La promesa bajo la luz de la luna

Capitulo 10

En la habitación, las pocas velas que había, a penas y podían alumbrar la habitación completa. Solo se podía escuchar respiraciones agitadas. Incluso después de terminar el beso, aun nuestras frentes continuaban juntas.

—No esperaba que Sir. Demetrus, fuera tan directo.

Hable con voz entre cortada, pues aún no podía regular mi respiración. El ante mi comentario, sonrió seductoramente. Sus ojos, miraban fijamente mis labios.

—Lamento si llegue a ofender a su majestad, por mi osadía.

En unos pocos segundos, logre volver a la normalidad mi respiración. Para luego alejarme, a unos pocos centrimentos de él. Para luego, dirigir mi mirada a la luna llena, que se podía contemplar a simple vista en la habitación.

—Solo no estoy acostumbrada a este tipo de ambiente. No sé, si sea tan fácil hacerlo.

Hart guardo silencio unos instantes, pensando en su segundo movimiento. No tardó en reaccionar, para poner su mano en la mejilla de Amaris, y hacer que lo mirara.

—Solo por esta noche déjame ser su guía, su majestad.

—Bien, entonces estaré a tu cuidado.

Hart puso nuevamente sus labios sobre los míos, dentro de la habitación lo único que se podía escuchar eran los apasionados besos. Al poco tiempo, decidí alejarlo, pues me empezaba a doler el cuello debido a la posición.

—¿Te parece bien, si vamos a la cama?

Hart no respondió, y en cambio decidió cargarme. Con delicadeza, me dejo sobre la cama. El parecía tranquilo, ante la situación, yo en cambio me encontraba bastante nerviosa, a pesar de haber tomado un poco de champan. Después de todo era mi primera vez, pero hice mi mejor esfuerzo para no demostrar mi nerviosismo.

Los besos continuaron y con ello los toqueteos, por parte de Hart. Siendo sincera, me sentía avergonzada, podía sentir como sus manos recorrían mi piel desnuda, que se encontraba debajo de mi camisón. Mis manos querían detenerlo, pero tenía que seguir con mi plan.

<< Creo que en cierta forma hubiera sido mejor, traerlo como un empleado más. Aunque, tuviera complicaciones para recolectar información.>>

No podía concentrarme por completo en él. Pero de una manera u otra el hacía que con sus caricias, mi concentración se centrara únicamente en el. Poco a poco, me empezó por quitar el camisón, la única prenda que tenía puesta.

Podía sentir como mis pechos eran acariciados, atreves de mi piel desnuda. Era una sensación no tan familiar. Mi cuerpo se sentía extraño, y mi mente no paraba de pensar, en el siguiente movimiento por parte de Hart.

Luego su boca bajo a mi cuello y clavícula. Podía sentir un extraño hormigueo en mi cuerpo, era una reacción inesperada por mi parte. Al mismo tiempo sus manos exploran los rincones de mi cuerpo, pude sentir como su mano baja a la parte inferior. Su mano recorrió mi vientre, hasta llegar a mi entrepierna. Antes de siquiera detenerlo, su dedo índice y de en medio, ya tocaban la entrada.

Su acción provoco ligeros gemidos por mi parte. No podía creer que mi cuerpo fuera capaz de reaccionar.

—Me sentiría mas cómodo, si su majestad me llamara por mi nombre.

Susurro con una voz seductora a mi oído. Para luego mirarme a los ojos, y bajar su cabeza a mi entre pierna. Su acción, hizo que me avergonzara, no podía evitarlo pues era mi primera vez teniendo a alguien de esta manera.

Podía sentir con claridad su lengua, en mi entrepierna, su caricia provoco que arqueara la espalda, y con ello un gemido. El al principio solo empezó a lamer la superficie, pero de un momento a otro, metió su lengua en mi entrada, y su mano tocaba con cierta suavidad mi clítoris. El único sonido que se podía escuchar en la habitación, era un sonido obsceno, acompañados de mi voz.

Mis manos que solían agarrar con fuerza las sábanas, de un momento a otro sin darme cuenta, fueron a su cabeza. Mi cuerpo se empezó a sentir extraño, podía sentir con claridad el cómo mis entrañas se contraían por el movimiento de su lengua,

<< Supongo, que esto es a lo suelen llamar el clímax. >>

Algo en forma de fuente salió de mi cuerpo, fue algo inevitable. Hart saco su cara de mi entrepierna. Él se lamio alrededor de su boca, debo admitir que su acción me pareció provocadora.

—¿A su majestad, le parece bien seguir?

Yo me acerque con lentitud, y rodee sus hombros anchos con mis brazos, para luego besarlo.

—Sino hubiera querido. Desde un principio te hubiera alejado, ¿No crees?

Hart sonrió seductoramente, ante mi declaración. Él se alejó a una pequeña distancia de mí, para después abrir mis piernas. Y darse paso, para poder entrar en mí. Mi rostro tomo un color rojo, a pesar de sus tantas acciones desvergonzadas, aun no podía acostumbrarme. Gracias a su acción, pude ver su entrepierna con claridad. Me sorprendió el gran tamaño, de su cosa.

<< ¿Eso cabra en mí?, ¿No me romperá su gran tamaño? >>

El entro lentamente en mí, no pude evitar retorcerme por la sensación de tener algo dentro de mí. Hart, al entrar no se movió, por un tiempo, debido a que noto, mi dolor al momento de introducirlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.