La Propuesta 2.0

HADES ÖZDEMIR

Había visto como muchos pedían matrimonio a sus chicas en Inglaterra, algunos en medio de algún lugar turístico, un restaurante lujoso con vista a la ciudad, un local de comida pequeño, en medio de un parque, en frente de una banda de música, show de teatro y ahora que debía hacerlo yo y no se me ocurría nada. Llevábamos una semana buscando el lugar perfecto pero nada se nos ocurría.

Tres cabezas no podían hacer nada.

—Tenemos listo la comida, sólo la comida —bufa Egan haciendo garabatos sobre una hoja— ¿Qué es lo que quieres? Ya te hemos dado varias ideas y tu ninguna aceptas, eres peor que mujer.

—Chicos mantengan su testosterona a raya ¿Sí?, tú —me señala— ¿Ya le pediste la mano al papá de Cassidy? Sabes que ese es el primer paso ¿No?

Mierda.

Egan y yo nos miramos, el que se dice llamar mi mejor amigo me sonríe con burla.

—Todavía. —murmuro entre dientes.

—Como la única dama entre ustedes me haré cargo de la situación, Egan tu estarás a mi disposición para lo que necesite, Hades compra los anillos de compromiso con tu abuela y junta a la familia de la novia para pedir su mano que yo me encargo del lugar y todo este listo para mañana por la tarde.

Cierra su agenda con una sonrisa en los labios y sale de mi oficina muy confiada de lo que va a hacer sin embargo a los segundos vuelve, con la mitad de su cuerpo dentro de mi oficina pregunta.

—¿Tengo tu aprobación primito?

—Confío en ti.

Zehra cierra la puerta a sus espaldas y nos vuelve a dejar en aquel silencio que reinaba el lugar, media hora más tarde sale Egan de mi oficina después de haber arreglado un tema de negocios entre nuestras empresas.

Entre firma de documentos, lectura de otros y reuniones, llego la hora del almuerzo, mientras estaba en medio de una reunión con el gerente financiero le pedí a la señorita Yilmaz que me consiga un almuerzo con la familia D'Alessandro que era algo demasiado urgente como para que fuese otro día.

***
 

Apenas llegue al reservado todo está en silencio, tome asiento a lado de mi abuelo bese su mejilla y luego salude a los demás.

—Basta de formalidad ¿Qué es eso tan urgente por lo que nos llamaste? —pregunto el señor D'Alessandro con voz gélida.

Sin dar muchas vueltas comenté por que había reunido a todos aquí, yo no era fan de las costumbres, mientras menos vueltas era mejor para mi sin embargo por ella lo hacía.

Las manos me sudaban mientras esperaba la respuesta del que sería mi futuro suegro, luego de aquel momento donde lo había dejado con la palabra en la boca no lo había vuelto a ver hasta ahora. 
No me hacía muchas ilusiones con su respuesta aunque muy en el fondo rogaba que dijese sí para casarme pronto con Cassidy.

Y si era no, la secuestro y nos casamos en medio de una isla.

—Debería golpearte muchacho —declaró sin dejar esa expresión de seriedad en el rostro— No obstante quedarías más horrible de lo que ya eres en la fotos de compromiso.

La señora Helga que estaba a su lado sin ningún disimulo golpeo el brazo del señor D'Alessandro y susurro algo inaudible para los demás.

—Te damos la mano de nuestra hija para que la ames y la cuides más de lo que haces ahora —deja ese gesto de seriedad y niega— Te hemos visto crecer junto a Egan de alguna manera, cuando supe que eras el padre de mis nietos quise cuidarlos y creí que lo mejor era mantenerlos lejos de ti pero Cassidy nunca se rindió y tu tampoco, ambos se volvieron a encontrar. Si no cumples con todo lo que me dijiste ahora al pedir la mano de mi me veré obligado a usar la fuerza bruta y no querrás estar como mi saco de boxeo.

Su amenaza me la paso por donde no da el sol, eso me gustaría decirle pero hago lo contrario, agradezco su confianza con un apretón de manos.

Durante el almuerzo conozco a la mujer que crió a mi futura esposa, la señora Martha. Terminando el almuerzo cada uno vuelve a sus actividades y les pido que estén atentos a sus celulares para saber la hora y lugar de mi fiesta de compromiso la cual sería al estilo turco.

Llegando a la empresa me encuentro con un montón de periodistas que apenas bajo del auto me interceptan haciendo preguntas sobre Ahmet, Textil Bayrak, mi abuelo y otros que pasó por alto entrando al edificio.

Apenas pongo un pie en mi oficina tengo sentada a Zehra en el sofá con su portátil en manos, cuando nota mi presencia me sonríe y pide que me acerqué para confirmar todo lo que había hecho en casi dos horas.

Me nuestras imágenes del lugar que es perfecto, la decoración al estilo turco, el pastel y la lista de invitados que se había tomado tiempo de hacer.

—¿Qué te parece? ¿Llena tus expectativas primito?.

—Más que eso, es extraordinario —la rodeó con mis brazos y beso su frente— Eres mi prima favorita.

—Soy la única idiota, por cierto hace unos minutos estuvo  Ahmet por aquí, a ello se debe el alboroto de los periodistas.

Suelto un suspiro y ella palmea mi brazo, con Ahmet no había vuelto hablar desde aquel día donde me contó todo sin mentiras de por medio, debía buscar un momento adecuado para hacerlo y arreglar nuestro  mal entendido entre ambos antes de que la policía se lo lleve por ser cómplice de tráfico en la empresa textil de mamá la cual había comprado a precio muerto y ahora debía hacerla crecer.

—Confirma todo y cancela con mi tarjeta de crédito ¿si? —asiente con una sonrisa cerrando su laptop— Toma la tarde libre... y entrega las invitaciones por mi, yo haré algo importante para mi querida Persefone.

—Como órdenes, besitos para los niños.

El resto de la tarde me quedo entre las cuatro paredes adelantando trabajo a eso de las seis treinta salgo a un centro comercial en busca del vestido perfecto, Vanu me acompaña ya que le pedí que investigue la talla de vestido y ropa interior de Cassidy.

Ya recorrimos cuatro tiendas y no hay nada que me guste o crea que es perfecto para ella, Vanu ya se está quejando que soy peor que una mujer la ignoro y sigo con mi búsqueda  hasta que doy con aquel vestido color marfil de encaje,  ajustado hasta la cintura y suelto de allí para abajo.