La prometida del magnate

DULCE VENGANZA

Narración de Erika Vélez (Antagonista)

Cancún, México

Que reconfortante es estar acostada en la caliente arena cerca del mar con este helado y delicioso jugo de naranja para refrescar la sed, es un verdadero placer estar aquí en Cancún festejando mi victoria sobre mi eterna enemiga, jaja, jaja, jaja.

Alzo la mirada para ver este firmamento completamente azul y el sol que irradia con todo su esplendor. Observo también gente, hombres guapos con espectaculares cuerpos esculturales, niños jugando a la pelota con sus padres, varias lanchas lujosas en medio del mar y una banda brasilera entonando una suave música. Jamás en la vida me he sentido tan bien como en este momento, fueron años de fracaso para ver muerta a Samantha.

Al fin mis sueños se hacen realidad, esta mujer siempre me ha hecho la vida imposible entrometiéndose en mis planes. Me alegro con todo el corazón verte muerta mi querida ex amiga.

Hasta ahora me cuesta creer que ya no eres más un estorbo. ¡Brindo por esto! Jaja, jaja, jaja. ¡Al fin me deshice de ti Samantha! Jaja, jaja, jaja.

Después de estas gratas vacaciones en la playa, debo regresar a Manhattan para visitar la tumba donde ella está enterrada, quiero pisotear esa fosa con todo el odio del corazón. Luego ocuparme de los asuntos de Richard sacándolo de prisión.

Manhattan, New York

Al fin en mi amada y querida ciudad de Manhattan, el lugar donde lo tengo todo; Dinero, trabajo, lujos, viajes por todo el mundo, placeres, ropa fina, joyas, riquezas, autos y esta gran mansión. Soy multimillonaria jaja, jaja, jaja.

Han pasado varios meses desde aquel glorioso día cuando mi enemiga quedó eliminada de mi vida, ahora estoy libre y sin obstáculos en el camino para conquistar a mi adorado Richard. “Te amor mi amor con toda el alma”, ha llegado el momento de poner en marcha el segundo plan; sacarte de prisión con la ayuda del hipócrita de Robert y dos poderosas influencias que tengo en la policía estatal de Manhattan.

Rin, rin, rin.

Rin, rin, rin.

Rin, rin, rin

—Robert soy Erika. —Le saludo.

— ¿Cómo te fue en tus largas vacaciones en Cancún? —Me pregunta.

— ¡Excelente! Estoy de regreso a Manhattan. —Le respondo.

—Me imagino que vienes por tu querido Richard, ¿Verdad? —Me dice con cierta ironía.

—Así es Robert, tú conoces perfectamente que este es el siguiente plan que tengo después de deshacerme de Samantha. —Le contesto expresando una sonrisa macabra.

—Jaja, jaja, jaja eres muy mala Erika, ¡Me encantan mujeres como tú! Hermosas, seductoras y con un toque de malicia, eres de mi tipo. —Escucho su voz burlona y arrogante.

—Tú sabes que nunca voy hacer tuya, mi alma, virginidad y cuerpo le pertenecen solamente a Richard. —Le respondo con voz firme y seria.

—Nunca me has dicho que a tu edad (25 años) sigas siendo una niña. Eso hace más interesante el intentar conquistarte. —Me dice.

—Cambiemos de temas Robert, dame información exacta donde se encuentra enterrado el cuerpo de esa miserable que debe estar pudriéndose comida por los gusanos. —Le digo.

—Está en un lugar aparado de la ciudad, cerca de una quebrada por donde hay dos grandes bodegas abandonadas, en este instante te envío por Whatsapp la ubicación exacta. —Me contesta.

— ¡Gracias Robert! Pronto estamos en contacto para sacar de la cárcel a Richard. —Me despido.

En este instante me dirijo al lugar donde está la muerta. Al llegar a aquellas viejas bodegas en los alrededores de la ciudad, miro suciedad por todo lado, un montón de latas oxidadas, ratas paseándose a plena luz del sol, grandes contenedores llenos de basura, cosas antiguas fuera de uso y varios vagabundos borrachos tirados en el suelo.

La ubicación me indica que Samantha está enterrada en una de las bodegas, al entrar el entorno es frío y opaco, no hay luz, sillas viejas y rotas, pequeños botes de basura regados por doquier, las paredes están llenas de grafitis de pandillas. Mientras sigo caminando todo se torna más oscuro, los sicarios de Robert han escogido el lugar más profundo de esta antigua bodega. El ambiente huele a humedad a medida que sigo avanzando.

He llegado a la ubicación ¡Vaya! ¡Vaya! ¡Vaya! Que sitio más repugnante donde te han enterrado Samantha. Veo una fosa pequeña aproximadamente de dos metros de diámetro. Es el momento de festejar mi “dulce venganza” pisoteando su tumba.

“Maldita Samantha yo te quise desde que éramos niñas, fuimos las mejores amigas de la escuela y colegio. Te cuidada y tú también, nuestras familias eran muy unidas debido a nuestra cálida y armoniosa amistad, hasta que un día todo cambió para siempre.

¿Recuerdas la vez que conocimos a Richard? ¿El gringo que visitó nuestro querido pueblo de Chone? Aquel hombre alto, guapo, buen mozo, de cabellos rubios, ojos verdes, piel blanca como la nieve, su sonrisa radiante como el sol y la mirada que emanaba amor.

¡Como me encantaba aquel varonil hombre! Me enamoré desde el primer momento que lo vi. Él se fijó primero en mí para mi mayor alegría, pero te entrometiste con tu mediocre carisma y gentileza. Desde aquel instante te convertiste en mi enemiga. ¡Cínica! no sé qué hiciste para enamorarlo hasta tal punto que te sacó de la mísera pobreza que vivías y te llevó a Manhattan, la ciudad más prestigiosa y lujosa de los E.E.U.U.”




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.