Humberto: la sociedad nunca estará conforme. Además, eres mi prometida y tu lugar es estar a mi lado, ellos seguramente pensaran que me casare contigo por otras razones que nada que ver.
Rosa: ellos todavía no creen que seré tu esposa. Solamente que están conformes por el acuerdo que le prometiste y mis padres no podrán negarte ninguna petición.
Humberto: eso espero, mi vida. Porque necesito cuidar de ti, ahora que tu otro enamorado esta a punto de aparecer en tu vida como lo hizo en el pasado.
Rosa: en verdad debemos dejar de hablar de este tema para que no te molestes más. Seguramente él no me recuerda o tal vez eso lo sabré hasta que lo vuelva a ver.
Humberto: te llevaras una sorpresa al saber que es hijo de unos de los socios de la empresa de mi familia y precisamente antes de salir de ese lugar lo vi.
Rosa: el destino parece ser que quiere que lo conozca. Siempre debes de recordar nuestros momentos juntos para que te puedas tranquilizar y también cuando haga algún intento de acercarse a mí.
Humberto: quien dice que yo dejare que lo haga. Además, el no va con mucha frecuencia a la empresa y no creo que al saber que vas a trabajar para mi vaya a la empresa todos los días, pero eso no seria imposible si llega a interesarse en ti como mujer.
Rosa: averiguaste todo esto antes de llegar a mi casa. Ahora tengo que volver a soportar tus celos, porque el apareció de nuevo en nuestras vidas y justo cuando nos comprometimos, espero que las cosas esta vez no cambien, ya que en el pasado tú me robaste.
Humberto: te volvería a robar las veces que fueran necesarias y es una lastima que no estemos en el siglo pasado para volver hacerlo.
Rosa: siento que nos estamos adelantándolos a los hechos. Solamente que esta es una prueba más que el destino nos está poniendo para que podamos vencerla gracias a nuestro amor.
Humberto: pienso vencer cada una de ellas. Pero seremos felices, porque realmente lo merecemos y ahora quiero que me mires para que te pueda decir que te amo.
Ella mira a su prometido y de sus labios escucha que la ama. Rosa sentía su corazón acelerarse cada vez que lo repetía y ella al último sonríe, nada más que se habían olvido de su hermana todo este tiempo, además ella había escuchado toda su conversación y no podía evitar sorprenderse. Camila entendió la existencia de las almas gemelas gracias a su hermana, pero ellos se despiden de ella para ir a buscar a su padre que estaba adentro de su despacho. Él toma la mano de su prometida y caminan unos cuantos pasos hasta que al fin llegan y cuando lo hacen toca la puerta para después entrar.
Rosa: buenas noches, padres. Espero que no hayamos interrumpido nada de lo que estaba haciendo en este momento. Nada más que Humberto quiere hablar contigo y yo necesitare estar presente, porque lo que te tiene que decir tiene que ver conmigo, espero que no te molestes con mi presencia y quiero que hagas de cuenta que no estoy en tu despacho, por favor.
Damián: ahora que es lo que quieren hablar conmigo. Solamente que su futuro matrimonio ya esta acordado y no tiene ninguna necesidad de volver a conservar conmigo.
Humberto: únicamente necesitare hablarle de los planes que tengo con su hija. Necesito decirles que el día de mañana mi prometida empezara a trabajar para mi en la empresa de mi familia.