La propuesta del Sr. Miller.

Capítulo 28: Nervios

Capítulo 28: Nervios

NARRA STELLA

Nos encontrábamos comiendo en la cafetería del hospital, mientras que Miller mes explica sus “razones” para contarle sobre el matrimonio a mi madre.

Siendo sincera, había puntos en los cuales tenía cierta razón, pero eso no quitaba el hecho de que no me lo comentara y que quería matarlo por las grandes mentiras que le inventé a Mónica.

Unas palabras que había dicho mi madre no salían de mi cabeza: “Dile la verdad, dile que yo no soy tú madre”.

Ok, lo había meditado, pero no era capaz de hacerlo, me era demasiado imposible. No tenía la menor idea de como se lo iba a tomar, mal o bien, las dos cosas me asustaban.

De todas maneras, no veía tanta importancia a ese asunto, aunque mi madre me había hecho prometerle que le iba a decir la verdad a Harry.

–¿Le parece? –Pregunta Harry tomando desprevenida y sin tener la menor idea de que me preguntaba.

–¿Disculpe? No lo escuché, lo siento. –Me disculpo de manera apenada.

–Claro, que necesito que esta noche se quede en el apartamento porque mañana a primera hora va a ir el encargado de su vestido y el encargado de tomar las fotos; las cuales se publicaran luego de que la sociedad sepa del matrimonio. – Explica.

Asiento levemente, no me quedaba de otra.

Siendo sincera, no quería nada extravagante, pero esa era una de las palabras favoritas de Miller.

–Como ya mi madre sabe de la boda, es justo que la suya también lo sepa ¿no? –Comento a lo que él asiente.

–Claro, planeaba contárselo hoy en la tarde. –Contesta.

–Si quiere yo hablo con ella. –Propongo.

–¿Usted? –Pregunta de manera extraña.

–Si, digo, usted habló con mi madre, sería justo que yo lo hiciera con la tuya; para hacer todo más creíble. –Excuso.

–Claro, gracias. –Responde.

Me concentro en el plato de comida, en realidad no tenía mucho apetito con lo que se aproximaba, estaba muerta del miedo y del susto.

Convivir como esposos junto a Miller, todavía se me había una idea poco creíble. Luego, al ver el anillo en mi dedo anular, recuerdo que todo es cierto y que no andaba en ninguna de mis fantasías.

Me sentía tentada a preguntarle que era lo que le había dicho a mi madre, pues Mónica no me había querido decir ni una de las palabras que Miller le comentó de la “pedida de mano”, solo que le parecieron palabras demasiado románticas.

Pero callé, decidí hacerlo porque no quería escuchar la cantidad de palabras mentirosas que había dicho.

Me limité a comer, aunque no tuviera apetito necesitaba mantenerme bien y con energía, eran muchas cosas las que se aproximaban.

–¿Desea algo más? –Pregunta Harry sacándome de mi estado.

–No, estoy bien así, gracias. –Respondo.

–Creo que es el momento para que yo me retire. Necesito terminar algunos asuntos sobre el contrato y arreglar algunas cosas para el viaje. –Informa.

–Claro, gracias por el apoyo. –Digo con una sonrisa.

–No es nada, Stella. Usted me ha apoyado a mí, es el momento que yo haga lo mismo con usted…Contigo…Aún no me acostumbro. –Excusa.

–Ya somos dos. –Hablo para que no sienta incómodo.

–Nos estaremos viendo en la noche, el chofer pasará por usted. –Me informa.

–Ok, entendido. –Me limito a decir.

–Su madre saldrá del hospital en tres días.

–¿Tres días? Pensé que estaría presente para la boda. –Me sorprendo, aunque en su estado, era obvio que eso iba a pasar.

–No se preocupe por ello, el gerente del hospital es amigo mío y me encargué que le den salida antes, eso sí…. Estará a cargo de dos enfermeras. –Vuelve a informarme.

–Muchas gracias; nuevamente.

–No se preocupe. Hasta luego. –Este se despide de un beso en la mejilla, siento mis cachetes arder ante sus acciones, agradezco que esto pasara luego de que él se marchara.

Luego de salir de la cafetería del hospital y dirigirme nuevamente a la habitación de mi madre para encontrarla cómodamente viendo un programa de tv.

–Vaya que te das buena vida. –Bromeo sentándome a su lado.

–No queda de otra estando encerrada en este lugar. –Contesta.

–Mamá, te quería informar que esta noche no voy a poder quedarme en el hospital, como el matrimonio es el sábado –me quedo callada ante su mirada de reproche.

–Por cierto, todavía estoy enojada contigo.

–Lo siento. –Digo bajando la mirada.

–Continúa, cariño. –Pide y sé que está más emocionada que enojada.

–Necesito quedarme esta noche en el apartamento de Harry porque mañana a primera hora harán la prueba del vestido. –Contesto mordiendo mi labio inferior ante los nervios.

–Ajá, ¿y yo que tengo que ver en eso, cariño? –Pregunta de manera sospechosa.

–Estoy muy asustada. –Confieso.

–¿Por qué? –Vuelve a preguntar.

–Tengo mucho miedo de que las cosas no funcionen.

–¿No estas segura de casarte con Miller? –Niego rápidamente antes de que llegue a una mala conclusión.

–Estoy muy segura, solo que una pequeña parte de mí, esa parte insegura me dice que las cosas no van a funcionar.

–¿Por qué piensas eso, cariño?

–Es que, siento que no estoy a su altura y posiblemente este exagerando en ello.

–Jamás vuelvas a decir eso, Stella. Eres mucho más valiente y educada que cualquier mujer de esas altas etiquetas que dice la sociedad y Harry se enamoró de tú personalidad; no te el dinero ni la gran etiqueta que tengas. –Asegura ganándose una mirada inquietante de mi parte.

–¿Por qué dices eso?

–Porque él me lo dijo. No intentes sacarme más información porque no pretendo decirte nada más, solo esta segura de que lo que siente Harry por ti es algo más allá del dinero.

–Te quiero muchísimo.

–Y yo a ti, hija; nunca lo olvides.

–Gracias por todo, jamás voy a olvidar todo lo que has hecho por mí.




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