La Propuesta

Semilla de manzana

CASSIDY D'ALESSANDRO

Hoy me sacaría la duda que me estaba volviendo loca y me tenía muy emocionada también.

Esta mañana había salido temprano con la escusa de ir al supermercado por víveres para la casa, no era un mentira, solo una manera de comprar pruebas de embarazo, todas las que sean necesarias para saber si eran reales mis sospechas, aunque muy en el fondo sabía que venía en camino un pequeño bebé.

La espera por saber el resultado me estaba matando sentía que era los minutos más largos, mi paciencia se agotaba hasta que el timbre del cronómetro que puse en le teléfono sono indicando que ya era tiempo.

Me acerqué a las pruebas temerosa eran cinco en total, tres de ellas daban  mismo resultado positivo y las dos sobrantes .

¡Voy a ser mamá otra vez! 

Solté un chillido de alegría y mire la hora en el celular, Hades no llegaría hasta la hora de la cena o quizá hasta más tarde. Guardo una de las pruebas de embarazo con el resultado en una cajita y las demás las boto a la basura dentro de una bolsa.

La puerta se abre de golpe dejándome ver a la abuela de Hades asustada, había olvidado que hace unos días  después de su divorcio con el señor Özdemir se vino a vivir con nosotros.

—Te he escuchado gritar ¿Todo bien?.

—Sí, así es. —asiento repetidas veces escondiendo detrás de mi la cajita donde tenía la prueba de embarazo.

Ella sonríe negando.

—Puedo adivinar lo que te sucede ¿Sabes? —da unos pasos hasta estar frente a mi y luego se agacha alzando la cajita donde venía la prueba de embarazo.

Tonta yo, bote las pruebas pero no sus envoltorios.

—Lo siento... yo pensaba decirlo está noche pero...

—Tranquila niña —me interrumpe— Iremos con la ginecóloga ahora mismo para saber de qué tiempo estas, los niños se quedarán con Zeinep y la niñera.

—Esta bien abuela, gracias.

—Vamos, ponte más bella de lo que estas mientras agendo una cita para hoy mismo con la hija de una amiga.

Sale de apresurada dejándome en el baño con la pequeña caja color marfil que escondo entre mis vestidos en el gran closet que comparto con Hades.

Me miro en el espejo de cuerpo completo que hay en la habitación y sonrío ante mi reflejo, está noche debo preparar una cena para darle la noticia a mi amado con ayuda de los niños que de seguro se pondrán felices por tener un hermanito o hermanita.

—¡Mamma! —el grito de Athena hace que salga corriendo del closet que es como otra habitación para ver que sucede y lo que veo no es nada bueno.

—Fue culpa de ella —Atesh señala a su hermana, arisco y con una mueca de disgusto por traer la ropa llena de pintura.

—Yo solo creí... Creí que sería divertido para que Fiore deje de molestarme —Athena hace un puchero triste bajando la mirada al suelo.

Atesh ve la tristeza en el rostro de su hermana y no duda en rodearla con sus brazos dejando un beso su cabellera rojiza. 

—Ya no jugaremos con Fiore sino quieres, tu eres más importante.

La tristeza de Athena es reemplazada por una sonrisa.

—Gracias. —susurra mi pequeña.

Sonrió enternecida por el comportamiento de mis hijos sobre todo orgullosa de que Atesh sea un buen hermano mayor, algo que yo no pude disfrutar durante mi niñez y adolescencia pero si cuando estuve embarazada. Les aseguro que no fue tan lindo como la escena que hacen mis hijos ahora, había días que quería estrangular a los idiotas por no cumplir los deseos, por las veces que me hacían enojar hasta que les lanzaba lo que encontraba o cuando se hacían los idiotas con respecto al tema de Hades.

—Que bueno que no debo castigar a ninguno —los miro con seriedad y ambos sonríen— ¿Cómo es que Fiore está aquí y no se nada? ¿Está con su tío Jason?

—Tío Jason, la dejo y dijo que volvería luego de ver a papá. —contesta Atesh jugando con un mechón de cabello de Thea, ella le da un manotazo y este rie.

—Vale, la abuela y yo vamos a salir un rato ¿si? —ambos asienten, me agacho hasta la altura de mis niños acariciando sus mejillas y los lleno de besos— Escuchen bien, se que Fiorella suele ser molesta y todo lo que quieran pero no por ello dejarán de jugar con ella, ustedes son primos, los primos son como hermanos así que intenten llevarse bien mientras estoy fuera unas horas.

Ambos niños se miran y sueltan un suspiro sobre todo mi pequeña princesa.

—Como órdenes mami, en cambio nos traes helado por nuestro buen comportamiento.

—Acepto, sólo no se acostumbren a que sea así siempre, ahora a darse una baño.

***
 

 

Llevábamos media hora esperando los resultados de ADN que nos había pedido la doctora apenas pusimos un pie en su consultorio. Athena dormía en mis brazos su siesta, al final me la tuve que traer conmigo por que mi pequeña no quería estar cerca de su prima.

Llegando a casa arreglaría ese problema con ellas sin embargo tenía una pequeña idea de su rivalidad, Emir Ercel.

—Cassidy D'Alessandro —al escuchar el llamado de la doctora me levanté del sofá de la sala de espera junto a la señora Fatma y extraños juntas al consultorio— Aquí tengo los resultados de ADN, porfavor tomen asiento.

La doctora abre el sobre y comienza a leer mientras una sonrisa se forma en sus labios.

—Felicidades, serás mamá nuevamente.

Sonrió de felicidad abrazando el cuerpo de mi pequeña que aún duerme en mis brazos, ajena a lo que sucede. El teléfono de la doctora suena y pide una disculpa para poder contestar.

—Felicidades niña —susurra la abuela.

—Disculpen que las interrumpa pero ustedes conocen a...

Su pregunta no puede ser terminada por que alguien abre la puerta sin pedir permiso, sonriendo con disculpa y diversión.

—Señora Fatma, primita hermosa y pequeño tomate dormilón.

—Egan —murmura con fastidio la doctora a nuestras espaldas— Estoy atendiendo a una paciente, espera afuera como los demás.

—Ella es mi prioridad  —me señala— Tenemos asuntos que tratar.




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