La Propuesta

Culpable

AHMET ÖZDEMIR BAYRAK

Iba detrás de Elif que manejaba su pequeño triciclo de color violeta con una encantadora sonrisa.

Mis días de libertad estaban contados,  pronto iría a la cárcel y según lo que dijera el juez me perdería un par de años o más en el crecimiento de mi pequeña brujita que con mucho recelo le di espacio en mi vida cuando no la quería sin embargo quedando encantado por su manera de ser.

Hades era el artífice de que mi pequeña haya podido llegar a mi vida y por mucho que lo negara o quisiera hacerme el ciego así era, él protegió a Vanu de mi persona cuando quise que se prácticara un aborto para no tener al pequeño bebé que albergaba en su vientre.

Ahora después de casi cuatro años, el resultado era una hermosa niña con ojos color ámbar, cabello castaño y una personalidad encantadora sin dejar de lado esa forma única de doblegar a las personas.

—¡Papá! —grita llamando mi atención frente a una señora que esta sentada vendiendo margaritas.

Me acerco y me agacho a su altura para acomodar algunos mechones rebeldes de su cabello tras su oreja.

—Me compras flores ¿Sí? —junta sus manitos como si fuera a rezar y hace un puchero que me saca una sonrisa— También para mamá, a mami le gustan mucho.

—Esta bien pequeña brujita, escoge la que más te guste —beso su mejilla.

Se separa lo más rápido de mi y comienza a mirar las flores escogiendo un ramo de margaritas blancas y una corona que se coloca con ayuda de la señora sobre su cabeza. La tarde siguió en medio de sonrisas, juegos en el parque, comiendo helado, pizza y comprando algunas chucherías.

Hace diez minutos llevaba conduciendo, en el asiento trasero iba Elif sentada en su  silla especial para ella que peleaba con el sueño no queriendo cerrar sus ojitos.

Sonrió negando y sigo conduciendo, hoy hablaría con mi hermano aunque no me sentía preparado debía hacerlo, luego de la invitación a cenar que Cassidy nos hizo Vanu y a mí el día de su compromiso en Capadocia con el fin de terminar de arreglar nuestras diferencias como hombres.

—Déjame ayudarte aún estas convaleciente —murmura Hades quitando de mis brazos a Elif que se remueve en suyos buscando comodidad.

Levanto el ramo margaritas del asiento trasero y el ramo de rosas que compre en el camino para Cassidy por que mi hija en el camino las vio y dijo que eran las favoritas de  su tía y la pequeña pelirroja.

Entramos juntos a la casa y somos recibidos por las risas de Vanu y Cassidy que están en el salón principal escuchando a los trillizos con sus aventuras, al vernos ambas sonríen levantándose de sus respectivos lugares. Me sorprende el que se lleven bien, pues Hades y Vanu aparte de haber vivido juntos los últimos años han tenido una historia en el pasado sin embargo no me veo en el hecho de cuestionar como se lleven cuando Hades y yo casi estamos en lo mismo.

—Estas margaritas son para ti Vanu, escogidas por Elif —siento que debo dejar claro lo último mientras se las entrego y la sonrisa que estaba en sus labios es reemplazada por una fingida que no llega a sus ojos— Y estas son para ti, mi pequeña igual las escogió.

Entrego el ramo de rosas a Cassidy el cual agradece y una rosa a Athena que sonríe besando mi mejilla cuando se la entrego.

Por el bullicio Elif despierta viendo a sus primos presumiendo su corona de margaritas la cual es muy alagada, cuando acordamos el pequeño grupo de niños nos ha dejado solos.

—Persefone ¿cuanto crees que falte para la cena? —pregunta mi hermano a su prometida acariciando el vientre de esta, que de a poco se hace notar. La respuesta es interrumpida por  Zeinep que nos invita a pasar al comedor principal.

La cena se lleva acabo con un poco de tensión entre los adultos que es disipado por los niños y sus comentarios ocurrentes creando un ambiente ameno y temas triviales de conversar. 
Al terminar el postre que fue hecho por la prometida de mi hermano, Hades y yo damos las gracias por la comida.

Estando dentro del despacho nos acercamos al pequeño minibar, Hades sirve dos copas mientras miro el interior del lugar y luego me entrega una a mi.

—¿A qué se debe tu comportamiento idiota con Vanu? —pregunta mientras nos sentamos en los sofás, esperaba cualquier pregunta menos esa.

—En un par de días iré a la cárcel y quien sabe por cuánto tiempo —bebo un poco de mi copa— Vanu es hermosa, no quiero ver su rostro triste al saberme por muchos años en prisión, ni a mi pequeña brujita triste por que no pueda estar en momentos importantes con ella, nada me garantiza que saldré vivo de prisión. Prefiero alejarme ahora para que si eso llega a suceder no sea tan doloroso para ella y mi hija.

Murmuro esto último con amargura tenido de dolor.

—Eres idiota, escucha a tu hermano mayor por que si no lo haces me encargaré de verdad te den una patada en el trasero en prisión —declara Hades con molestia— Vanu es como una hermana, no merece que la trates así por tu tonto pensamiento tuyo, saliendo de aquí le dirás... algo bonito ¿Si?

Rio ante su pedido de ser más cariñoso con Vanu.

—Me pregunto como Cassidy se enamoró de ti, eres un asco para dar consejos amorosos.

—Se enamoró de mi belleza —se señala de pies a cabeza y hago una mueca de asco— Gracias Ahmet, después de todo decías la verdad con respecto al abuelo.

—Yo nunca miento.

Me mira con una cara de pocos amigos como diciendo, a otro perro con ese hueso.

—Ya no me mires así, lo hice por que estaba muy enojado, rencoroso y aún me cuesta estar frente a ti sin no tener aquellos pensamientos rondando mi cabeza, Hades.

—Saldrás de está, hable con el abogado que te estará defendiendo en el juzgado es bueno ya hará hasta lo imposible por que tu pena sea mínima.

—Si no logró salir cuida a mis hijas y ayuda a que sean felices sin mi.

*** 
 


El juez leía los documentos que había recibido hace unos momentos por parte del fiscal con la mirada solemne y sin ninguna expresión levanto la vista, fijándose sólo en mi.




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