La promesa del destino

‿︵‿︵ʚ˚̣̣̣͙ɞ・❉ capitulo 9 ❉・ ʚ˚̣̣̣͙ɞ‿︵‿︵

En cuanto entre al gran salon con todos los lideres reunidos, sus miradas se fijaron en mi murmurando, sobre todo la mirada seria de ren xiang. Me acerque a donde se encontraba sentado, a la cabeza de todos los lideres.

-como osaste a atacar a mi pueblo_ reclame

- ¡liu waying! _mire a mi padre_ como osas levantar falsas acusaciones sobre el emperador. Acaso quieres provocar una guerra

-rey mao feng_ lo miramos_ más bien diría que la guerra se ha marcado entre nuestros palacios

-que… pero majestad_ su mirada se fijó en mi

-eres portadora de un excepcional don liu waying, podríamos vencer a Hibado juntos, como emperadores. Pero que rechazaras mi propuesta de matrimonio marca una guerra contra Haowei

-que no te ame no implicaba que perjudicaras a mi pueblo, si querías dañar a alguien. Era a mí, no a ellos_ se levanto bajando los escalones blancos

-no podría hacerte daño liu waying, porque te amo. Pero no te permitiré tu rechazo ¡rechazar el poder que te estoy brindando!

- ¡porque no estoy dispuesta a casarme contigo! _exclame, todo el salón se quedo en silencio escuchando nuestra discusión

-pero con aquel soldado de Hibado si_ los murmureos comenzaron a escucharse en el salón

-que dijiste

-soy el emperador liu waying, estoy al tanto de todo. Como tu maldita relación amorosa con ese soldado. Un enemigo de tu reino y de todos nosotros. Eso se considera traición a la corona y es una pena de muerte, pero no es divertido. El mejor castigo para que razones de tus errores es contra tu pueblo_ se dio media vuelta para regresar a su trono

La misma rabia que sentí al ver el cuerpo de mi madre muerto estaba despertando en mi nuevamente, la tormenta se podía escuchar al formase fuera del imperio, forma a shadowfall en mi mano además de mis ojos brillar aún más.

-deshaz tu maldición de mi pueblo_ me miro_ si no quieres que esto realmente sea una guerra emperador

Sus soldados entraron al gran salón con sus espadas preparándose para el ataque, pero ren xiang movió su mano ordenándoles retirarse, bajo a mi nivel cambiando sus ojos en el tono dorado y sus escamas iluminándose en un tono dorado.

-como quieras liu waying

De veloz manera me impulse queriendo atacarlo con mi espada, pero lograba esquivarlo, continuaba intentando lastimarlo, pero era veloz. Al tomarme desprevenida con solamente la palma de su mano en mi estomago pareciera que fui brutalmente golpeada por Haowei lo que me lanzo hasta el otro lado del salón débil y haciendo mi espada desaparecer.

Ninguna deidad puede ser más poderosa que Haowei, logro desaparecer mi espada y regresar a la normalidad mi don.

-eres fuerte, pero no demasiada para intentar vencerme_ aun no conseguía poder levantarme_ rey mao feng, esta es la ultima oportunidad que daré a su reino. Estoy dispuesto a tomar la mano de la princesa liu waying en matrimonio y así azidel volverá a ser prosperada por Haowei, de lo contrario en menos de dos amaneceres azidel solamente será un recuerdo

Quería negarme, seguía luchando por conseguir mi libertad, pero no me era posible estaba demasiado débil.

-lo aceptamos emperador ren xiang_ escuche a mi padre_ le entrego la mano de mi hija, la princesa liu xiang en matrimonio_ solamente conseguí arrodillarme aun débil viendo a ren xiang acercarse a mi con la mirada dorada con la cual lucho contra mi

-dime ahora tu respuesta liu waying

Me estaría condenando a una tradición más de asía, estaría condenando mi alma a compartirla alado de un hombre que no amo, pero mi vida no podía ser suficiente para perdonarme lo que le suceda a mi pueblo, no podría.

-acepto casarme con usted emperador ren xiang_ mencione bajando la cabeza sintiéndome la peor deshonra de los escritos antiguos de toda Asia

-perfecto, invito a todos los lideres presentes en este salón a celebrar mi boda que se llevara a cabo. Esta misma noche_ abrí los ojos lo mas posible aun sin levantar la mirada_ la unión de dos poderosas deidades; krasra y Haowei será realidad

Todos aplaudieron lo único que podía hacer era mantenerme en el suelo llorando en silencio por mi decisión, pero era todo por mi pueblo. Por mi gente.




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