La propuesta del Sr. Miller.

Capítulo 1: Sr. Miller.

Capítulo 1: Sr. Miller

NARRA STELLA

Empiezo con mi rutina de todas las mañanas: Despertar a las 4:00 am, ayudar a mi madre con los quehaceres de la casa, justamente a la 4:30 am encargarme de mi aseo personal, a las 5:00 am me encargo de hacer el desayuno y a las 5:30 am salir a esperar el autobus para dirigirme a la empresa.

Cuando llego a dicho lugar, dejo mi bolso con algunas carpetas en mi escritorio, luego me dirijo a la cafetería por un café negro cargado para dejarlo en el escritorio del Sr. Miller mientras termino de organizarme para que todo este listo a las 6:15 am que es cuando el jefe llega.

Harry Miller; se caracteriza por ser un hombre serio, de alguna manera un poco frio, inteligente, responsable pero sobre todo sexy y guapo; para mi mala suerte. Cinco años trabajando junto a él no ha sido fácil, estar acompañandolo cuando se estaba destruyendo por la muerte de su abuelo y hace poco por la de su padre. Empecé a darme cuenta que estaba enamorada de él hace tres años, siempre intentaba lucir bien cada vez que lo veía, me ponía nerviosa por su mirada, unos celos me inundaban cuando lo veía salir de su oficina con alguna mujer pero aquel hombre solo me veía como su secretaria y posiblemente una amiga.

- Bueno días, señorita Corney -. Su voz gruesa y varonil me desconcentra de mis pensamientos. Rápidamente me pongo de pie y respondo a su saludo.

- Buenos días, señor Miller. -  Mi voz sonó amablemente,- Su café ya está en el escritorio y aquí está en balance de las últimas dos semanas. - Extiendo mis manos entregandole la carpeta.

- En una hora llega la señorita Willian, por favor hagala pasar a mi oficina. - Pide mientras se aleja de mi vista.

Ruedo mis ojos. Catalina Willian, una mujer que sin duda alguna es linda pero toda esa belleza se debe a algunas agujas que han pasado por su cara y cuerpo. La he visto en la empresa en varias ocasiones pero las últimas tres semanas a estado frecuentando a Harry. 

Una amarga sensación pasa por mi cuerpo, esa sensación de celos que he estado aguantando por años. Suelto un suspiro de resignación, debía tener claro de que mi relación con el señor Miller; era únicamente profesional.

Cansada de pensar en cosas sin importancia, empiezo a hacer algunos balances, organizar algunas reuniones, ubicar algunos documentos, atender algunas necesidades de Harry, entre muchas cosas más.

-Comunicate con Harry, díle que estoy acá. - Alzo mi vista para encontrarme con un cuerpo femenino.

Un "buenos días" o un "por favor" no hubiese quedado nada mal - pienso.

-Buenos días, señorita Willian. El señor Miller la espera en su oficina. - Respondo intentanto sonar amable.

-Traeme un cafe, o no. Mejor un capuchino. - Píde mientras se acomoda el escote de su vestido.

Respiro profundo para luego pararme de mi asiento y ponerme a buscar el pedido de la señorita Catalina.

Intento poner mi mejor cara para luego tocar la puerta de la oficina, recibo un "adelante" por parte de mi jefe quien se encontraba leyendo algunos papeles mientras que la modelo estaba con cara de todo menos de alegría. Ella al verme rueda los ojos, ni siquiera duda en ocultar que mi presencia le incomoda.

-Señorita Willian, su capuchino. - Hablo mientras pongo la taza de dicha bebida al frente de ella.

-He cambiado de opinión. Traigame un café. - Dice la chica con una maldita sonrisa de suficiencia que me dan ganas de arrancarsela.

-Ella no va a traer nada, tiene trabajo más importante que hacer. Si no quieres la bebida, sencillamente ve a la cafeteria y pide el favor de que te la cambien por lo que desees. - La voz de él sr. Miller hace que la chica le salgan humos por toda su cara.

-¿Acaso ella no puede. No se supone que ese es su trabajo?. - Se queja la chica.

-Él trabajo de ella es hacer lo que yo le ordene y en este momento ella tiene otro trabajo que hacer. - Continua hablando. - Señorita Corney, vaya a la oficina del señor Rodolfo y pídale el balance del último anunció que se promocionó.

-¿La oficina del señor Rodolfo?. - Pregunto tragando grueso.

-Sí. ¿Hay algún problema con ello?. - Pregunta con su expresión fria a lo que yo niego.

-No señor. En un momento le traigo el balance. - Contesto saliendo de la oficina.

Tomo el gas pimienta que se halla en mi bolso y lo guardo en uno de los bolsillos de mi falda. Respiro profundo para luego tomar las hagallas de dirigirme a la oficina del señor Rodolfo.

Toco la puerta y después de algunos segundos de espera, la puerta se abre dejandome a la vista a la secretaria de dicho señor.

-Buenos días, Stella. - Me saluda la chica con una sonrisa. - El señor Rodolfo dice que puedes pasar.

Asiento levemente mientras entro a dicho lugar a paso firme, necesitaba mostrar seguridad a pesar de que lo nervios recorria mi cuerpo de pies a cabeza.

-Stella, querida. Muy buenos días. - Saluda el hombre con una sonrisa que no me agrada.

-Buenos días. Prefiero que se mantenga el profesionalismo. El señor Miller necesita el balance del último anuncio que se promocionó. - Hablo de manera seria.

-¿No desea usted tomar un cafe mientras busco los papales?. - Ofrece a lo que to niego.

-No, gracias. Tengo muchas cosas que hacer, así que le agradecería que se apurara con el balance. - Respondo.

Él se pone de pie y empieza a acercarse lentamente como ai fuera una presa a cazar, mis cuerpo empieza a temblar.

-¿Por qué siempre eres tan seca?. - Pregunta mientras me mira de pies a cabeza.

-Que me guste mantener mi profesionalismo son temas muy distintos. - Respondo.

-Voy a buscar el balance. Dame un segundo. - Ruedo los ojos porque al parecer no le importa mi opinión sobre lo de no gustarme que me tutee.

Empieza a buscar los papeles en algunos cajones, yo solo espero deseando que todo salga bien.




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