La propuesta del Sr. Miller.

Capítulo 5: No te vallas.

Capítulo 5: No te vallas

Estar sentada sin hacer o saber absolutamente nada, es horrible. Al llegar solo nos encontramos a la enfermera de mi madre quien estaba llorando, pues según me había informado ella también le había tomado mucho cariño.

Si ella me dejaba no sabría qué hacer, estaría completamente sola.

-Creo que necesitan un café. – La voz del Sr. Miller llama nuestra atención, venía con dos cafés en su mano.

-Gracias. – Contesta la enfermera recibiendo dicha bebida.

-Gracias, pero no quiero nada. – Respondo.

-Debe tomar algo, de seguro la ayudara a relajarse. – Insiste.

-Tiene razón Stella, necesitas calmarte; todo va a estar bien. – Ahora quien hablaba era la enfermera. Y odiaba que dijeran eso; todo va a estar bien porque sé que eran simplemente palabras para tranquilizar, pero la verdad ni siquiera sabíamos si la situación iba a mejorar o empeorar.

-Creo que mejor voy por una aromática. – Digo parándome de mi asiento, pero me veo detenida por Harry.

-Yo voy, quédate por si el doctor aparece a dar información de tu madre. – Explica para luego desaparecer de nuestras vistas.

-Tu novio es un amor. – Volteo a ver a la enfermera para luego corregirla:

-No es mi novio, es mi jefe.

-¿Enserio?. Parecen novios. – Insiste en el tema.

-Estamos muy lejos de serlo, solo es mi jefe y me esta colaborando porque conoce hace varios años a mi madre. – Contesto .

-Como tú digas. – Ella no habla más del tema.

Miller vuelve otra vez, pero a diferencia de la vez anterior; trae consigo un vaso desechable que supongo tiene la aromática.

-Te ayudará a relajarte. – Dice entregándome la bebida.

-Gracias; otra vez. – Contesto con una sonrisa.

Mientras tomo la bebida caliente, veo como el doctor viene hacia nosotros.

-Familiares de la señora Mónica Corney, por favor. – El doctor habla haciendo que de inmediato me ponga de pie y me acerque a él.

-Yo soy su hija. – Informo.

-La señora Corney está en cuidado intensivos. – Mi mundo se empieza a derrumbar al tan solo escuchar esas palabras. – Está estable, pero como todas las cosas, tiene su riego.

-¿Es decir que esta noche se queda en el hospital?. – Pregunta Harry, pues yo no era capaz de articular palabra alguna.

-Si. – Responde.

-¿Se puede entrar a visitarla?. – Pregunta; nuevamente.

-Claro, pero tiene que seguir las indicaciones.Uno por uno. – Contesta.

Como puedo, sigo al médico para colocarme la bata y el tapabocas para poder ingresar a verla.

A paso lento entro al lugar, verla allí; débil, con todos eso cables hace que el alma se me parta en dos. Era horrible ver como la mujer que me había criado en este momento estaba ahí sin ninguna situación de mejora o al contrario.

Tomo su mano y empiezo a hablar:

-Ere mi vida y lo sabes, ¿cierto?, por favor mamá, quédate conmigo, no te vallas de mi lado porque eres lo único que tengo. – Tomo su mano. – Te amo, porque a pesar de no te llevar tu sangre, eres mi familia.

Escucho la puerta abrirse, rápidamente seco las lágrimas que habían empezado a correr por mi cara.

-Doctor, ¿Cuánto cree que tarde en despertar? – Pregunto sin voltearme.

-No soy doctor, pero creo que, si tiene fé; ella despertará en menos de lo que usted piensa. – Su voz varonil suena a mis espaladas haciendo que me gire.

-Señor Miller, ¿Cómo le permitieron entrar? – Pregunto curiosa, debido a que las palabras de médico hace unos minutos habían sido diferentes.

-Tengo mis métodos que nadie conoce. Pensé que le había pasado, así que quise estar atento. – Contesta acercándose.

-Gracias.

-¿Cómo se encuentra?. – Pregunta viendo a mi madre.

-Ni mejor, ni peor. Simplemente en una balanza. – Contesto.

-Todo va a salir bien, señorita Corney. Recuerde que además de su jefe, también soy su amigo. – Informa con el tono de voz un poco más moderada.

-Lo sé, gracias; nuevamente.

Su teléfono empieza a sonar, se disculpa y sale a contestar la llamada mientras que yo me quedó embobada viendo a mi madre.

-Lo siento, hay algunos problemas en la casa con mi hermana. – Informa volviendo a entrar.

-¿Problemas graves?.

-No sé si son problemas graves o típicos de una adolescente. – Responde.

-Le acompaño, si quiere. – Ofrezco.

-No es necesario, quédese con su madre, pero aun así; si quiere, puede venir.

-Necesito darme una ducha, además pienso quedarme esta noche en el hospital. – Le hago saber.

-Bueno. Voy a cambiarme para que podamos salir. – Asiento levemente.

Yo también me dirijo a la habitación en donde me encargo de quitarme el tapabocas, la bata azul junto a el gorro del mismo color.

Salgo de la habitación encontrándome con la enfermera de mi madre.

-Por favor, cuídala. Necesito acompañar al señor Miller a hacer unas cosas, pero me aseguro de volver cuanto antes. – Le pido.

-No te preocupes, yo me encargo. – Contesta.

-Cualquier cosa, no dudes en llamarme. – Pido.

Salgo a paso rápido del hospital y al hacerlo me encuentro a Harry esperándome.

-Disculpe la demora.

-No se preocupe. – Contesta con una de las pocas sonrisas que se le podían presenciar.

-¿Qué tiene su hermana?. – Pregunto mientras caminamos y subimos a una de las camionetas.

-No quiere comer, esta encerrada en su habitación y no hay fuerza humana que la saqué.

-La muerte de su padre la ha marcado mucho. – Intento defenderla.

Heily Miller, la menor de la familia. Una hermosa chica, con sus dieciséis años esta a mitad de la adolescencia y eso es algo que ha desesperado a mi jefe por completo.

-Lo sé, a todos no dio muy fuerte. Pero no es necesario que haga este tipo de berrinches, debe entender a mi madre, está muy preocupada por la forma en la cual se comporta Heily. – Explica.




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