Humberto: no debes de sentir vergüenza por nuestro amor, mi vida. Porque amarnos debe de ser natural y bien sabes que te digo la verdad.
Rosa: siento vergüenza por mí misma. No puedo comportarme así, ya que nada más eres mi prometido y debemos de establecer límites entre nosotros.
Humberto: no quiero que pongas ninguna barrera entre nosotros. Sabemos perfectamente que el verdadero amor no conoce límites y necesitamos ser libres para que podamos amarnos.
Rosa: tienes razón, Humberto. Seguramente como ya termino nuestra cita debes de llevarme a mi casa, porque me acabo de dar cuenta de la hora.
Humberto: en verdad todavía piensas que te voy a llevar a tu casa. Eso no será posible, ya que a partir de este momento vivirás conmigo, así que nuestra casa te dará la bienvenida esta noche.
Rosa: nuestras familias no estarán de acuerdo con eso a pesar de estar comprometidos y esta vez me gustaría casarme bien, pero sobre todo de blanco.
Humberto: por supuesto que nos casaremos de esa manera. Nada más que saldrás de nuestra casa vestida de blanco para casarte conmigo.
Rosa: me estas pidiendo demasiado y te has puesto a pensar lo que dirán nuestros padres y también toda la sociedad si ello llegara a pasar.
Humberto: recuerda que ya no estamos en el siglo pasado y ahora en este tiempo tenemos permito hacer muchas cosas que antes no podíamos.
Rosa: yo no pienso permitir que lo hagas y si me quieres respetaras mi decisión. Además, esa sería una linda demostración de amor a tu futura esposa.
Humberto: está bien, mi vida. El amor que siento por ti siempre me hará esperar y ahora necesito llevarte a tu casa y el día de mañana al fin te llevare al doctor.
Rosa: te estaré esperando igual que siempre. Muchas gracias por aceptar lo que te pedí, eso significa que eres un hombre que respetara a su esposa.
Humberto: solo contigo soy de esa manera y quisiera que nuestra cita no se acabara nunca, así que podemos seguirla el día de mañana.
El pide la cuenta al mesero y cuando se la da se la paga. Humberto se levanta de su asiento para ayudar a su prometida hacerlo y ellos salen del restaurante tomados de la mano para poder dirigirse a su auto. Ellos cuando llegan la ayuda a subirse para hacerlo el también y de esa manera se dirigen a su destino que es la casa de Rosa.
Rosa: cuando tendré el gusto de conocer a mis futuros suegros. Porque me gustaría conocerlos antes de casarnos y por lo que se de ellos son personas con un carácter especial.
Humberto: te los presentare y seguramente no tardaran en llegar de su viaje cuando se enteren por alguien más sobre nuestra boda, así que muy pronto los conocerá.
Rosa: piensas que ellos me aceptaran en tu familia. Solamente que siento que mi apariencia no me ayudara y desde el principio sentiré el rechazo de tus padres.