HADES ÖZDEMIR
El empujón disimulado por parte de Egan me sacó de mi trance de sueño frente a los nuevos accionistas de la empresa que me mirabam seriamente, en especial, el papá de mi novia.
Nada más por él me atrase aquel día que tenía que llegar temprano a casa, su papá era aquel hombre con una gran oportunidad para nuestra empresa y poder salir a flote luego lo acontecido en las últimos meses, más concreto las últimas semanas.
La reunión termino sin ningun percance más, gracias a mi prima y Egan que me dieron una taza de café negro sin azúcar para poder mantener los ojos abiertos y no terminar dormido sobre la mesa.
—No debería estar de metiche, pero esto lo digo por ambos que estaban en el mundo de los dulces sueños que aquí en la sala, ¿por qué traen ojeras?. Sobre todo tu Hades.
Como le decía que su querida hija nos hacia correr por comida a las tres de la mañana a mi y a Egan estos últimos días.
—Estoy esperando.
—Cassidy nos ha estado explotando en las madrugadas en busca de comida y unos antojos raros —susurro cubriendo con mi mano un bostezo— Además que huelen horrible algunas de esas comidas.
El hombre frente a nosotros lo único que hace es reír al vernos y negar.
—Tío no es divertido —gruñe Egan.
—Hace más de tres años que pasate por lo mismo Egan, no es posible que no te des cuenta muchacho —lo mira con reproche.
Egan al parecer hace cálculos de por que hacia lo mismo hace casi tres años y al parecer cae en cuenta dejándome excluido de lo que sea que ambos piensen.
—¿Lo crees? —pregunta Egan sin salir de su asombro— Pero sólo tiene ese síntoma.
—Lo puedo asegurar, además por lo que veo Hades dice que no le gustan ciertos olores de lo que Cassidy come.
—Señores estoy aquí y están hablando de la mi novia ¿puedo saber de qué? —pregunté con molestia llamando la atención de ambos.
—¡Felicidades! —Egan me abraza y miro al señor D'Alessandro confundido— Seré tío de nuevo, ¿cómo no me di cuenta antes?
Golpea su frente con la palma de su y sonríe como niño pequeño con juguete nuevo pero luego cambia su expresión a una de seriedad. Mientras intento hilar las pocas pistas que me dan, aún así por el cansancio no puedo pensar claramente.
—Te debería golpear por haber vuelto a tocar a mi prima, imbécil.
—No lo harás, yo lo haré —dice el señor D'Alessandro dando un paso adelante hasta quedar frente a mi— Mira muchacho serás padre de nuevo, mi hija está embarazada, así que más te vale cumplir con lo que ella pida o mande. Por otro lado me hubiese gustado que abres se hubiesen casado y luego darme otro nieto pero ustedes hacen todo al revés.
Bufa y palmea mi mejilla amenazante.
—Espero que en tus planes este hacerla tu esposa por que sino me veré obligado a quitar todo mi apoyo a la empresa.
Es mi turno de bufar y rodar los ojos.
—Eso es chantaje y si las cosas serán así prefiero buscar otra empresa o banco que me quiera ceder su ayuda hasta que la empresa sea estable —quito su mano de mi mejilla y lo miro directamente a los ojos con la misma seriedad que él lo hace— Con respecto a mi novia, pienso casarme con ella y hacerla feliz. Con permiso.
Salgo de la sala de juntas un poco molesto, se que no debí haber hablado y reaccionado de esa forma ante mi futuro suegro, no obstante no iba a dejar que me intimide con su postura de padre protector. Llegando a mi oficina encuentro a mi secretaria esperándome de pie.
—Señor Özdemir, buenos días.
—Buenos días señorita Yilmaz, ¿Qué tengo para el día de hoy?
—Tiene un almuerzo con posibles nuevos compradores a la una, el departamento de finanzas dejo estos documentos para que los revise —deja el folder junto un sobre más pequeño— Oh y esto lo dejo un mensajero, dijo que lo debería ver solo.
—¿Nada más? —niega— ¿No dijo quien era el remitente de este sobre?
—No señor.
—Bien, puede retirarse —me siento en mi comoda silla y suelto un audible suspiro.
La empresa luego de la reunión que tuvimos hoy con los nuevos socios comenzaría a estar a flote y ninguno de los empleados perdería su trabajo que era lo que más temía, muchas familias dependían de nosotros y que se quedarán sin trabajo luego de habernos cedido sus tierras no era una opción. Gracias a Dios y nuestros rápidos movimientos todo estaba arreglado, solo era cuestión de tiempo para ver el nombre de Empresas Özdemir como la número uno en minería.
La melodía de un a llamada entrante a mi celular me saca de mis pensamientos, lo sacó del bolsillo de mi pantalón y contestó sin mirar el nombre.
—Hola.
—¡Tío Hades! —la voz alegre y chillona de mi pequeña brujita hace que aleje el celular de oreja.
—Brujita, ¿A qué debo tu llamada? ¿Está todo bien? —pregunto ojeando los documentos que dejo mi secretaria.
—¡Si! Mi papá ha despertado, mamá me dijo que espere afuera un momento mientras te cuento lo que me dijo el doctor. Que papá despertó.
Sonrió negando por su repetición de palabras al estar emocionada.
—¿Vendrás? Así luego me llenas con Athena, ¿Sí?, sí, sí, sí, sí.
Ruega con voz cantaría.
—Si a todo lo que me pides brujita.
—¡Yei! Eres el mejor Hades.
—Nos vemos pequeña. —termino la llamada y salgo de la oficina guardando los documentos en mi maletín y pedirle a mi secretaria que cancele todo lo que tengo para hoy menos el almuerzo.
***
Nuestros nuevos compradores resultaron ser unos alemanes Estaciono el auto fuera del hospital donde aún hay algunos periodistas en busca de noticias por parte de nuestra familia, sobre todo de Ahmet y su metida de pata en la mafia.
Acomodo las gafas de sol y camino con firmeza frente a todos ellos que comienzan a llenarme de preguntas sobre Ahmet, la empresas y mi familia los evadi fácilmente gracias a los policías, cruzó la puerta de la entrada y recorro los pasillos ya conocidos por mi saludando a algunas enfermeras y doctores que me atendieron en mi estadía.