La propuesta del Sr. Miller.

Capítulo 54: Mantenerse a flote

Me quedo petrificada,  no tengo ni idea de que hacer o para donde ir. Los guardaespaldas a mi alrededor levantan armas y apuntan a la mujer.

—No tienes ni idea de lo que estás haciendo, solo lo estás empeorando —hablo.

—Ordena que bajen armas —demanda —¡Ya! O le disparo, el pulso no me va a temblar —amenaza.

—¡Armas abajo! —Solicito.

—Señora… —Hilton intenta persuadirme pero me niego.

—¡Armas abajo! —Repito.

Los hombres no tienen más opción que seguir mi petición.

—Sube a la camioneta —me pide.

—No —niego —No tienes ni puta idea de lo que estás haciendo, créeme que no vas a salir con vida si continúas. Lo mejor que puedes hacer es bajar el arma y colaborar con nosotros —persuado.

—No te hagas la buena, Corney —dice —¡Sube al auto, ya! —Grita.

Trago grueso sabiendo que lo que me puede esperar no es nada bueno. Entonces la situación se agrava cuando los demás salen al notar el escándalo que se está armando.

Alejandro Martinelli no lo piensa dos veces y saca el arma dispuesto a dispararle a Sasha, pero entonces la mujer suelta un disparo al aire asustándome en el proceso.

—Un paso más y le vuelo los sesos a tu mujer —amenaza.i

—No tienes ni perra idea de con quién te estás metiendo —le advierte Alejandro.

—Esto no es contigo, mucho menos con tu mujer. Pero ella cometió un error y fue ayudar a esta hija de puta —se dirige a mi.

—Volkov , de aquí no sales viva. Si aprecias un poquito tu vida, suéltame —habla Sofía.

—Cállate la geta —demanda —Corney, cometiste el error más pendejo de la vida y fue meterte tu solita a la boca del lobo. Y el lobo muere por devorarte completa y yo voy a encargarme de llevarte con él; así que sube —pide.

Trago grueso y mi corazón comienza a latir demasiado rápido para ser normal.

—Dile a Jhonathan que la única forma para que se lleve a mi mujer tiene que ser por encima de mi cadáver —dice Harry y se termina ubicando al lado de Alejandro.

Ambos están a unos tres metros de distancia a donde me encuentro yo con Sasha y Sofía.

—Pues ese no va a ser problema, Miller —responde la mujer —Mi paciencia tiene un limite Corney, y si no subes mato a esta mujer aquí y vas a tener que cargar con eso en tu conciencia —amenaza.

—No vas a salir ganando de aquí, grábate eso bien —aseguro.

—¡Ya! —Grita —Avanza con las manos arriba.

Comienzo a alzar los brazos como lo pide.

—Nena, no —dice Harry.

No le escucho, simplemente me limito a observar a Sofía y a quien la tiene en el borde de la muerte.

Hilton está atento y tiene el arma en mano esperando cualquier mínimo error de Sasha para utilizarla. Pero la mujer sabe lo que hace, Sofía intenta darme señales con los ojos pero no lo logra.

—Cabeza abajo, James. Corney mirada a mi, no a ella —demanda.

Con los brazos arriba y con la mayor velocidad, Volkov me arrastra con ella soltando a Sofía y yo quedando como su rehén.

Siento el frío que genera el acero en mi cien, es inevitable no sentir el aire de la muerte a mi lado.

—A mi orden te vas a dirigir al asiento del conductor y vas a seguir mis instrucciones —habla.

—¿Qué tanto aprecias a tu madre? —Pregunto.

Siento su agarre tomar más presión sobre mi  —Ojo con lo que dices, Corney.

—Hay una persona que está encargada en este momento del monitoreo de tu madre, si tú cometes el error de llevarme contigo; tú madre puede pagar las consecuencias. Y creo que ya sabes cómo son las consecuencias en este mundo, Sasha —advierto.

—No te atreverías.

—No me conoces en nada, no tienes ni idea de lo que soy capaz cuando me retan. Toma el consejo y piensa bien que es lo que vas a hacer —digo.

—¡Hija de puta! —Enrolla su brazo por mi cuello y presiona dejándome sin algo de aire, más logro responder a su insulto.

—Si que lo soy.

El momento de usar agilidad y valentía llegan, mi codo golpea su estómago fuertemente permitiendo que la falta de aire la haga tambalear, mi pie pisa el suyo y alcanzo a darme media vuelta cuando la tengo con el arma a punto de disparar.

Intervengo y me le lanzó encima, intento arrebatarle el arma de las manos pero su fuerza es alta y las ganas de darme un balazo también. Siento el frío del acerco cuando intento quitársela, pero entonces algo pasa.

El fuerte sonido del arma al ser disparada hace eco, ambas quedamos estáticas mirándonos la una a la otra.

No, no, no.

Por favor; no.

Retrocedo y la pistola cae al piso, junto a ella cae Sasha mientras posa sus manos en el vientre ensangrentado. Quedo petrificada sin poder respirar ante tal escena, Hilton se acerca apuntándole y tirando el arma usada a un lado con su pie.

—Tranquila —me pide.

Miro mis manos y como estas tienen manchas de sangre, comienzo a entrar en un estado de shock hasta que Harry llega y me presiona contra su pecho.

Mis brazos caen como gelatina —¿La maté? —Pregunto.

—No, cariño, tranquila. Ella estará bien —responde.

—Es mejor que entremos —propone Alejandro.

—Hilton encárgate que no quede ni el más mínimo rastro de lo que sucedió —ordena Miller.

Me sostiene de la cintura mientras caminamos adentro de la mansión, me ayuda a sentarme en uno de los muebles.

—Si quieres búscale agua de azúcar para que pase el susto, yo me quedo con ella —propone Sofía.

Harry asiente y se apresura la cocina, Sofía se posiciona a mi lado y consigo llega Magdalena.

—Intenta respirar —pide.

Escucho como la puerta de la mansión es abierta y mi mirada se dirige de inmediato a tal parte, Diana viene caminando hacia nosotras y la cara de sorpresa de Alejandro al notarla ahí es evidente.

—¿Qué pasó? —Pregunta la mujer.

—Venia de camino acá, me subí a la camioneta normal, pero no me di cuenta que había alguien atrás. Me apuntó con el arma y me siento impotente porque no logré hacer nada con la preparación que tengo —explica.




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