El viento frio acaricia mi piel mientras me encuentro parado en el mismo sitio que conozco de sobra. Una neblina envuelve el sitio, pasando y rodeando los árboles secos que adornan el paisaje. Finalmente decido comenzar a caminar siguiendo los mismos pasos que he dado miles de veces. Frente a mí se alza una casa que tiene pinta de tener muchos años de existencia, pero olvidada en el tiempo y espacio. Camino mientras un tono familiar me llega a los oídos, una canción que al igual que todo ya he presenciado. Llego a la puerta y la abro lentamente, con miedo a despertar y marcharme de este sitio. Esta vez conseguiré llegar al final, debo hacerlo.
Finalmente cruzo la puerta y me dirijo a las escaleras. La madera cruje a mi paso mientras el color violeta de las paredes me deja más sentimientos extraños. Empiezo a subir los peldaños y poco a poco llego al final. Esta vez he conseguido llegar un par de metros más lejos que la vez anterior, es un gran progreso para mí.
Un largo pasillo hace su aparición, junto con una extraña figura al final del mismo. Me doy cuenta que de ahí proviene la melodía que acompaña al ambiente. Un largo cabello castaño me da la espalda, concentrada en lo suyo, sin prestarme atención. Pero de un momento a otro deja de cantar y sin voltear me dice unas palabras, unas palabras que por primera vez dice y me estremecen.
—Frank… ayúdame, finalmente es hora—dice la silueta.
He llegado demasiado lejos como para irme en este momento. Empiezo a correr hacia lo que ahora reconozco como una chica, necesito resolver este misterio y esta es mi oportunidad…
******
El despertador suena y doy un gran salto en mi cama. Un sudor frio recorre mi frente mientras respiro agitadamente, como si hubiera despertado de una pesadilla, aunque yo no llamaría así al tipo de sueño que tengo.
—Maldición, tan cerca—digo con mi frustración creciendo.
Mi corazón está latiendo demasiado rápido. Tomo un poco de aire y me levanto, busco un bloc de dibujo y un lápiz. Prendo la lámpara de mesa y comienzo a hacer trazos, esta vez con detalles más frescos.
«Estoy cansado de todo esto», pienso pasando el lápiz por distintas partes del papel.
El dibujo de la casa que aparece en mis sueños es cada vez más complejo, llevo haciéndolo desde hace 2 años y aún no lo término, siempre hay detalles que se me escapan de la memoria al despertar.
«¿Quién es esa chica?», me pregunto mientras continúo en mi obra.
Es la primera vez que logro verla. Siempre supe que había alguien subiendo esas escaleras y por la voz del canto supuse que era una chica, me alegro de haber acertado.
«Debería irme alistando», recuerdo guardando el bloc en mi mochila.
Entro al baño y lavo mi cara, me peino y todo lo demás. Siempre despierto agitado. Salgo de ahí y observo el calendario, tomo un plumón rojo y marco la casilla del día.
—Y con esta noche, es la vez numero dieciséis que tengo este sueño en el mes de octubre—digo mientras marco el día.
Camino por mi cuarto, a mi mente llega la canción misteriosa.
Mirando alto, vi las estrellas,
Me pregunté por qué su luz era tan bella,
No fue un sueño, fuego sentí…
Sigo la luz frente a mí, yo la anhelo,
No sé por qué mis deseos que en verdad quiero,
Suelen posponerse por los de alguien más…
«Que estupidez», pienso poniéndome un pantalón y una camisa.
No encuentro una forma lógica de enlazar la canción con la silueta y mis sueños, bastante misterio tengo como para que mi cerebro intente resolver esto.
Tomo mi mochila y camino hasta la cocina. Me sirvo un poco de café y un pan tostado mientras continúo mi vida tratando de que los sucesos no me afecten demasiado. Empiezo a pasar mi vista por el periódico matutino, buscando algo que pueda ser de mi interés.
Seria genial si pudiera encontrar una solución a mi problema psicológico del sueño. Me quedo pensando un momento si en realidad es algo relacionado con mi mente y algún trastorno, sin embargo ya es algo tarde, así que me levanto y salgo de la casa. Mis padres aun duermen, igual que mi hermana de nueve años.
El frio matutino me envuelve al pisar afuera. Estoy pensando en llevarme el coche, pero realmente la preparatoria no está demasiado lejos de aquí, no le veo mucho sentido. Empiezo a caminar, observando los árboles y sus hojas desprendiéndose una a una con el viento. El sol aun no sale en su totalidad, así que la vista es bonita para mí.
—Mirando alto, vi las estrellas…
Me detengo en seco al percatarme de que estoy tarareando la canción en mi mente. Esto nunca me había pasado.
«¿Me estoy volviendo loco? », pienso mientras apresuro mis pasos.
Esta es la primera vez que me ocurre esta “obsesión”. Por lo regular solo tengo el sueño y ya, todo normal el resto del día, pero esta vez lo siento diferente.
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Editado: 18.10.2023