Scarlet me dio una dirección a la que tengo que venir hoy. El lugar parece un almacén viejo, pero me recuerda ligeramente a la base Hunter de Utah. Me pregunto si venir realmente fue buena idea. Fue un poco complicado llegar, para empezar está en otro estado y tuve que convencer a mis padres, los cuales no estaban para nada de acuerdo en dejarme en manos de una desconocida que trabaja para mis actuales enemigos. Pero ella intervino con algo de carisma y logró ayudarme para que pudiera pasar un tiempo aquí.
—¿Hola?—grito.
Una puerta se abre después de varios segundos.
—Te estaba esperando, entra—Scarlet se asoma y me invita a pasar.
Suspiro pesadamente y obedezco. Al entrar me sorprende lo que hay dentro. Por fuera el lugar parece un almacén abandonado, pero el techo fue retirado y deja entrar toda la luz del sol. Parece haber sido adaptado para ser un gimnasio o campo de entrenamiento, es realmente grande, incluso cuenta con una gran pista de obstáculos… no, esto no es grande ¡esto es inmenso! ¿Todo esto es propiedad de la Sociedad de Hunters?
—Espero que hayas venido preparado mentalmente, hoy vamos a entrenar mucho tiempo—Scarlet aparece.
La observo detenidamente. Está usando shorts y un top de ejercicio. Contemplo la musculatura de sus brazos y piernas, incluso su abdomen está marcado. En esta ocasión no está usando gafas. Sin duda tiene un aspecto imponente que infunde respeto, fácilmente podría noquear a una persona sin mucho esfuerzo. Estoy comenzando a admirarla, se nota que tiene mucha dedicación en su trabajo.
—Holaaaa, Scarlet llamando a Frank, ¿me oyes?—ella comienza a hablarme más fuerte.
Parece que me quedé pensando un rato.
—Lo siento, no era mi intención—me disculpo.
—¿Qué?
—Olvídalo—respondo avergonzado. Una parte muy profunda de mí se siente culpable y no sé por qué.
Ella sonríe.
—Bienvenido a mi casita. Lamento el desorden—dice mostrándome el lugar.
—¿Vives aquí? A primera vista pensé que solo era un campo de entrenamiento—cuestiono.
—Que pregunta tan hiriente, claro que vivo aquí, no es lo más común pero me gusta. Soy algo consentida por la Sociedad de Hunters así que me ayudaron a conseguir este lugar cuando me llamó la atención, también me dieron bastante equipo, por lo que pude adaptarlo a mi gusto—contesta con orgullo.
—Es acogedor en realidad, es un paraíso para los que les gusta entrenar constantemente—respondo.
—Me alegra que te guste. Venga, tenemos que empezar—ella me dirige hacia un vestidor.
Una vez adentro me pongo ropa deportiva, tuve que comprarla puesto que no soy muy dado a hacer ejercicio. Supongo que tengo que cambiar muchos hábitos. ¿En verdad es necesario todo esto? Bien podría evitar a los demonios o simplemente alejarme de la meta de investigar espíritus. No, a Leonore no le gustaría escuchar eso, además estoy lo suficientemente convencido para lograrlo, tengo que cumplir la última voluntad de Anthony.
—Como lo supuse, tu cuerpo es demasiado débil, si lograste seguir el ritmo de tus peleas fue gracias a la maldición de Alice—Scarlet me analiza una vez que salgo del vestidor.
—Era solo una persona normal, nunca me imaginé que terminaría en esto.
Scarlet suspira.
—Bueno, vamos a comenzar ejercitando tus músculos en brazos y piernas, después necesitarás aumentar tu resistencia o de lo contrario caerás agotado durante una pelea apenas comience—dice Scarlet.
Afirmo con mi cabeza.
Durante todo el día ella me guía para realizar distintos tipos de ejercicio. Comenzamos con cosas muy básicas únicamente para que mi cuerpo comience a adaptarse al entrenamiento. Estoy muy seguro que mañana me dolerá todo.
—Bien… solo lograste treinta segundos de plancha. Con algo se empieza—comenta mirando un cronometro.
Caigo al suelo bañado en sudor. He tomado descansos de vez en cuando me siento bastante cansado. Ni siquiera cuando luché con Rise terminé así… bueno, en algunas ocasiones me desvanecí por algunos instantes, como cuando conocí a Anthony, pero la mayor parte de las veces el agotamiento llegó después de la pelea.
—Ahora quiero probar tu resistencia, descansa un poco antes de correr por la pista—ella anota mis resultados en una tabla.
Lo intento. Solo pude mantenerme corriendo durante cinco minutos en el recorrido.
—Resultados promedios para una persona promedio, ¡bien hecho!—me felicita.
Yo estoy suficientemente cansado como para responder.
—Dentro de un mes o tal vez dos es posible que tu resistencia haya aumentado, entonces podremos comenzar con el entrenamiento Hunter—me informa.
Si esto son ejercicios para personas normales no quiero ni imaginarme lo agotador de un entrenamiento especial…
******
Ha pasado un mes desde que comencé a entrenar con Scarlet y tal como lo predijo mi cuerpo ha cambiado adaptándose al esfuerzo diario. Todavía no desarrollo músculos grandes pero en combinación con la dieta impuesta y el ejercicio ya comienzo a sentirme más fuerte que antes. Sin embargo, todavía no podría enfrentarme a un demonio.