que bebi ayer sin control. Nunca había bebido tanto, hasta ahora. >>

Al notar mi bata delgada sobre mi cuerpo, entendí con rapidez que nada paso entre nosotros. Fue un alivio, no tener que mezclarme con ella. Mientras, tomaba el desayuno pude darme cuenta, que en realidad no pude descubrir nada de ella.

<< Sera difícil recopilar información, acerca de ella. Supongo que el tendrá que esperar. >>

Después de todo, estando en el palacio imperial. No podía darme el lujo, de relajarme.

Amaris

Demonios, el sol se esta ocultando y yo no encuentro ninguna solución. Si sigue así, tendré que pasar la noche con él. Ese bastardo, ¿No podía llegar hoy?. Justo cuando pensaba en alguna solución, Eros logro sacarme de mis pensamientos.

—Por cierto, Nicolas quiere verte esta noche.

Esa noticia, fue como un salvavidas. Nunca imagine, sentirme tan feliz ir a ver a ese viejo decrepito.

—Entonces, me apresurare en terminar estos documentos.

Mencione con entusiasmo. Espero que no me de malas noticias, como hace dos meses. Le llevare el whisky, que tanto le gusta. Me apresuré, lo más que pude. Cuando me encontraba preparando, le día una ultima orden del día a Eros.

—Infórmale, al pequeño zorro que me en cuentro ocupada y no podre verlo.

—De acuerdo.

En la pequeña afirmación de Eros, pude notar cierta vacilación. Parecía que tenía más palabras por decir.

—¿Sucede algo?

—…Nicolas, ¿Te dio una razon, para preocuparte?

No me sorprende su pregunta, pero me tomo desprevenida. Siempre ha sido, tan perceptivo a las emociones de quienes lo rodean. Por eso, prepare una mentira piadosa.

—¿Eso parece?.

Pregunté, con una expresión confundida, intentando actuar lo más normal posible.

—¿No es así?

—No, tranquilo. Sabes a la perfección que me es imposible ganar una partida de póker, con el. Incluso si me deja ganar y hay una apuesta en la partida, es desventajoso para mí. Así que, no te preocupes demasiado.

El parecía dudar, no parecía tan convencido. Pero no decidió preguntar más.

—Es cierto... Aunque parezca un completo idiota, la verdad. Es que, es un viejo muy astuto.

Mostró una ligera sonrisa, parecía recordar los viejos tiempos. Se ve muy nostálgico, al igual que yo.

—Supongo que esa es la razón, por la cual Balder lo eligió.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.