La prometida del magnate

UN FATAL ACCIDENTE

Narración de Erika Vélez

Mansión “El Moulin Rouge”, Manhattan

Hasta ahora no puedo creer la cara de asombro que puso Richard al observarme cogida de los brazos de Robert al entrar a la sala de visitas en la cárcel. Nunca se imaginó que soy su amiga y mucho menos cómplice del asesinato de su querida Samantha. Jajaja, jaja, jaja.

“Mi amor, la próxima semana al fin estás libre y todo se lo debes a mí, tu salvadora. ¡TE AMO! ¡TE AMO! Mi precioso Richard”.

Pero hay otra cosa que me tiene bastante inquieta, ese desconocido y misterioso individuo vestido de negro que me susurró con su grotesca voz al estar en la tumba de Samantha.

¿Quién es? ¿De dónde proviene? ¿Cómo me conoce? Y más aún ¿Cómo supo dónde estaba aquel día? Ya que solamente Robert, los tres sicarios y yo sabemos dónde está enterrada Samantha.

Ese hombre me tiene intrigada, lastimosamente no pude ver su rostro ya que estaba tapado con una máscara pasa montañas color negro. ¡Uhhhh! Me muero de las iras al no saber quién es.

Mientras tanto quiero disfrutar de un delicioso baño en mi yacuzzi, rodeado de flores color rojo, inciensos con exquisitos sabores, música clásica y velas negras encendidas en toda la habitación.

Esta es la vida que merezco en mi hermosa mansión, o más bien la mansión que le arrebaté en un juego sucio a ese pedante “Sugar Daddy” de Jack. Jaja, jaja, jaja, pobre imbécil creyendo que estuve enamorada de él.

¿Dónde está ese miserable? No lo sé, y tampoco me importa. Todos sus bienes, cuentas bancarias y propiedades me las puso a mi nombre. ¡Tonto! ¡Tonto! Ni siquiera tuvimos relaciones sexuales y ya se postró a mis pies viéndome como su diosa, jaja, jaja, jaja.

Mi valiosísima virginidad solo le pertenece a Richard, ese juramento me lo hice desde los 16 años cuando le conocí en mi tierra natal de Chone. No entregar mi virtud a ningún hombre a no ser que sea a ese guapo y magnate gringo que me dejó impactada desde la primera vez que lo conocí.

A propósito siento arder mi “conejita” depilada. Estoy empezando a excitarme, Ahh, ahh, ahh, que rico tocarme suavemente en especial al pensar en Richard.

Si oh sí, mi amor, mete tus dedos en mi conejita rosada y depilada. Oh sí, Oh sí, ¡qué rico! Ahh, ahh, ahh.

Gimo al cogerme mis enormes y firmes bustos mientras con mi otra mano sigo jugueteando con mi conejita. ¡Cómo te deseo Richard! Quiero que seas solo mío y de nadie más. ¡Ahh! ¡Ahhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! Estoy a punto de explotar como un volcán en erupción. ¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh!

Rin, rin, rin.

Rin, rin, rin.

Rin, rin, rin.

¡Maldición! ¡Quien me corta en el momento más placentero!

Rin, rin, rin.

Rin, rin, rin.

Rin, rin, rin

¡No! Es ese estúpido de Robert.

— ¿Qué quieres Robert? —Le pregunto muy disgustada.

— ¿Te interrumpo en algo Erika? —Me pregunta con su risa sarcástica.

—Estoy en el yacuzzi, ¿Algún problema? —Le respondo.

—Que rico mami verte desnuda y mojada en el yacuzzi de tu mansión. —Me dice con voz excitada.

— ¡Ve al grano y dime para que me llamas!  —Le contesto con el tono de voz de enojo.

—La próxima semana vamos a sacar de la cárcel a Richard, debemos estar a las 10 de la mañana. No lo olvides, ¡Ricura! ¡Cómo te deseo Erika! —El muy sarcástico me cuelga el teléfono.

¡Maldito miserable! Si no es porque estamos involucrados en el asesinato de Samantha y el incendio producido en la residencia de Richard, ya me hubiera desecho de ti al igual que Jack.

La semana siguiente

Qué hermoso día es hoy, el sol brilla en todo su esplendor, el firmamento azul y una cálida brisa. Por fin amor voy a tenerte a mi lado, sé que es un proceso que lleva tiempo, pero soy paciente en los asuntos del amor, jaja, jaja, jaja.

Al abrir el armario escojo entre todos mis vestidos, este traje con escote provocativo color negro, hace notar mis bustos hasta casi mostrar los pezones y en la parte de abajo, apretarme el trasero a que se note toda mi escultural figura.

Al verme en el espejo luzco totalmente hermosa, con este maquillaje Richard no se podrá resistir.

Cientos de hombres me han deseado vehemente en todos lados donde voy, es que la belleza manaba de mi país Ecuador, es incomparable.

Después de arreglarme por completo, dejo dando órdenes a todos mis empleados para dejar la mansión completamente nítida y presentable. En la tarde tengo invitados muy especiales por atender.

Luego de percatarme que todo está en orden, salgo en mi coche Ferrari rojo del año (2.024) dirigiéndome a la cárcel donde esperan por mí Robert y Richard.

Al estar manejando prendo un tabaco para calmar los nervios, ¡en verdad me siento emocionada! ¡Maldición! Estos semáforos que solo pasan en rojo me tiene harta.




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